El Ayuntamiento de Irun y la Diputación Foral de Gipuzkoa escenificaron ayer el entendimiento en materia deportiva del que se derivan la conversión en campo de césped artificial de San José Obrero y el futuro Centro de Tecnificación de Tenis de Mesa.
El alcalde José Antonio Santano; la delegada municipal de Obras, Cristina Laborada, y el director de Deportes foral, Asier Sarriegi, participaron en la simbólica colocación de la primera piedra de la obra en el campo de fútbol de Larreaundi. Una gran representación de los grupos municipales acudió al acto, que estuvo arropado también por miembros de la AVV del barrio, por los máximos representantes del Dunboa-Eguzki, Ricardo Gómez y Valentín Iglesias, y por muchos residentes en la zona. La transformación del campo de fútbol conlleva una reforma de la urbanización exterior de la manzana que completará las actuaciones realizadas con motivo del vial Dolores Salís. Además, incluye la creación de un aparcamiento y nuevos edificios (vestuarios y una cafetería) para el campo que modernizarán un ámbito en plena transformación, ya que justo enfrente se está construyendo ahora el centro escolar de Eguzkitza. Tanto Santano como Laborda insistieron en la regeneración que está teniendo lugar en un barrio «de siempre y nuevo a la vez».
Crítica de EB
Manuel Millán (EB-B), presente en el acto, reconoció que éste es «un paso positivo» pero criticó que «los esfuerzos económicos no mejoran la escasez de instalaciones. Con Iparralde-Gal, desaparecerá un campo de hierba artificial, así que gracias a éste, quedaremos igual. El propio Stadium Gal se tirará pocos años después de construirlo para hacer uno nuevo. Cuando se haga Zubieta, será para sustituir Plaiaundi... Un gran esfuerzo para seguir siempre igual»
pie de foto:Primera piedra. Cristina Laborda y Valentín Iglesias (Dunboa-Eguzki) entierran la caja con periódicos del día ante la mirada del alcalde Santano y el resto de los asistentes al acto. :: F. DE LA HERA
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