Una treintena de migrantes se queda en Gipuzkoa en “un limbo legal” sin acceso a los recursos
SOS Racismo prevé un aumento del “bloqueo” de jóvenes que renuncian a continuar su travesía hacia el norte porque no tienen redes de apoyo ni vínculos familiares
Las cifras indican que los flujos se atenúan durante las últimas semanas y lo seguirán haciendo conforme se aproxime el otoño
Las cifras indican que los flujos se atenúan durante las últimas semanas y lo seguirán haciendo conforme se aproxime el otoño
JORGE NAPAL JAVI COLMENERO - Martes, 4 de Septiembre de 2018 - Actualizado a las 06:02h
Jóvenes subsaharianos en un acto reivindicativo en los arcos del ayuntamiento de Irun.
DONOSTIA- Los servicios temporales de acogida de emergencia habilitados en Gipuzkoa para migrantes en tránsito están dando resultado. Los recursos, a rebufo de los acontecimientos, han permitido reconducir una situación que hasta hace unas semanas suponía un reto para las instituciones y que, por el momento, se ha resuelto con la creación de un total de 235 plazas para personas de diferente perfil. Pero según denunció ayer SOS Racismo perdura un problema: el de quienes han agotado sus días de estancia en los recursos y no ofrecen un perfil especialmente vulnerable que les haga ser objeto de atención. Son jóvenes que se han quedado en “un limbo legal”, sin acceso a ninguno de los recursos dispuestos hasta ahora, y “ninguna intención” de continuar hacia el norte de Europa “porque no tienen vínculos familiares”.
Al ímprobo esfuerzo institucional se le abre ahí una grieta. Eso es al menos lo que percibe a diario la Red de Acogida ciudadana de Donostia e Irun, que cifra en una treintena el número de personas que afrontan esa tesitura, obligadas a pernoctar en lugares que no reúnen las condiciones idóneas, como el gaztetxe Lakaxita de la localidad bidasoarra (una veintena de migrantes) y otras catorce en el del barrio donostiarra de El Antiguo. “Pasan los días, y se van abriendo recursos, pero no podemos obviar la realidad de las personas que no cuentan con apoyo, salvo el de organizaciones juveniles y particulares. Más allá del discurso buenista, hay que plantear qué va a ocurrir con los jóvenes que viven en esa situación de bloqueo, un colectivo que va a continuar aumentando durante las próximas semanas”, denunció ayer Peio Aierbe, representante de SOS Racismo en Gipuzkoa.
DESCENSO DE TRÁNSITOS Tratar de cifrar una realidad tan cambiante resulta un esfuerzo casi baldío. Aunque todavía es prematuro aventurar el curso que tomará el flujo de migrantes, sí es cierto que atendiendo a los últimos datos, los tránsitos parecen atenuarse. Si hace dos semanas el número de personas que pasaron por los recursos habilitados por el Gobierno Vasco ascendía a 481, la pasada semana descendió a 214. Desde Cruz Roja advirtieron ayer a este periódico que no se pueden extraer conclusiones de una comparativa “que no resulta representativa”, si bien las previsiones apuntan a que la cercanía del otoño hará descender hasta las 100 o 150 personas atendidas semanalmente.
Lo que no cabe duda es que el flujo migratorio de personas que se encuentran en tránsito hacia el norte de Europa se ha dejado sentir en Euskadi durante la época estival. Desde el pasado 28 de junio, un total de 3.881 personas han sido atendidas por los servicios temporales de acogida de emergencia habilitadas por las instituciones en colaboración con Cruz Roja, que constan de 235 plazas.
Estos datos fueron ofrecidos ayer por la Mesa de Coordinación Interinstitucional para la atención de Personas Migrantes, que componen el Gobierno Vasco, las diputaciones de Gipuzkoa, Bizkaia y Araba, los Ayuntamientos de Donostia, Irun, Bilbao y Vitoria, así como Cruz Roja.
La actual situación, en cualquier caso, sigue sometida a una doble lectura. Las instituciones entienden que, dentro de lo que cabe, se han creado las herramientas necesarias para reconducir la situación, pero la Red de Acogida ciudadana de Donostia e Irun pone el foco en “un colectivo creciente” de personas demandantes de asilo, que deben de aguardar cita durante meses para ser atendidos. “Se abre durante ese tiempo un compás de espera que les impide acceder a cualquier recurso”, denuncian desde la red.
FALTA DE INFORMACIÓN El lehendakari, Iñigo Urkullu, reconoció ayer que la falta de información sobre los movimientos de los migrantes ha provocado “desajustes en la atención al global” a las personas que llegan a Euskadi. No obstante, remarcó que, a pesar de ello, se ha dado una “respuesta ordenada”. En una entrevista concedida a Radio Euskadi insistió en la necesidad de “una política europea común” para afrontar el fenómeno de la migración.
El lehendakari lamentó que “nos encontramos con una novedad en el fenómeno migratorio de tránsito hacia los países centrales de Europa, de movimientos de los que no estábamos informados, y esa falta de información ha provocado desajustes en lo que pudiera haber sido la atención al global de los migrantes”.
Según recordó, se trata de una competencia del Gobierno central, ya que la administración vasca únicamente es competente en “la vocación de respuesta humanitaria a las personas que están en la Comunidad Autónoma Vasca”. Pese a “no recibir información”, el lehendakari resaltó que en Euskadi se ha creado “una respuesta ordenada a este fenómeno”, aunque “todo es mejorable”. Además, precisó que el fenómeno migratorio “tiene sus matices” y, en este sentido, advirtió de que se está “metiendo en el mismo saco” a los migrantes en tránsito, a los migrantes en situación de vulnerabilidad, a los solicitantes de asilo o a los menores extranjeros no acompañados.
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