IRUN
El Ayuntamiento propone para la biblioteca San Juan un «espacio flexible»
El proyecto quiere responder a un concepto «amplio y cambiante» en este tipo de instalación cultural para adaptarse a necesidades futuras
13.06.13 - 00:04 -
El concepto de biblioteca está en proceso de cambio. Es una premisa compartida por todos los grupos municipales, según dijo ayer el alcalde, José Antonio Santano, y que, de la misma manera, comparten también los técnicos del Ayuntamiento y los que han firmado el proyecto para el subsuelo de la plaza de San Juan.
Hay puntos coincidentes sobre lo que sí es una biblioteca. Una biblioteca es un lugar de conocimiento, donde hay libros; donde hay acceso a las tecnologías de la información y la comunicación; donde se organizan actividades culturales; donde la gente lee, estudia. Partiendo de eso y de las características del espacio, el equipo del arquitecto Luis Uzcanga ha propuesto un equipamiento que el alcalde, el propio arquitecto junto con técnicos y responsables políticos de distintas áreas, presentó ayer ante los ciudadanos en el Museo Oiasso.
Antes, había dado cuenta del mismo ante los medios de comunicación, destacando dos características del proyecto. Por un lado, lo describió como «uno de los más sostenibles que puede hacer una ciudad. Lo habitual en las ciudades es o suprimir espacios u ocupar espacios. Pero en este caso, Irun ha creado un espacio nuevo justo en el centro de la ciudad».
Por otro lado, señalaba que «la biblioteca es un concepto amplio y cambiante. Nadie sabe dónde va a terminar esa evolución, si es que termina en algún momento. Por eso necesitábamos que este espacio tuviera visión de futuro, pero de presente también». Apuntaba que el espacio proyectado en San Juan, «con la flexibilidad que tiene, nos ofrece todas las oportunidades: desde la biblioteca clásica a otra más moderna, más interactiva, donde la gente joven se encuentre, donde haya espacios de creatividad...»
La primera fase, para 2015
El director del área de Obras, Pedro Lapazaran, dio cuenta del proyecto que, en esta primera fase, abarca 2.700 m2 del primer sótano, desde el óvalo hacia el paseo de Colón, hasta lo que en superficie es el vial para los autobuses. En la perspectiva desde la calle, esta actuación introducirá un cambio importante. El óvalo, el hueco existente en mitad de la plaza, ganará con la obra un nuevo sentido y se convertirá en el principal punto de acceso a la nueva biblioteca. Para ello, al lado del ascensor actual, nacerá una rampa escalonada que, en dos tramos, llegará hasta la parte baja, donde se encontrará el principal acceso. En la curva intermedia de la doble rampa se proyecta, para la futura segunda fase, una continuación hasta conectar con la entrada desde la calle Jesús, que, hasta entonces, será sólo una salida de emergencia.
La entrada principal será accesible también desde el ascensor actual y junto a ella, ya dentro del subsuelo, estará una recepción que incluirá los servicios de la Oficina de Información Juvenil. A su izquierda, hacia Prudencia Arbide, se desplegará la zona de estudio, que contará con espacios aislados (paredes de cristal) para el trabajo en grupo.
A la derecha de la recepción se abrirá, en el mismo espacio diáfano, la biblioteca en su sentido puro, con libros, por supuesto, pero también con ordenadores, que se ubicarán en una zona ligeramente elevada sobre el resto. Más a la derecha aún, y separados del resto de nuevo con paredes de vidrio, aparecen tres conceptos de biblioteca que se distinguen de la general por los tramos de edad a los que se dirigen: la juvenil, la infantil y la de bebés. La segunda de ellas aprovechará la forma del suelo, obligada por la salida del parking del piso inferior, para crear un graderío desde el que los niños asistan a las sesiones de cuentacuentos y a otras actividades para ellos.
Al fondo, junto al muro que define el límite de la biblioteca, se ubicarán despachos, salas polivalentes, zona de café, el KZ gunea (que se desplaza aquí), aseos, etcétera.
Todo esto se incluirá en el proyecto de la primera fase, que se aprobará para sacarlo ya a concurso «este mes o el que viene», dijo el alcalde, teniendo en cuenta que se habilitan diez días tras la reunión de ayer para aportar sugerencias que se puedan incorporar.
La idea es que las obras, por unos tres millones de euros, arranquen este año y, con 16 meses para su ejecución, la nueva instalación se pueda estrenar en 2015.
La segunda fase, para acondicionar el resto del espacio, tendrá que esperar.
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