El Carnaval presenta novedades para reforzar sus puntos débiles
La colaboración con Ondare aporta nuevos bríos al entierro de la sardina
- IÑIGO MORONDO
- IRUN
El programa para el Carnaval de Irun arranca hoy oficialmente con la comparsa de caldereros, la alegre tribu de zíngaros que anuncia unas fiestas que se prolongarán hasta el martes 9 de febrero, cuando, con el entierro de la sardina y la quema del zanpantzar, se darán por cerradas.
Ese último acto carnavelero es uno de los puntos débiles que venía detectando el área de Cultura en esta programación festiva. En los últimos años, a través de acuerdos con las comparsas participantes en los desfiles de sábado y domingo, se han dado avances hacia una cierta mejoría. Pero ha sido la asociación Ondare la que ha querido dar un paso al frente para «darle auge», comentó ayer el representante de esta entidad, Iñigo Mangas. Para ello, han recurrido a la historia de este acto, «buscando en el Archivo Municipal imágenes que nos permitieran recuperar personajes y otros elementos que incluía hace unos años». Así, este año, se incorporarán nuevas máscaras a la comitiva, fabricadas además, según apuntó el técnico de Cultura Javier García, «por el mismo artesano local que cada año se encarga de la sardina y del zanpantzar, Xabier Garate». También se incorporará al desfile del martes el estandarte que en su día realizó la sociedad Izoki para esta jornada. De un elegante negro y con elementos dorados, luce en el centro la esbelta figura de una sardina de pelo rosa.
Para acompañar al pez, es la comparsa Gazte Landetxa la que este año se ha presentado voluntaria. «El problema es que es martes y eso dificulta mucho reunir gente», explicó Edurne Ogallar, miembro de este grupo. «Para los desfiles de sábado y domingo seremos más de 170, pero el martes, entre trabajo, actividades extraescolares y otros compromisos, de momento hemos confirmado 20 personas», que, estrenando nuevas parihuelas, trasladarán la sardina hasta San Juan para que sea quemada junto al zanpantzar de este año. De éste, como recordó García, «se guarda siempre la cabeza», dejando a las llamas sólo su cuerpo.
La otra novedad no tiene que ver directamente con la sardina, ya que se trata de un programa físico del Carnaval; una edición impresa y en color con las diversas actividades que vivirá la ciudad estos días.
Un desfile de 2.500 personas
La delegada de Cultura, Juncal Eizaguirre, señaló que «aunque este año llega un poco antes de lo normal, todo está ya preparado». Así lo confirmó Ogallar, que comentó que en el caso de Gazte Landetxa, «carroza y disfraces están ya prácticamente terminados» y que gracias al buen tiempo de las últimas semanas «hemos podido hacer ya dos ensayos al aire libre para practicar las coreografías». Confían en que la meteorología permita aún alguno más, «aunque lo que nos preocupa más es que va a pasar el fin de semana de los desfiles, porque las previsiones dan de todo». Son ya tres años consecutivos en los que la lluvia se ha autoinvitado a la celebración carnavalera y las comparsas piden un poco de tregua este año.
A pesar de las adversidades meteorológicas, 16 comparsas han confirmado su participación. Aunque son dos menos que el pasado año, «no baja la cifra total de participantes, unos 2.500, porque muchos grupos crecen en número», advirtió García. Gazte Landetxa es uno de los 9 que tiene ya más de 150 componentes y, de éstos, «ya hay dos que superan los 300». Eizaguirre quiso tener palabras de agradecimiento para todas las entidades participantes, «por ese trabajo que empieza meses antes del Carnaval con un esfuerzo y una vocación sin la que no se podría sacar adelante el desfile», y para aquellas sociedades y grupos que se encargan del resto de actividades que se incluyen en el programa.
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