Jaione Arburua: «Cuando uno recupera el origen y va a la raíz, encuentra cosas muy bonitas»
Berruta está abierto jueves, viernes y sábado pero tiene historias para llenar el calendario porque aquí no hay prisa
Desde hace unos meses hay una palabra clave para detener el tiempo en Irun. Una palabra mágica que reduce las revoluciones de la velocidad de este vehículo supersónico que es la vida. Son tres sílabas con las que se puede ir más despacio y, además, viajar en el tiempo hasta nuestros orígenes. 'Berruta' es tierra, es fermentación, es espera, es esfuerzo, es mimo, es cultivo, es equilibrio. 'Berruta' tiene un lugar, un espacio. Detrás de esa puerta antigua de la calle Santiago, a pesar de tener una Mobylette dentro, el tiempo corre despacio. A la velocidad de una buena cerveza. De un vermut de siete lunas. O de un café de Sumatra recién molido. ¿Entramos?
- Jaione, la puerta y la Mobylette de Berruta me tienen hipnotizada...
- Llaman la atención, ¿verdad? Mucha gente se queda mirando y me pregunta: «¿pero aquí qué pasa?».
- ¿Y aquí qué pasa?
- Bueno, aquí igual pasan muchas cosas. Esto surge de una idea, de una ilusión, de muchas ganas de un proyecto de búsqueda de algo diferete. Hace un tiempo, tuve el empeño de proyectarme en algo diferente y quise buscar cosas nuevas. Este local estaba aquí y me encantaba. Sabía que el local tenía mucho carácter, solo tenía que recuperarlo y me puse a ello. Así, fueron surgiendo cosas. Cuando uno recupera el origen y va un poco a la raíz, se encuentra cosas muy bonitas.
- Aquí hay cosas muy muy bonitas.
- El local en sí ya era bonito, pero teníamos cosas guardadas y decidimos ponerlas aquí para luego ya organizar la actividad. Aquí hay muebles personales y otros que no lo son, pero todos tienen una historia. Mira, por ejemplo, ese mueble de ahí está dividido en dos porque en una parte se preparaba la orea para el pan y en la otra parte se dejaba fermentar. Me pareció algo muy interesante porque yo quería que el local tuviera mucho de fermentación, quería que hubiera cervezas artesanas.
- ¿Así llegó la primera actividad?
- Más o menos. Esta mesa de carpintero iba a servir para montar unos tiradores con unos barriles de cerveza artesana. Cuando vi que ésta no iba a ser mi actividad principal y que, tal vez, los barriles podrían estropearse, decidí enfocarlo hacia la cerveza embotellada. Y también ha sido clave la gente con la que me he topado, no solo los muebles que he encontrado.
- Siempre hay alguien dispuesto a ayudar, ¡cuenta!
- Me he encontrado a gente muy amable. En concreto quiero hablarte de Mikel Llucia. Vino, vio el local y rápidamente sacó su móvil y me apuntó todos sus contactos. Luego, por parte del Ayuntamiento también me he llevado una gran sorpresa por su buen funcionamiento. Tengo que mencionar a Beno de Bidasoa Activa. La amabilidad, la rapidez en cualquier gestión, el consejo, el trámite... Te lo ponen todo fácil y es todo muy cercano. Su acompañamiento ha sido muy importante.
- Buena compañía y algo más que cerveza artesana, ¿sí?
- ¡Sí! También hay café de diferentes procedencias, como la cerveza. Son cafés muy especiales que además, en muchos casos, trabaja con proyectos especiales. Este de aquí, por ejemplo, trabajan con una aldea de mujeres en Sumatra. El dinero repercute en esas familias, esos niños y esos hospitales. El café está en grano, pero tengo la posibilidad de molerlo aquí en el momento. Solo el olor es tan especial...
- Para especial el molino...
- Lo es. Me lo han prestado las personas que empezaron con este proyecto de café. Están en Pamplona y ellos empezaron a trabajar con este molino. Estoy muy orgullosa de tenerlo aquí y ahora empezar yo a trabajar con él. Me gusta también pensar que es un sitio donde el tiempo se respeta. Son productos de una elaboración que ha llevado tiempo. Aquí nada se hace rápido.
- A pesar de tener una Mobylette en el escaparate, ¿verdad?
- Es que aquí nada es de usar y tirar. Me parecía importante recuperar esa idea. Es lo que pasa con los muebles o los objetos que tengo aquí. Recuperar lo que tenemos, qué importante es.
- Hay recuerdos de todos.
- Hay cosas que significan mucho y otras que menos, pero todas mueven algo. La gente entra y ve, por ejemplo, la Singer. En seguida dicen: «ay, mi madre tenía una igual». Algo se mueve dentro porque son tus raíces o tus recuerdos y eso me parece muy interesante.
- Se respira mucha vida aquí...
- Es que todo es artesano. También tengo un aceite de Navarra. Es de un señor muy amable que cuida el proceso desde el inicio, desde la tierra. El aceite es de una gran calidad. Colabora con una mermelada de manzana de Lérida que también tengo. Con un poquito de ese aceite consiguen un equilibrio especial. Y chocolate, también colabora con un chocolate exquisito.
- ¿Y eso de ahí es vermut?
- Sí, tengo vermú a granel y otro que es un reserva que lo han tenido macerando siete lunas. Y también tengo un vino ecológico de una bodega que tiene nueve denominaciones de origen.
- ¿Y esta bici?
- (Risas) Es de las primeras bicis que se utilizaron en el gimnasio del balneario de Zestona. Funciona perfectamente porque antes se hacían las cosas para que duraran.
- Podría estar horas descubriendo Berruta...
- Pues Berruta es esto que ves, pero también es el caserío de mi padre y su apodo. De ahí, de Berruta, viene esa idea de buscar el origen, de reconocerte en lo que haces, de cubrirte de cosas positivas o de sacar la fuerza que todos tenemos dentro. Este Berruta tiene mucho del ejemplo de mi padre y de mi madre. De ellos viene la unión con la tierra y el esfuerzo. Para mí significa mucho.
No hay comentarios:
Publicar un comentario