La consultas en el Archivo municipal crecen hasta superar las 2.800
El servicio ha dado a conocer los datos de la memoria del año pasado | Los responsables han constatado un aumento en el interés y la demanda de información histórica por parte de la ciudadanía
El Archivo municipal custodia la documentación histórica de Irun, expedientes, libros, ejemplares de prensa escrita y auténticos tesoros relacionados con el pasado de la ciudad que retroceden hasta el siglo XVI. Este patrimonio documental suscita el interés de cada vez más ciudadanos. De acuerdo a la memoria del servicio, que presentaron el delegado de Sociedad de la Información, Pedro Alegre, y la responsable del Archivo, Sagrario Arrizabalaga, en 2017 se registraron un total de 2.842 consultas.
En cuanto al perfil de quienes se acercan al Archivo a demandar algún tipo de documento, 295 fueron tipificados como investigadores. «Hay gente que diariamente viene a estas instalaciones a consultar documentación histórica para sus trabajos», explicó Pedro Alegre. En 2016, fueron 228.
Además de estos investigadores, también visitan el Archivo de forma habitual otros usuarios. «Hay una demanda creciente para consultar información histórica, que gracias a la labor diaria del personal del Archivo está próxima a la ciudadanía», señaló el delegado. Otra de las razones que ha motivado ese crecimiento del número de consultas por parte del público general es la tramitación de la ITE (Inspección Técnica de Edificios). «Normalmente nos solicitan fotocopias de los planos», explicó la responsable del Archivo.
A esa cifra de 2.842 consultas hay que sumar las demandas internas de las diferentes áreas municipales. Concretamente, el Archivo atendió el año pasado 474 peticiones de remisión de expedientes o de redacción de informes. «Áreas como Urbanismo y Obras suelen requerir información sobre cuándo se construyó una casa o una calle, y recurren a los expedientes que se guardan en el Archivo», señaló Pedro Alegre.
Urbanismo es, además, uno de los departamentos que deposita mayor cantidad de información en el Archivo: «le damos prioridad, porque tiene saturado su archivo departamental y porque los proyectos de construcción cada vez ocupan más espacio», añadió Sagrario Arrizabalaga.
Un expurgo necesario
Todos esos documentos que albergan los locales de Ikust Alaia se conservan «en condiciones óptimas en cuanto a humedad, temperatura y demás factores», explicó Pedro Alegre. «Todos los años se contrata una empresa que valora las condiciones de las instalaciones, ponen trampas para detectar si hay actividad de insectos o microorganismos y emiten, después, un informe final. Hasta la fecha no hemos tenido ningún problema», señaló Sagrario Arrizabalaga.
El único escollo, y que no atañe únicamente al de Irun sino que es «general a todos los archivos», es el de la falta de espacio: la archivera explicó que, como se detalla en la memoria del servicio, «vamos a tener que acometer una operación de expurgo, de eliminación documental». Previamente, se realizará «una valoración y selección», y para ello «estamos siguiendo las pautas del Gobierno Vasco». Un ejemplo de documento que se puede eliminar si es necesario, concretó Arrizabalaga, puede ser «un expediente de obra menor», como «el cambio de azulejos en una casa hace cuarenta años, que no aporta nada en cuanto a la estructura o características del edificio».
Además del servicio que ofrece en sus propias instalaciones, el Archivo promueve otras líneas de actividad como la beca de investigación Serapio Múgica: tiene carácter bienal y «el año en que no es convocada publicamos el libro correspondiente a la edición anterior. El año pasado fue el de 'La evolución de las fortificaciones en Irun», recordó la archivera. La publicación vio la luz «en formato de guía», de modo que, en sus paseos, los ciudadanos puedan identificar y saber más sobre «esas estructuras que nos pasan desapercibidas y son restos de fortificaciones».
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