Noticia publicada en Diario Vasco sección Gipuzkoa el sábado día 24 de Diciembre de 2011
LAS CUENTAS DE GIPUZKOA
Garitano tentó a los jeltzales a votar en contra al cuestionar todos los puntos de su acuerdo. Resta efectividad a la ayuda a las empresas, descarta nuevas variantes y residencias en 2012 y dice que convencerá a PNV, PSE y PP en el rechazo a la incineradora
24.12.11 - 02:29 -
DAVID TABERNA SAN SEBASTIÁN.
24.12.11 - 02:29 -
DAVID TABERNA SAN SEBASTIÁN.
Probablemente, términos tan enrevesados como geometría variable se inventaron para casos como estos. La Diputación se apuntó ayer un tanto doble al sacar adelante su primer Presupuesto de la legislatura gracias a su acuerdo con el PNV, y recibir el visto bueno a su reforma fiscal con el apoyo del PSE, en lo que supone, sin lugar a dudas, un interesante juego de cintura para pactar los gastos con un partido y los ingresos con otro. Lo más sorprendente de todo es la capacidad del Gobierno foral de llegar a acuerdos tanto con PNV como con el PSE sin convencer ni de lejos a ninguno de ellos. En el caso de los jeltzales, anteponen la necesidad de que Gipuzkoa cuente con unos Presupuestos para 2012 en una situación de crisis como la actual. Los socialistas, por su parte, enmarcan su apoyo en un bien mayor que supera «algo tan puntual» como unos Presupuestos: la convicción de que Euskadi necesita un nuevo sistema fiscal para garantizar el estado de bienestar.
Hasta aquí, sin novedades. Se cumplió el guión previsto. Ahora bien, no se podrá decir que al diputado general, Martin Garitano, no le guste forzar la máquina, tentar la suerte y añadir, por tanto, algo de emoción a un Pleno en el Parlamento guipuzcoano que tenía todo el pescado vendido. Lo que parecía una defensa al uso de ambos proyectos, de los que dijo estar «orgulloso, satisfecho y contento» por haber llegado a «acuerdos» con los «diferentes grupos», se fue transformando a medida que completaba su discuso en una batería de desconsideraciones, reproches y desmentidos sobre todos y cada uno de los puntos del acuerdo presupuestario firmado con el PNV y que le garantiza al menos dos años de tranquilidad, ya que unos Presupuestos prorrogados para 2013 no hubiera cambiado mucho la hoja de ruta de gasto restrictivo que tiene diseñada la Diputación para la legislatura. Quizá porque quería mandar un mensaje de autoridad el día en que se cumplían seis meses de su elección como diputado general, porque pretendía tranquilizar a su electorado o porque intuía que su discurso no iba a motivar un cambio de postura entre sus teóricos apoyos en la Cámara, Garitano no tuvo reparos en dar un giro de 180 grados al acuerdo presupuestario firmado con el PNV. Incluso con aquellas medidas que parecía defender, no hizo excepción.
Así, tras cinco meses negándose a fortalecer las ayudas al tejido empresarial guipuzcoano, Garitano realzó la partida de «ocho millones» lograda por el PNV para apoyar a las empresas ya que «Gipuzkoa es un territorio industrial, debe seguir siéndolo y hay que garantizar el empleo». Ahora bien, restó valor a sus efectos al recordar que «esos 8 millones no nos sacarán de la crisis».
Porfundizando en el tema, Garitano arremetió, sin citarlo, contra el modelo Gipuzkoa Aurrera impulsada por el PNV, al entender que deja las decisiones en manos de entidades privadas, y defendió la necesidad «de volver a construir los puentes rotos», mediante un debate sobre la salida de la crisis que integre a empresas, sindicatos...
Lejos de quedarse ahí, Garitano también quiso contextualizar otros puntos del acuerdo presupuestario con el PNV que han pasado más desapercibidos. En concreto, las partidas introducidas por los jeltzales para las residencias de ancianos de Irun, Elgoibar y Usurbil, y los fondos destinados a las variantes de Irun y Zarautz. «En 2012 no hay dinero para las residencias. Y lo mismo con las variantes. Vamos a analizarlo», subrayó Garitano, reprochando las exigencias presupuestarias de PNV, PSE y PP. «¿De dónde sacamos el dinero?», les preguntó.
La incineradora, a debate
Pero, sin lugar a dudas, el punto más polémico de su discurso, ése que ya captó la atención completa de todos los junteros y empezó a intranquilizar y a «enfadar» al portavoz del PNV, Markel Olano, fue el referido a la incineradora.
El acuerdo sobre la planta entre PNV y Bildu es el mismo. Lleva la firma de ambas partes, pero la interpretación que hacen de él es como la noche y el día. Y ayer Garitano quiso dejarlo claro. El diputado general admitió el plazo de seis meses que se han dado ambos partidos para decidir su futuro, aunque, a su juicio y a diferencia del PNV, sólo servirá para enterrar el proyecto. «La incineradora es quemar el dinero. Hay que estudiar cuántos residuos generamos, tratarlos y cuando ya sólo queden entre el 10% y el 15% analizar qué hacer con ellos. Nosotros no queremos la incineradora y en un plazo de seis meses les vamos a convencer».
Garitano también negó que el acuerdo con el PNV suponga dejar la decisión última en manos de las Juntas Generales. Así, enfatizó que se tendrá que contar con la decisión de los ayuntamientos y organismos competentes en esta materia, donde Bildu tiene mayoría. En lo que sí coincidió con los jeltzales es en «sacar los residuos del debate estéril y de los ataques políticos y llevarlo a parámetros más razonables».
No todo fueron puntualizaciones. O sí. El diputado general también quiso ensalzar que las aportaciones de PNV y Aralar han «enriquecido» el proyecto. Ahora bien, subrayó que el Presupuesto de Bildu para «una nueva Gipuzkoa» ha salido adelante «desde nuestra filosofía».
La prueba de que el discurso de Garitano agitó un Pleno que se presentaba aburrido fue que, tras salir adelante el proyecto con los votos de Bildu y la abstención de PNV y Aralar, todos los portavoces solicitaron que se les ampliara el tiempo para dar la explicación de su voto y contestar «por alusiones».
El turno más esperado no podía ser otro que el del peneuvista Merkel Olano: «El discurso del diputado general ha sido torpe y desleal, hasta el punto de que hemos tenido la tentación de votar en contra», respondió sin ocultar su «enfado». El exdiputado general, quien acusó a Garitano de rescatar los aspectos más integristas y radicales» y realizar «un cierre de filas de la izquierda abertzale» en torno a cuestiones como la gestión de residuos, le recordó que «tiene una realidad que gestionar y no una ficción».
Pese a la «tentación», Olano defendió un estilo «constructivo» de hacer oposición. «Teníamos un caramelo para tumbar los presupuestos, somos conscientes de que eso hubiese debilitado y sido casi una puntilla para el conjunto de la legislatura pero nosotros no entendemos la política de esa manera, porque sería irresponsable», subrayó el dirigente jeltzale.
pie de foto: Martin Garitano explica en la tribuna los acuerdos del Presupuesto, mientras el portavoz jeltzale, Markel Olano, toma notas. :: MIKEL FRAILE
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