El flujo de migrantes baja en Irun pero aún llegan «unas 15 personas al día»
Decenas de personas se concentraron ayer en el puente de Santiago por la igualdad de derechos para los migrantes
Ni la llegada del frío ni el férreo control en la frontera francesa. Nada ha impedido que el flujo de migrantes provenientes del África Subsaharianahaya cesado desde mayo en Gipuzkoa, más concretamente en Irun. Si es cierto, tal y como confirman desde la Red de Acogida Ciudadana de Irun, que el número de personas que llega a diario ha descendido en los últimos meses. No obstante, aseguran que aún detectan al rededor de 15 personas a diario en las estaciones de autobús y tren de la localidad fronteriza.
Ayer decenas de personas se concentraron en el puente de Santiago, en Irun, punto habitual de las devoluciones en caliente que realiza la policía gala, para reclamar los derechos de las personas migrantes, cuyo Día Internacional se conmemora hoy, en un llamamiento realizado por el colectivo de Iparralde Etorkinekin y al que se sumó la Red de Acogida de Irun. Asimismo el lehendakari Iñigo Urkullu presentará hoy el Pacto Social Vasco para la Inmigración.
Irun ya se ha acostumbrado a su nueva realidad. Desde principios de verano es un espacio de recepción de los migrantes llamados de tránsito, naturales de países subsaharianos que llegan al sur de la península en pateras y que la cruzan de abajo arriba para acercarse a su objetivo final: la frontera francesa. Y lo que al principio se presentó como un fenómeno pasajero que se terminaría con la llegada del invierno, se ha convertido en un problema crónico que las instituciones no han tenido más remedio que asumir. En Irun, tras varias idas y venidas, el albergue de Martindozeneaofrece un servicio de 24 horas para la acogida de emergencia de migrantes, en el que duermen unas 30 personas cada día.
Al mismo tiempo, la labor de la Red de Acogida Ciudadana sigue siendo indispensable. Ion Aranguren, miembro de este colectivo de ciudadanos voluntarios, explica que mantienen el punto de referencia e información en la plaza de San Juan, «y cada mañana hacemos la vuelta de reconocimiento para detectar a los que llegan a las estaciones, a quienes les explicamos los recursos que están a su disposición e incluso les acompañamos hasta Martindozenea». Además siguen ayudándoles con la donación de ropa o la recepción de dinero que sus familias les envían desde Francia.
Tras meses de movilizaciones reclamando una mayor flexibilidad en el servicio y los requisitos de entrada al albergue de Martindozenea , Aranguren afirma que «actualmente se está cumpliendo casi al 100% lo acordado. Los migrantes pasan cinco noches en el albergue, en el caso de las mujeres y niños incluso algunos días más, está abierto las 24 horas y ya no se les exige que lleven menos de un mes en el Estado o que presenten un documento de expulsión expedido por la Policía Nacional cuando llegan al sur».
Al mismo ritmo que han descendido las llegadas lo han hecho también las devoluciones en la frontera por parte de la policía gala. «Hay menos porque pasan menos, pero casi todos los días dejan a 5 o 6 chicos en el puente de Santiago de Irun», asegura Aranguren.
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