Noticia publicada en Diario Vasco sección Bidasoa el miércoles 1 de Septiembre de 2010.
IRUN
Nace en Irun una nueva asociación indoamericana de inmigrantes
Sus objetivos son la integración, el respeto a sus valores culturales y la mejora de la calidad de vida de sus pueblos. Estrella Radiante agrupa a ciudadanos procedentes de seis países
01.09.10 - 03:02 -
MARÍA JOSÉ ATIENZA IRUN.
«No nos ha resultado difícil integrarnos, porque una parte de nuestra cultura es la de aquí»
«Hay gente que viene huyendo de una situación de pobreza extrema y tenemos que ayudarles»
«Hay gente que viene huyendo de una situación de pobreza extrema y tenemos que ayudarles»
Irun es la ciudad sede de la Asociación Indoamericana de Residentes en el País Vasco Estrella Radiante, un colectivo que agrupa a un centenar de socios, procedentes de seis países. «El 80% somos peruanos, pero también hay ecuatorianos, dominicanos, nicaragüenses, cubanos y colombianos. Vamos creciendo poco a poco. En este momento, somos alrededor de cien, pero cuando organizamos actividades se suman compañeros de trabajo, amigos y simpatizantes», dice el impulsor de la asociación, el peruano Mario Miranda.
Estrella Radiante es el símbolo de la Apra, la formación política peruana del socialismo moderado liderada por Alan García. «Elegimos la estrella radiante para dar nombre a la asociación, porque simboliza parte de nuestros principios y porque los impulsores de la idea pertenecíamos a ese movimiento».
Los objetivos
La asociación nace con varios objetivos en su horizonte. «En primer lugar, queremos promover la integración socio-cultural de las comunidades indoamericanas. Indoamerica», explica Mario Miranda, «es sinónimo de Latinoamérica, pero es un nombre que nos ubica más en nuestro contexto histórico». El segundo objetivo es «integrarnos en la sociedad euskaldun, respetando nuestros principios y nuestros valores culturales. No creemos que tenemos que copiar nada, sino aportar nuestra cultura, convivir y respetar las normas de una sociedad civilizada. En tercer lugar, queremos trabajar en proyectos de desarrollo para nuestro colectivo que nos permitan mejorar nuestra calidad de vida en Euskal Herria. Y en cuarto lugar, queremos desarrollar, a medio plazo, proyectos de desarrollo para mejorar la calidad de vida de nuestros pueblos».
Dentro del primer objetivo, Estrella Radiante ha organizado ya diferentes actividades culturales, deportivas y gastronómicas, que han tenido como escenario el campo de fútbol de San Miguel.
A las personas asociadas en Estrella Radiante no les ha resultado especialmente difícil integrarse en la vida diaria de la ciudad. «No hemos tenido problemas de convivencia, hasta ahora», dice Mario Miranda, «quizá porque nosotros somos producto de una fusión cultural. Tenemos antepasados indígenas, pero también tenemos antepasados castellanos o euskaldunes. Cuando llegamos aquí, ya veníamos con una parte de aquí. Pertenecemos a pueblos pequeños que crecieron con la invasión española. Independientemente de lo negativo que hicieron, también nos llevaron una cultura que es la nuestra. Somos hijos del indígena y de los europeos que invadieron nuestros pueblos. Así es como nos sentimos nosotros».
A las personas asociadas en Estrella Radiante no les ha resultado especialmente difícil integrarse en la vida diaria de la ciudad. «No hemos tenido problemas de convivencia, hasta ahora», dice Mario Miranda, «quizá porque nosotros somos producto de una fusión cultural. Tenemos antepasados indígenas, pero también tenemos antepasados castellanos o euskaldunes. Cuando llegamos aquí, ya veníamos con una parte de aquí. Pertenecemos a pueblos pequeños que crecieron con la invasión española. Independientemente de lo negativo que hicieron, también nos llevaron una cultura que es la nuestra. Somos hijos del indígena y de los europeos que invadieron nuestros pueblos. Así es como nos sentimos nosotros».
La trayectoria personal de Mario Miranda es una de tantas historias de inmigración que podemos encontrar en la comarca del Bidasoa. «Vine como pescador a Hondarribia en el año 2001», cuenta. «En Perú, había trabajado durante diez años como funcionario de la seguridad social. Pero con la dictadura de Fujimori, mucha gente fue a la calle y me quedé sin trabajo. Yo pertenezco a una familia de pescadores. Nací en Paita, un pueblo del norte de Perú, de tradición pesquera, fundado por españoles y vascos. Cuando me fui al paro, recurrí a la pesca, porque la conozco desde niño y fue a través de la pesca como encontré la oportunidad de venir a Hondarribia. En 2004, me traje a la familia -tengo mujer y dos hijos, uno de ellos ya nacido aquí- y desde entonces me puse a trabajar como peón de la construcción».
Además de realizar su trabajo, Miranda ha cursado estudios en el centro EPA de Irun «que nos ha preparado muy bien», dice. El año pasado superó el examen de acceso a la universidad y este año se ha matriculado en primero de Derecho, en la UPV, con un doble objetivo: su propia formación y la capacitación para, en un futuro próximo, ayudar a los inmigrantes a resolver sus problemas legales.
Sin brazos legales
«Ahora tenemos un problema y es que estamos sin brazos legales, limitados a unas pocas instituciones que nos brindan asesoría», asegura. «A nosotros, nos apoya el cónsul de Perú en Bilbao, pero hay pocos lugares a los que recurrir. De aquí a cuatro o cinco años, queremos ser nosotros mismos los que podamos hacer frente a nuestros problemas legales».
Mario Miranda conoce «a mucha gente viene huyendo de una situación difícil, ya sea económica o política. Vienen escapando de situaciones de pobreza extrema, porque en algunos países la política convive con la corrupción y genera focos de miseria. Llegan como turistas y se quedan en la ilegalidad. La situaciones muy dura y será más cuando aprueben el reglamento de la nueva ley de extranjería. Tenemos que apoyar a toda esa gente, porque no sabe qué hacer ni a quién acudir».
pie de foto: Los miembros de la asociación Arturo Morales, Dex Ortiz y Mario Miranda en San Miguel.
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