Noticia publicada por Diario Vasco sección Bidasoa el viernes 17 de Julio de 2009.
IRUN
El acuerdo sobre el aeropuerto desbloquea San Miguel-Anaka
Aviación Civil ha remitido, además, un informe positivo sobre el proyecto de ordenación y construcción de viviendas. El documento estipula las alturas máximas, que se respetan en todos salvo tres edificios, lo que implicará 55 casas menos
I. MORONDO
IRUN. DV. San Miguel-Anaka entra y sale de la actualidad municipal continuamente. Lleva demasiados años en esa dinámica. Cada vez que se han dado pasos hacia adelante, éstos han venido seguidos de problemas, dudas, discrepancias, permisos que no llegan... Cosas que han paralizado la larguísima tramitación necesaria para su desarrollo, enviándolo de vuelta al destierro de lo informativo.
Esta vez, al menos, los pasos dados son dos. Por un lado, el acuerdo interinstitucional para la ampliación de la pista que Fomento puso siempre como condición para resolver el enquistado problema del aeropuerto de Hondarribia. Todas las fuerzas públicas implicadas, desde el Ayuntamiento de Irun hasta la propia Dirección de Aena, se han puesto de acuerdo. Falta el Ayuntamiento de Hondarribia, que aún no se ha pronunciado. De confirmarse la ampliación de 150 metros hacia tierra y cincuenta hacia el mar, el proyecto de San Miguel Anaka no se vería afectado.
Mantendría su validez, en ese caso, el informe que la Dirección General de Aviación Civil ha remitido la semana pasada al Ayuntamiento sobre ese plan. En ese documento, se detallan las alturas máximas para las edificaciones del ámbito y todas cumplen, salvo tres. En general el informe es positivo y, según informó ayer el teniente de alcalde del Ayuntamiento de Irun, Miguel Ángel Páez, «el Ayuntamiento ya está trabajando para modificar la altura prevista de esos inmuebles. Aviación Civil está de acuerdo con el resto de la ordenación propuesta y se ha comprometido a una valoración positiva en cuanto le presentemos esas modificaciones que nos ha solicitado».
El efecto de reducir las alturas de esos edificios lo cifraba Páez en una reducción de «en torno a 55 viviendas sobre las 1.100 previstas». Los inmuebles que superan los máximos de Aviación Civil «están en parcelas de propiedad municipal, pero trataremos de compensarlo en otras zonas para que no toda la reducción se aplique sobre las viviendas protegidas», que está previsto que sean unas 850.
Tres vías paralelas
Una vez que el proyecto modificado reciba el visto bueno del Ministerio de Fomento, el proceso continuará por tres caminos paralelos. Por un lado «tendremos que realizar el Proyecto de Urbanización», el siguiente paso de la tramitación urbanística del expediente. Mientras tanto, «hay que cerrar el acuerdo con la Consejería de Vivienda del Gobierno Vasco para viabilizar la finaciación de las viviendas públicas». Y aún quedarán por concluir los acuerdos con los privados afectados en la operación, tanto en lo referente a las viviendas de nueva construcción y las cargas derivadas como en cuanto a los realojos de actuales propietarios de suelo en el ámbito. «En esto hemos estado avanzando, pero nos hace falta ese visto bueno de Aviación Civil para concretar las cosas».
Lo mejor en cuanto a la perspectiva futura es que «la situación actual posibilita que San Miguel-Anaka vaya a ser una realidad en unos años». Es cierto que el futuro del aeropuerto no está cerrado definitivamente «porque tienen que conseguir pasar los exigentes controles medioambientales de la Unión Europea», señaló el teniente de alcalde. «Pero en cualquier caso, lo que podría pasar es que se impusieran medidas aún más restrictivas a la ampliación del aeropuerto, lo que no supondría cambios en la ordenación prevista para San Miguel-Anaka».
Sin querer dar nada por hecho, porque en este proyecto nunca se sabe, el caso es que el camino para el desarrollo de San Miguel-Anaka es aún muy largo pero está más despejado que nunca.
Esta vez, al menos, los pasos dados son dos. Por un lado, el acuerdo interinstitucional para la ampliación de la pista que Fomento puso siempre como condición para resolver el enquistado problema del aeropuerto de Hondarribia. Todas las fuerzas públicas implicadas, desde el Ayuntamiento de Irun hasta la propia Dirección de Aena, se han puesto de acuerdo. Falta el Ayuntamiento de Hondarribia, que aún no se ha pronunciado. De confirmarse la ampliación de 150 metros hacia tierra y cincuenta hacia el mar, el proyecto de San Miguel Anaka no se vería afectado.
Mantendría su validez, en ese caso, el informe que la Dirección General de Aviación Civil ha remitido la semana pasada al Ayuntamiento sobre ese plan. En ese documento, se detallan las alturas máximas para las edificaciones del ámbito y todas cumplen, salvo tres. En general el informe es positivo y, según informó ayer el teniente de alcalde del Ayuntamiento de Irun, Miguel Ángel Páez, «el Ayuntamiento ya está trabajando para modificar la altura prevista de esos inmuebles. Aviación Civil está de acuerdo con el resto de la ordenación propuesta y se ha comprometido a una valoración positiva en cuanto le presentemos esas modificaciones que nos ha solicitado».
El efecto de reducir las alturas de esos edificios lo cifraba Páez en una reducción de «en torno a 55 viviendas sobre las 1.100 previstas». Los inmuebles que superan los máximos de Aviación Civil «están en parcelas de propiedad municipal, pero trataremos de compensarlo en otras zonas para que no toda la reducción se aplique sobre las viviendas protegidas», que está previsto que sean unas 850.
Tres vías paralelas
Una vez que el proyecto modificado reciba el visto bueno del Ministerio de Fomento, el proceso continuará por tres caminos paralelos. Por un lado «tendremos que realizar el Proyecto de Urbanización», el siguiente paso de la tramitación urbanística del expediente. Mientras tanto, «hay que cerrar el acuerdo con la Consejería de Vivienda del Gobierno Vasco para viabilizar la finaciación de las viviendas públicas». Y aún quedarán por concluir los acuerdos con los privados afectados en la operación, tanto en lo referente a las viviendas de nueva construcción y las cargas derivadas como en cuanto a los realojos de actuales propietarios de suelo en el ámbito. «En esto hemos estado avanzando, pero nos hace falta ese visto bueno de Aviación Civil para concretar las cosas».
Lo mejor en cuanto a la perspectiva futura es que «la situación actual posibilita que San Miguel-Anaka vaya a ser una realidad en unos años». Es cierto que el futuro del aeropuerto no está cerrado definitivamente «porque tienen que conseguir pasar los exigentes controles medioambientales de la Unión Europea», señaló el teniente de alcalde. «Pero en cualquier caso, lo que podría pasar es que se impusieran medidas aún más restrictivas a la ampliación del aeropuerto, lo que no supondría cambios en la ordenación prevista para San Miguel-Anaka».
Sin querer dar nada por hecho, porque en este proyecto nunca se sabe, el caso es que el camino para el desarrollo de San Miguel-Anaka es aún muy largo pero está más despejado que nunca.
pie de foto: San Miguel-Anaka ya tiene visto bueno de Aviación Civil para su desarrollo urbanístico. /F.DE LA HERA.
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