Las despedidas civiles crecen aunque siguen siendo una opción minoritaria
En el Tanatorio Bidasoa todos los meses hay uno o varios casos de ceremonias laicas en los que no se desea un funeral ni otro acto de carácter religioso
Las despedidas civiles a los seres queridos fallecidos se van extendiendo poco a poco también en Irun. Siguen siendo, sin duda, una opción muy minoritaria, pero en los últimos años «está claro que se ha producido un aumento», aseguran desde el Tanatorio Bidasoa, en la calle Anaka. Si hace un lustro apenas había dos o tres solicitudes al año, «actualmente todos los meses hay una o varias».
Hace casi ya una década que allí se habilitó la Sala Jaizkibel, un espacio multiusos que, entre otras funciones, ofrece la posibilidad de desarrollar ceremonias laicas de adiós a los difuntos. El de Tabisa fue el primer tanatorio de Gipuzkoa en disponer de este servicio. «Hay mucha gente que le dice a su familia que cuando muera no quiere un funeral, no quiere un acto religioso», explican desde Tabisa. «En esa sala, familia y amigos realizan su acto de despedida sin la intervención de un cura».
Las fórmulas son variadas, en cuanto a la ubicación, al formato, al ornamento... En la sala del tanatorio «hemos visto actos muy sencillos y otros en los que ha habido hasta actuaciones musicales. Cada uno lo presenta a su manera, pero todos tienen el mismo sentido de dar una despedida a la persona con el calor de los más cercanos y sin una implicación religiosa».
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