Un primer mes para crecer en usuarios
El espacio para los mayores de Palmera-Montero Gunea es cada vez más conocido y prontó iniciará nuevas actividades
- IÑIGO MORONDO
- IRUN
La tarde del viernes es tarde de bingo. Pero no por ello deja de ser tarde de dominó, de cartas o de conversación. El espacio que Palmera-Montero Gunea ha reservado para los mayores da cabida a esas actividades y a otras muchas. «El 13 de diciembre, el primer día oficial de apertura, hubo muy poquita gente, pero el boca a boca va haciendo efecto y cada tarde se acercan más personas. El día que más, esta semana, hubo 58», cuenta Ana Varela, encargada de dinamizar el centro. Está terminando de preparar el programa de actividades «que esperamos pueda arrancar en febrero, ahora que ya hay muchos usuarios habituales». Ella gestiona el material y lo mismo juega a las cartas que al dominó, instruye en el uso de los ordenadores o, simplemente, da conversación, que no es poco.
«Nosotros, por ejemplo, venimos a charlar», dice Iñaki Almandoz en nombre de su cuadrilla. «Nos juntamos en la rotonda de Osinbiribil, pero con frío y mal tiempo, se está mejor aquí», reconoce cómodamente sentado en uno de los sofás. «Además, aquí hay tele, que siempre da mucho que hablar». Sus amigos aún no han llegado y comparte esa zona con Juan Lorenzo Moreno que califica este nuevo servicio como «un lujo. Es buen 'refugio', con buen ambiente y buenas personas». «La verdad», coincide Almandoz, «es que está muy bien preparado. En esto el Ayuntamiento ha acertado y ha hecho lo mejor que se puede hacer». Moreno advierte que el horario, de 16.00 a 20.00 horas y de lunes a viernes, no es muy amplio, «aunque a mí me sirve».
Comparte su opinión Diego Murcia, aunque en una versión más crítica. «Me gusta estar aquí, pasar el rato, leer el periódico, charlar... Pero con este horario tan escaso, solo he podido venir tres veces. La sala está muy bien, pero pienso que deberían abrirla por las mañanas, desde las diez hasta las doce o la una. Si no, se queda muy limitado».
Usuarios habituales
En el mes que lleva en marcha, este espacio ha empezado a consolidar usuarios habituales. «Sí que hay personas que vienen a diario. Curiosamente, la mayoría son hombres cuando normalmente en este tipo de servicios suele haber más mujeres», confirma Varela.
Una de las que rara vez perdona la visita vespertina a Palmera-Montero Gunea es Marisol González, vecina de Arbesko Errota a la que el nuevo equipamiento le ha venido «realmente bien. Me bajo todas las tardes, sobre todo a usar internet. Hice en su día un curso en el KZgunea de Pío XII y no lo había vuelto a tocar, pero Ana me ayudó y ahora ya me manejo bastante bien». Emplea el ordenador para buscar documentación sobre sus hobbies, pero se ha convertido también en una buena razón para hacer asidua su presencia y «conocer a la gente que suele venir. Gente maja con la que da gusto hablar».
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