jueves, 13 de diciembre de 2018

Condenado a cinco años por abusar sexualmente de la hija de su exesposa en Irun

Noticia publicada en Diario Vasco,el jueves día 13 de Diciembre de 2018.

Condenado a cinco años por abusar sexualmente de la hija de su exesposa en Irun

Sede la Audiencia de Gipuzkoa en Donostia. /
Sede la Audiencia de Gipuzkoa en Donostia. 

Los hechos fueron descubiertos en el centro escolar, dado el bajo rendimiento de la menor

Javier Peñalba
JAVIER PEÑALBASAN SEBASTIÁN.
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La Audiencia de Gipuzkoa ha condenado a cinco años de prisión a un vecino de Irun por abusar sexualmente de una menor de edad, hija de su exesposa. El acusado ha sido sentenciado a otros diez meses por quebrantar una orden de alejamiento hacia su anterior compañera, después de que esta le denunciara por malos tratos.
Los presuntos abusos fueron descubiertos hace tres años en el centro en el que la menor cursaba sus estudios. El bajo rendimiento académico observado por su tutora en los meses anteriores hizo que saltaran las sospechas respecto a las posibles dificultades que la alumna pudiera estar atravesando. Precisamente esta profesora detalló durante el juicio celebrado en noviembre en la Sección Primera de la Audiencia Provincial que la escolar le confesó los supuestos abusos tras una larga y emotiva conversación.
Los hechos fueron puestos de forma inmediata en conocimiento de la madre de la menor así como de la Inspección de Educación, tras lo cual se cursó la correspondiente denuncia ante la comisaría de la Ertzaintza.
Ha sido sentenciado también a 10 meses por quebrantar un alejamiento hacia su exesposa
La sentencia no es firme y puede ser recurrida ante el Tribunal Supremo
La adolescente manifestó entonces que el acusado la había sometido a diversos tocamientos de índole sexual y que, en alguna ocasión, cogió su mano y la acercó al pene. Estos hechos tuvieron lugar en la vivienda familiar, en los momentos en los que la madre se hallaba fuera trabajando.
En el juicio declaró la progenitora, quien reconoció que no tuvo sospechas del presunto comportamiento ilícito del marido hasta que se lo comunicaron los profesores. Detalló que su hija nunca le había comentado nada y que ella tampoco observó nada extraño. «Cómo iba a hacerlo si él tiene unas nietas de la edad de mi hija. Cuando me lo dijeron no lo podía creer, jamás lo hubiera imaginado», afirmó la madre en la vista.

Sorprendido por el hermano

En el juicio también testificó un hermano de la menor quien afirmó que en ocasiones el esposo de su madre se quedaba a solas con la niña. Explicó que era el investigado quien por las mañanas se encargaba de prepararla y llevarla al colegio.
El propio hermano desveló asimismo que en una ocasión sorprendió al acusado sentado en una silla en la habitación de su hermana. Relató que ella estaba tumbada y él le estaba tocando sus partes íntimas. «Cogí a mi hermana y me la llevé de allí», declaró el testigo. El familiar admitió que no denunció lo sucedido. «No sé por qué no lo hice. Son situaciones que nadie piensa que puede suceder en tu propia casa», indicó ante el tribunal.
El testigo señaló igualmente que no hablaba del tema con su hermana. «Procuro no hacerlo. Solo quiero que pase página, que se centre en lo que se tiene que centrar. Si quiere comentarme algo, ella sabe que me tiene aquí», dijo.
El acusado, por su parte, negó los hechos. Afirmó que fueron muy pocas las ocasiones en las que permaneció a solas con la menor en la casa y añadió que casi siempre solía estar su hermano presente.
El investigado rechazó de igual manera que llegara a acostarse en la cama con la niña. Declaró en este sentido que era ella la que de vez en cuando solía acudir a la su cama. También negó también que la hubiese sometido a tocamientos, y dijo que la quería «como a una hija» y le mostraba el cariño como si fuese su padre. El ahora condenado atribuyó la denuncia de la menor a una posible represalia porque, según declaró, le «hacía duro» para que tuviera la casa ordenada y recogiera las cosas.
En el proceso estaba también personada la madre de la menor, que ejerce la acusación particular, cuyo letrado solicitaba las mismas penas que el ministerio público. La defensa, por su parte, reclamó la absolución.
La Audiencia Provincial ha dado credibilidad al testimonio prestado por la menor y sostiene que existe suficiente prueba incriminatoria como para quebrar el principio de presunción de inocencia.
La sentencia puede ser recurrida ante el Tribunal Supremo.

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