Los temas pendientes de Artia
La orografía de la zona complica la movilidad y la problemática del aparcamiento aún no está superada Las reurbanizaciones de Pío Baroja y Portu han mejorado el barrio, pero la AVV reivindica más actuaciones
La accesibilidad y la movilidad han sido siempre las grandes asignaturas pendientes en Artia. En parte, las dificultades en la zona son inherentes a la propia orografía del barrio; pero también existen barreras derivadas de la manera en que se construía hace décadas, afortunadamente superada. En los últimos años se han realizado actuaciones que han mejorado la zona, pero quedan retos pendientes vinculados no sólo a la movilidad, sino también a otros temas como el aparcamiento. Artia es uno de los barrios más poblados de Irun, con cerca de 7.000 vecinos.
Las obras de reurbanización de la calle Pío Baroja y la plaza Portu han concluido, a falta de algunos últimos retoques. A la AVV le gustaría que en el tramo de la vía que se ha peatonalizado «hubiera más plantas», comentan José Barreiro y José Lavín, miembros de la entidad vecinal. Se han colocado un par de palmeras en maceteros, como antes de las obras, pero este espacio ganado para el tránsito y estancia de los vecinos pide más verde. «También hacen falta más papeleras», añaden.
La AVV solicita, además, otra actuación en este mismo espacio: la calle Pío Baroja tiene un acceso directo a unas escaleras muy empinadas que comunican con Darío de Regoyos. Teniendo en cuenta que el nuevo espacio peatonal es muy utilizado por niños pequeños para andar en triciclos, la AVV reclama que se coloque alguna valla o elemento de seguridad para minimizar el riesgo de que, en un descuido, algún niño pudiera caerse por esas escaleras.
En cuanto a las opiniones de los vecinos sobre la reurbanización de este entorno, parece ser que hay de todo. La peatonalización de Pío Baroja ha conllevado la pérdida de algunas plazas de aparcamiento en esa misma calle, pero como recuerda José Barreiro, en los últimos años se han habilitado nuevos parkings en superficie en el barrio: es el caso de la zona creada en Harrobieta a finales del año 2015, y de la ampliación de la de Pintor Berrueta. La suma de las plazas ganadas en estos dos espacios supera a las que se han perdido con la peatonalización de Pío Baroja. «No nos vale la excusa de que se han quitado aparcamientos», subraya José Barreiro.
El contar con algunas plazas más no implica que se hayan terminado de resolver los problemas de los vecinos a la hora de aparcar: «en este barrio, a partir de las ocho de la tarde, no hay ni un hueco». La AVV ha recibido comentarios de algunos vecinos que piden implantar la OTA en Artia, con la esperanza de que esta medida pudiera paliar parte del problema.
En cualquier caso, José Barreiro y José Lavín manifiestan su intranquilidad ante una posible implantación del sistema OTA en la zona de Palmera Montero: «¿a dónde van a ir todos esos coches?», se preguntan, temiendo que buena parte de ellos puedan buscar hueco en la zona de Artia que colinda con ese barrio. José Lavín explica que «aquí, el mayor problema de aparcamiento se concentra en la parte oeste», en el entorno de la calle Pintor Berrueta, «y creo que algún día será necesario poner OTA ahí. En el momento en que desaparezcan los aparcamientos de la plaza Juan Vollmer todos esos coches se van a desplazar a la zona oeste de Artia. Y ahí se va a crear un problema importante. Porque además, no hay ningún sitio donde crear más espacio para aparcar. Habrá que poner OTA». «Igual hay que implantar una OTA nocturna», aventura José Barreiro. «Habrá que buscar alternativas». No obstante, recuerda que «está claro que todo el mundo quiere aparcar al lado de casa, pero eso no es posible».
La AVV de Artia está trabajando ahora en una reivindicación que entienden «de sentido común»: un ascensor que comunique las calles Pío Baroja y Darío de Regoyos. Actualmente, se puede acceder a la zona alta de Artia bien subiendo por la calle Pintor Berrueta o bien por las escaleras mecánicas. Pero ambas opciones se lo ponen difícil a personas con problemas de movilidad, que vayan en silla de ruedas o que transporten un carro de la compra o cochecito de bebé. «Las escaleras mecánicas están bien para la gente que se puede mover fácilmente, pero a veces ves a personas de setenta y pico años, con su bastón, agarrándose a la barandilla...». La AVV ha logrado incluir esta propuesta en el proceso de presupuestos participativos, pero entienden que «esto es una necesidad, un problema de accesibilidad que tendría que hacerse por sentido común».
Para quienes quieren acceder a Artia desde el otro lado, desde Behobia, «estamos en las mismas. Unas cuestas terribles. Qué menos que el hacer un ascensor salga del propio ayuntamiento». Si la propuesta no resulta elegida en los presupuestos participativos, «por supuesto» que la AVV seguirá reivindicándola. «No es un capricho», afirma Barreiro.
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