lunes, 21 de enero de 2019

Elena Etxegoyen: «Dejé la política para no ser rehén de las decisiones de otros»

Noticia publicada en Diario Vasco,el lunes día 21 de Enero de 2019.

Elena Etxegoyen: «Dejé la política para no ser rehén de las decisiones de otros»

Elena Etxegoyen: «Dejé la política para no ser rehén de las decisiones de otros»

Ainhoa Muñoz
AINHOA MUÑOZ
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No fue un impulso y tampoco era su vocación. Elena Etxegoyen dejó a un lado su despacho como abogada para dar el salto a la política después de que el PNV tocase hasta en tres ocasiones su puerta para que fuera en las listas de la formación jeltzale para el Ayuntamiento de Irun. «Me convencieron», reconoce. Aunque aquella propuesta, dice, tenía «bicho». «En el fondo lo que querían era proponerme como cabeza de cartel y, desde luego, si me lo hubieran dicho desde el principio les hubiese dicho que no», sentencia.
Corría el año 1999 y su mayor preocupación era asumir aquella responsabilidad como candidata a la Alcaldía de su Irun natal. «Me daba vértigo». ¿Iba a ser capaz de responder a la confianza que habían depositado en ella? Aquella pregunta rondaba por la cabeza de Etxegoyen sin parar. Su simpatía por el PNV venía de lejos -su aitona fue miembro de la formación jeltzale- pero nunca se imaginó que pasaría de ser una simpatizante del PNV más a convertirse en cargo público. «No fue un reto fácil, pero quizás, ganó la fuerza de aquellos que me conocían y que creyeron en mí, que incluso vieron cosas en mí que ni siquiera yo me daba cuenta». Ella, dice, jamás tuvo vocación de ser política. Siempre se sintió abogada.
Sin embargo, Etxegoyen entró de lleno en la vorágine de la política municipal de la mano del PNV y en coalición con EA. «Independientemente de nuestras posiciones políticas, que eran diferentes, siempre fuimos una piña», dice. Entonces, Etxegoyen se quedó a menos de 200 votos de arrebatarle la Alcaldía de Irun al socialista Alberto Buen. Unos resultados que situaron a la ya dirigente jeltzale en la órbita del Gipuzko Buru Batzar. Apenas pasó un año cuando volvieron a tocar su puerta. Esta vez, para lanzarle a la política estatal como senadora por Gipuzkoa. «¿Pero qué me estás contando, si yo acabo de llegar?», se preguntó.
Casi arrebata al PSE la Alcaldía de Irun, pero reconoce que aquello «me daba vértigo»
Saltar de la política municipal al Senado tampoco fue una tarea fácil de asumir. Aunque compaginó ambos puestos a caballo entre Irun y Madrid durante ocho años. «La política municipal es más fácil de encauzar en tus propias creencias porque son temas que conoces; en Madrid, sin embargo, te tienes que adaptar a lo que toca».
A lo largo de ocho años, desde 2000 hasta 2008, Etxegoyen fue miembro de la Cámara alta, un lugar donde asegura haber aprendido «muchísimo» de política y un escenario donde cuajaron amistades con las que aún guarda relación. Y no necesariamente de los colores jeltzales. «En la discrepancia política o ideológica también caben las risas, las sobremesas y el trabajo compartido», relata, en referencia a políticos anónimos del PSOE, el PP y «los canarios».

Un recuerdo angustioso

Etxegoyen, durante aquella época, se erigió en la portavoz de la causa saharaui, llegando incluso a ser coordinadora del intergrupo parlamentario 'Paz para el Sáhara' del Senado. Quizás aquel compromiso que sentía -y siente- como suyo con el Sáhara le traen a la mente uno de los recuerdos más angustiosos de su carrera.
La dirigente del PNV regresaba en 2001 de un viaje de Tinduf con varios compañeros del Senado. «En cuanto llegamos al aeropuerto de Loiu y cogimos cobertura en nuestros teléfonos empezó a llegar una noticia horrorosa». ETA acababa de asesinar de un tiro en la cabeza al edil socialista de Lasarte-Oria Froilán Elespe. Una senadora del PSOE, que regresaba también de África, se rompió en dos. «Se me colgó al cuello, solamente se abrazaba a mí», se duele.
Y es que ella, miembro del PNV, asume que su partido -y ella como concejala y senadora jeltzale- no estaba en la diana de ETA como sí lo estaban sus compañeros del PP y del PSE-EE. «Yo era del PNV y no estaba en la primera línea de fuego de ETA como estaban ellos, pero viví muchos momentos junto a ellos», rememora. Etxegoyen, sin embargo, nunca se caracterizó por ser una política que callase ante la violencia de la organización terrorista. Quizás por ello sufrió acoso. «Hubo un debate en la televisión local justo después de que ETA rompiera la tregua y yo lo condené». Apenas unos días después, relata, la Parte Vieja de Irun apareció con pintadas con su nombre y una diana en las que se pudo leer 'Elena Etxegoyen Espainiaren morroi'. «Durante aquella época yo no podía coger mi coche, y eso me pasó a mí. Pero les pasaba a ellos -dice en referencia a los ediles del PSE y el PP- todos los días».
Etxegoyen -cantinera y fiel defensora del Alarde tradicional lo que le trajo algún que otro quebradero- también recuerda cómo en 2003, el PNV empezó a preparar la sustitución de Xabier Arzalluz al frente del EBB. Ella acabó respaldando la candidatura de Josu Jon Imaz en detrimento de Joseba Egibar, con quien, dice, mantenía más relación personal. «Creí mucho más en el mensaje de Josu Jon que en el de Joseba», trata de justificarse. Aquel episodio no lo recuerda, sin embargo, como una pugna «natural». «Es evidente que a quienes se posicionaron públicamente a favor de Josu Jon se les castigó. Aquello supuso un relevo, el menos en el Senado, total», manifiesta.
En 2008 Etxegoyen consideró que su momento en la política había llegado a su fin. «La política no es una profesión; si uno la considera así termina por convertirse en rehén o esclavo de las decisiones de otros. Y yo pensé que era el momento de renovar».

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