El carácter transfronterizo de la jornada se ha reforzado este año
El Pole d'Emploi y varias empresas francesas han estado presentes en el recinto ferial
La Semana del Empleo ha aportado varias novedades en su vigesimocuarta edición. Una de ellas ha sido la presencia de un fotógrafo profesional, que ha sacado fotos de manera gratuita a personas interesadas en incluirlas en sus currículums o en redes profesionales. Otra ha sido la instalación de una mesa de la propia agencia de desarrollo, en la que se han recogido curriculum para puestos vacantes tanto en currículums activa como en los ayuntamientos de Irun y Hondarribia. La tercera novedad ha consistido en el refuerzo del carácter transfronterizo de la jornada, a través de la presencia del Pole d'Emploi y de empresas francesas como Proman o grupo hostelero LouvreGroupe, que con su marca Campanille tiene establecimientos en varias localidades de Aquitania.
«En estos últimos años, hemos puesto el foco en potenciar el carácter transfronterizo de la Semana del Empleo. Muestra de ello, es que cada vez hay más empresas francesas que asisten a la feria», señalaba el presidente de Bidasoa activa, Miguel Ángel Páez.
Desde la mesa del grupo hotelero LouvreGroup, Santiago Carrion explicaba que su empresa ha decidido acudir a Ficoba «para ver lo que aquí se ofrece y lo que la gente busca. Tenemos puestos de camarero, cocinero, recepcionista y otros servicios. Buscamos gente que quiera trabajar en esos puestos y desde ahí se puede tener una evolución grande. El actual director del Campanille de Bayona, por ejemplo, empezó como camarero».
Los representantes de LouvreGroup temían que el mayor inconveniente de los demandantes de empleo de este lado de la muga para trabajar en su empresa fuera «el idioma, pero nos hemos llevado una sorpresa. Estamos viendo que es la distancia lo que frena más. No nos preguntan lo que se paga, sino a qué distancia está. Parece que aquí cuesta más moverse, aunque no digo que eso sea malo. En Francia, salvo en las grandes ciudades, es habitual encontrar trabajo a 40 kilómetros de casa. La movilidad es casi obligatoria».
Isabel Díez Aranguren, demandante de empleo, acababa de levantarse de la mesa de LouvreGroup. «Busco trabajo en una empresa en la que pueda utilizar idiomas. Estudié en Francia, también hablo inglés y tengo títulos. Ahora me dedico a dar clases particulares pero quiero algo más estable. Un trabajo como el de recepcionista de hotel estaría bien, pero no si tengo que desplazarme más de 30 km. Además de los gastos propios del desplazamiento, tendría que comer fuera a diario y seguramente no me resultaría rentable».
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