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La lluvia respeta a San Isidro más que a los baserritarras
Escampó para la procesión del santo y la bendición de los campos irundarras. El sector agroganadero lamentaba ayer que la meteorología adversa, frío y agua, retrasa la siega de la hierba y la plantación del maíz
16.05.13 - 00:11 -
La procesión de San Isidro pudo realizarse en seco. La lluvia, presente en la comarca durante toda la mañana, optó por cesar justo a tiempo para la salida del Santo, que se retrasó unos minutos a la espera de si, efectivamente, escampaba.
Esa es la razón oficial, si bien no deja de ser cierto que el almuerzo, que con los años ha superado en mucho su versión de caldo y huevo, se preparó antes de la procesión e hizo que se retrasaran un poco muchos de los asistentes. Euskal Kirolak, que es quien desde hace varias décadas organiza la fiesta por el patrón de los labradores, adelantó el almuerzo, «porque si lo hacíamos después de la misa, quedaba demasiado cerca de la comida», explicaba ayer el presidente de esta sociedad, Juan Cruz Ruiz de Arbulo.
El caso es que San Isidro salió de la ermita sanmarcialera y se pudo acercar a las campas cercanas sin lluvia que lo incordiara. Ni a él ni al centenar largo de personas que lo acompañaba, incluidos el párroco de Artia, Iñaki Larrea; el alcalde, José Antonio Santano y otros corporativos locales como el delegado municipal de Medioambiente, Miguel Ángel Páez, y el portavoz de EAJ-PNV, Xabier Iridoy. Ya en las campas, Iñaki Larrea realizó la oración y la bendición de «campos, bosques y cultivos» de la ciudad y la figura del santo y los fieles desanduvieron el camino hasta la ermita donde el párroco ofició la misa.
La fiesta continuó con trikitilaris, bertsolaris y deporte rural en el propio monte y se remató con una comida de hermandad entre los baserritarras en el restaurante de San Marcial donde había tenido también lugar el almuerzo previo.
Hartos de la lluvia
El agua es imprescindible para la buena marcha de los campos, pero también puede llegar a ser un problema. En la jornada de ayer, muchos baserritarras locales comentaban los perjuicios de este arranque de primavera tan lluvioso. «No se puede cortar la hierba siquiera». Ruiz de Arbulo explicaba la cuestión de fondo. «Los sistemas para alimentar el ganado han evolucionado mucho, pero el maíz sigue siendo una parte muy importante. A estas alturas de año, para San Isidro, los caseríos suelen haberlo plantado ya. Este año, como no deja de llover, la mayoría no han podido aún hacer la siega, que es el paso previo. Luego le dan la vuelta a la tierra y después plantan el maíz».
En torno al tiempo giraron muchas conversaciones en los primeros momentos de la jornada, pero primero la procesión, después la misa y finalmente las actividades lúdicas fueron animando el ambiente hasta la hora de la comida. En la sobremesa de la misma el alcalde tuvo la valentía de lanzarse con un bertso que dedicó a los baserritarras. Como no podía ser de otra manera, los bertsolaris allí presentes, Peñagarikano y Telleria, no perdieron la oportunidad de responder, de manera simpática, al primer edil.
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