viernes, 15 de marzo de 2013

De Artículos de Prensa

Artículo de Luis María Echepare publicado en la Revista AIA


DE ARTICULOS DE PRENSA.

Conservo, recortado, un artículo de prensa escrito por D. Carlos Fernández de Casadevante Romaní, titulado “GUIPÚZCOA VARADA”, que publicó el Diario Vasco el 9 de enero ppdo, en el que pone dos ejemplos de parálisis guipuzcoana: el Aeropuerto de Hondarribia y la Estación de Autobuses de Atotxa-Donostia.
Aunque perteneciendo a distintos estamentos – él es Catedrático de Derecho Internacional y Relaciones Internacionales y yo soy un chupatintas aduanero prejubilado forzoso – estoy de acuerdo con él en que nunca se ha visto tanta incapacidad de avanzar en la solución de problemas ciudadanos.  Me hubiera gustado que, dada su capacidad y conocimiento de Irún  (fue además Presidente del Real Unión…) hubiera ampliado su mirada y análisis hacia nuestra ciudad, para opinar si estamos varados, anquilosados, lastrados o engañados…  Veamos:
Tenemos el humedal de Txingudi sin terminar, porque hay que sacar de Playaundi el campo de Rugby y el de Atletismo,  Pero esto supone, en teoría, un traslado a la Finca ZUBIETA, de Diputación, con la construcción de nuevas instalaciones deportivas entre Irún y Hondarribia, en Jaizubía.  Más de 10 años hablando de ello…  Entre tanto, Hondarribia resolvió su problema en la zona de playa.
Transformador de Iberdrola en Larreaundi.  El Foro ciudadano se constituyó en 2002. Uno de los primeros problemas abordados fue el del traslado de esta instalación fuera del barrio. Había un vecino de Larreaundi y miembro del Foro especialmente empeñado en la resolución de este asunto: Julio Martínez.  Con 82 años ha cesado como miembro activo del Foro, sin ver resuelto el problema.  ¡Más de 10 años!
El Polideportivo de Azkenportu, inaugurado en 2004, está sin terminar, pues estaba prevista una segunda fase, previo desplazamiento de las instalaciones de Ford a otra zona. (¿?)
Sigue Irún sin tener estación de Autobuses.  Se movió el asunto cuando se habló del nuevo Stadium GAL.  Más un frontón.  Más la Estación de Autobuses. Más 400 viviendas de cara al río…  Lo único que se ha movido es el número de viviendas. Ahora están programadas 622.  Y, ¿no iba Doman a Araso?...
Hablando de viviendas: ¿qué pasa con las 700 que inicialmente se iban a construir en San Miguel/Anaka y que ahora son ya 1200 programadas?  Ni recuerdo cuando se empezó con este proyecto, pero el Sr. Alcalde ha anunciado nuevas  dificultades…
Todos sabemos que siempre ha habido y habrán tropiezos de todo género: económicos, de intereses particulares, políticos, de oportunidad, etc.  Lo que más me preocupa es que la motivación principal sea la de permanecer en el poder  (eso sí, al servicio del pueblo) pero cuidado, sin perder nunca un voto y así es muy difícil tomar decisiones arriesgadas dirigidas a aunar el esfuerzo de todos.  No es que pongamos la carreta delante de los bueyes, es que tenemos los bueyes tirando de los cuatro  costados de la carreta y así no avanzamos…
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Leo también en la prensa local que Mondragón Universitatea va a impartir en Irun cursos sobre “GOBERNANZA”.  No creo se trate de regenerar la política irunesa sino más bien de preparar futuros políticos.  Ignoro el programa pero a buen seguro tendrá que versar sobre: ética, honradez, dedicación, coraje, transparencia, empatía, etc. etc.
De lo contrario no sé como vamos a contribuir a adecentar la política española, en la que estamos inmersos y que tan bien describe el filósofo y exjesuíta José Mª Castillo, en uno de sus artículos, que dice así:
“El hecho está a la vista de todos. Basta leer la prensa diaria,  oír los informativos de la radio o de la tele, las tertulias de todo color y de todo pelaje.  No hay que demostrarlo.  Lo sabemos de sobra. Nadie, creo yo, lo va a poner en duda.
Pero lo más preocupante no es el hecho de vivir engañados. Lo peor de todo es que se nos engaña en cosas muy graves. Y además la política del engaño y la mentira va en aumento a una velocidad de vértigo.  Sin que nos demos cuenta, cada día tenemos menos derechos, ganamos menos, vivimos más inseguros, la sanidad funciona peor, la educación es más deficiente, nadie sabe a ciencia cierta cómo va a vivir el mes que viene…Y encima de lo dicho, se nos asegura que es esto lo que más necesita España, lo que nos conviene a todos. Por no hablar de las macabras y repugnantes noticias, que nos llegan cada mañana, sobre nuevos y asquerosos casos de corrupción, ejecutados impunemente y con guante blanco por quienes todos los días nos dicen que tienen la conciencia tranquila y las manos limpias.  De verdad, si se piensa despacio, todo este cúmulo de despropósitos llega a representar, para muchas personas de bien, un vomitivo insoportable. De ahí, la pregunta: ¿por qué nos mienten tanto nuestros gobernantes y los que aspiran a serlo? ¿Por qué aguantamos este cúmulo de engaños y desvergüenzas?
Para empezar a responder, me parece pertinente recordar un sabio principio que supo formular un clásico, bien conocido, en asuntos de política.  Nicolás de Maquiavelo, en “El Príncipe”, dejó escrito: “Los hombres son tan ingenuos, y responden tanto a la necesidad del momento, que quien engaña siempre encuentra a alguien que se deja engañar”. Esto es lo que pasaba a finales del s.XV.  Siempre había “alguien” que se dejaba engañar.  Ahora, que tanto sabemos y tanto hemos progresado, el gobernante que engaña, no se encuentra ya a “alguien” que se deja engañar. En este momento, por más que nos manifestemos a gritos por las calles, la pura verdad es que somos ”millones” los que votamos, como salvadores de nuestros males, a los más embusteros que se hartan de predicarnos mentiras y patrañas. ¿Es que los políticos son ahora más perversos?, o ¿es que nos han degradado en la ingenuidad que no pudieron ni imaginar las gentes de hace más de quinientos años?
El problema es más complejo de lo que muchos se imaginan. Si no me equivoco, el fondo del asunto está en que los intereses económicos le han ganado la partida a los intereses políticos.  Dicho más claramente:  el sistema económico manda más que el sistema político. Es decir, el sistema capitalista y la codicia del dinero tiene más poder, en la vida y en las decisiones de los que manejan el cotarro, que el sistema democrático y los derechos de los ciudadanos. Pero, es claro, lo que ocurre es que los gobernantes no pueden aparecer, ante la gente, como defensores del “Estado del Capital” (que es lo que realmente son), sino como los protectores que garantizan el “Estado de Derecho”. Lo cual quiere decir que, tal como se han puesto las cosas, al político de oficio, si no es un hombre ejemplar por los cuatro costados, no le queda más salida que convertirse en un embustero de oficio.  Yo n o digo que todos los políticos sean así. Lo que digo es que, hoy, el ejercicio de la política exige una integridad ética para la que muchos profesionales de la “cosa pública” no están éticamente preparados. Y así nos luce el pelo. Porque, si los gobernantes necesitan una integridad ética indiscutible, la misma integridad necesitamos los gobernados. Y si no, ¿qué puñeta hacemos, cada cuatro años, dando nuestro voto de confianza a quien sabemos que nos está engañando y lo va a seguir haciendo?
Hasta aquí el filósofo José Mª Castillo.
Lo tenemos difícil, nosotros y los de Mondragón!

Luis Mª Echepare Sarriegui
Del Foro Ciudadano Irunés.

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