Una ciudad que presume de su arte
La colección pictórica municipal se muestra gratuitamente, desde ayer hasta el 31 de agosto, en Ficoba
- IÑIGO MORONDO
- IRUN
Una generosa representación de la obra de Menchu Gal conforma, literalmente, el cuerpo central de la exposición que ayer se inauguró en Ficoba para exhibir, hasta finales de agosto, parte del patrimonio pictórico de la ciudad. Sus cuadros son mayoría y están organizados ocupando el tercio central del Pabellón 1 que acoge la muestra. Dejan ver diversas etapas y motivos, pasean al espectador por bodegones, retratos, paisajes rurales y urbanos; le exhiben los conceptos básicos de la pintura naturalista, las formas geometrizadas de la cada vez más cotizada etapa cubista de la autora, su posterior estallido fauvista de colores...
Aunque no sólo de Menchu Gal presume esta cita, es cierto que entre los grabados y dibujos que reciben al visitante al entrar, se aprecian enseguida los carboncillos de la irundarra representando hitos del paisaje urbano de su ciudad natal. Pero también un aspecto del antiguo barrio de Santiago firmado por Gaspar Montes. Ana Izura, Koldobika Jauregui, un cartel de edición limitada de Eduardo Chillida sobre derechos humano (el número 42 de 100) y otras obras participan de ese primer bloque. Da paso a una extensa colección de paisajes urbanos, campestres y marinos, de Irun y su entorno (Baztan y Hondarribia, principalmente) donde se encuentran dos de las tres obras que destaca Edorta Kortadi, comisario de esta exposición. Primero, un cuadro rural de Gaspar Montes, «lleno de literatura de lo que es un caserío; la gente, el país, el silencio. Un paisaje que es un emblema». Después, una obra de Gracenea, «un paisaje lírico, muy poético, pero con mucha fuerza». Esa parte rural en la que aparecen, entre otros, Berrueta y Albizu, con sus arrantzales, se abre a lo urbano con Carmen Maura, María Maldonado, Moreno Bergareche, Las Heras... intercalando un espacio propio para distintas visiones del hito del Juncal, bien como representación de la virgen, bien como monumento urbano. Izura, Eugenio Ortiz, Ruiz de Eguino... ponen el punto de abstracción a esta parte.
Arte institucional y concurso
El último tercio agrupa tres entornos temáticos. Primero, el Ayuntamiento, como institución (retratos de personajes históricos y alcaldes de la democracia) y como construcción (vistas de la plaza San Juan y de la propia casa consistorial entre las que destaca la de Javier Sagarzazu).
Pintura y fotografía de Felipe Iguiñiz, parte de la obra que donó este artista a su ciudad natal, sorprenden al visitante. «Esa fotografía abstracta», advierte Kortadi, «no se hacía prácticamente cuando empezó a hacerla Iguiñiz». Adentrada en ese aire más contemporáneo, la exposición presenta algunas de las obras ganadoras del Concurso Adour-Bidasoa y que, por el hecho de serlo, pasan al patrimonio municipal, añadiendo a su lista de autores nombres como el del hondarribitarra Aiert Alonso, la asturiana Sonia Díaz o la vizcaína María González Hacha, ganadora de la edición 2013.
Tras cerrar el perímetro con obras de Menchu Gal, aún queda el espacio central que ofrece algunas de las mejores obras de la artista. Por destacar al menos dos, imprescindible su mirada a la vendimia de Remelluri y su imagen nocturna, en plenilunio, de la bahía de Txingudi.
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