«Hace falta optimismo e ir viendo la luz al final del túnel»
El trabajo que está realizando el equipo de Sergio Arana comprende tareas con las que están familiarizados, pero el hacerlo en medio de una situación de emergencia sanitaria lo cambia todo: «en los quince días de mayores restricciones», hace unas semanas, «seguimos trabajando. El edificio estaba cerrado, con lo cual abríamos la instalación sólo para nosotros. Han sido días extraños. Yo voy a trabajar a Donostia desde Irun todos los días y no veías a nadie en la carretera, en los parkings...».
A esa situación tan diferente se le suma una aún mayor responsabilidad: «no podemos fallar. Si un tubo, por la razón que sea, se contamina, el test que se haga podría dar un falso positivo o falso negativo. Sentimos una gran responsabilidad de hacer bien las cosas», subraya el irundarra. Pero «llevamos muchos años trabajando en temas de sanidad biomédica» y «nuestra experiencia en el campo» facilita la tarea.
Está, además, la satisfacción de estar contribuyendo a la lucha que tantas personas, con la especial relevancia del colectivo sanitario, están realizando frente al Covid-19: «es muy satisfactorio. Todos hemos tenido algún caso cercano y saber que lo que estamos haciendo es útil y que, por qué no, puede ayudar a salvar vidas, es muy reconfortante», subraya Sergio Arana. Recibir, además, el agradecimiento de la gente, «emociona».
El irundarra tampoco se olvida de otros colectivos profesionales que están dando todo de sí mismos en esta crisis sanitaria: el personal de los supermercados y otros comercios, transportistas, profesionales farmacéuticos... «Cada uno aporta lo suyo». Y aunque todavía quede mucho por delante, «hace falta optimismo, e ir viendo la luz al final del túnel», concluye.
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