Más de un kilómetro del camino rural de Etxeberri ya se ha reparado
Se trata del eje principal de la red de vías rurales entre los barrios de Olaberria y Meaka, y hay un proyecto de 400.000 euros para su rehabilitación completa
El camino de Etxeberri tiene dos kilómetros que recorren, desde la trasera de la ermita de Santa Elena, la cresta que separa los entornos rurales de Olaberria y Meaka. En él se encuentran unos cuantos caseríos y de él parten otras vías que son el acceso a muchos otros. Al final, acaba desembocando en otro importante camino de este entorno rural irundarra, el que une los mencionados barrios desde Estebenea Jatetxea hasta Ola Sagardotegia, por usar dos reconocidas referencias gastronómicas.
«Es -incidía la delegada de Vía Pública y Obras, Cristina Laborda- uno de los ejes principales de la red de caminos rurales». Por eso y porque su cemento se encontraba ya en mal estado, «hicimos un proyecto de renovación completa que estamos desarrollando por fases. Acabamos de completar la segunda», anunció in situ.
Para otros 30 años o más
Mikel Galarraga, técnico del área, explicó que en una primera actuación realizada el pasado año se enmendó el primer tramo, «desde Ama Shantalen hasta Ibaietako Gaina, 690 metros, con un coste de algo más de 100.000 euros». En lugar de afrontar después el segundo tramo, «hemos abordado el tercero porque se encontraba en peores condiciones». Era una parte del camino más complicada y, en este caso, se han invertido 93.000 euros para reparar 360 metros.
El camino en su conjunto tiene «dos kilómetros y el presupuesto para su reparación total asciende a 400.000 euros, aproximadamente», explicó el técnico, por lo que con esta segunda fase se ha cubierto la mitad de recorrido con la mitad de la inversión. «Vamos a seguir», confirmó Laborda. «En los próximos años queremos completar la renovación total. Es un camino que usan los residentes de la zona y muchos irundarras que, especialmente los fines de semana, lo recorren para disfrutar de las vistas y el entorno rural».
La actuación consiste en retirar el firme actual, «muy deteriorado», apuntó Galarraga, y colocar una nueva capa de cemento «incorporando una recogida de aguas», ya que, según señaló, su ausencia «es lo que más daña estos caminos». Se espera que estas reparaciones mantengan el camino en buen estado «los próximos 30 años o más».
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