miércoles, 26 de diciembre de 2018

«Hay padres que no visitan a sus hijos en el centro Zubieta porque no hay autobús»

Noticia publicada en Diario Vasco,el miércoles día 26 de Diciembre de 2018.

«Hay padres que no visitan a sus hijos en el centro Zubieta porque no hay autobús»

Familiares de internos de las instalaciones de Uliazpi en Hondarribia reclaman una parada de bus. / LUSA
Familiares de internos de las instalaciones de Uliazpi en Hondarribia reclaman una parada de bus. / LUSA

Familiares de internos en las instalaciones de Uliazpi en Jaizubia reclaman «una parada de autobús digna, segura, ordenada e iluminada»

Teresa Flaño
TERESA FLAÑO SAN SEBASTIÁN.
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Familiares de personas con discapacidad intelectual internas en el centro Zubieta dependiente de Uliazpi, gestionado por la Diputación de Gipuzkoa, reclaman una parada de autobús frente al edificio «digna, segura, ordenada e iluminada» para todas las líneas que por ahí vemos pasar y no paran». El centro se encuentra a tres kilómetros de Hondarribia, en Jaizubia Hiribidea 1, y el transporte público más cercano tiene paradas un kilómetro antes y otro después, en la carretera GI-638, en un tramo de doble dirección entre Hondarribia y Donostia. Estos días están recogiendo firmas de apoyo y además han elaborado su propia propuesta atendiendo a las necesidades de los internos, familiares y trabajadores.
Los afectados consideran que ahora que se están realizando las obras para habilitar un bidegorri en esa vía, «también a cargo de la Diputación», se puede tomar en cuenta su propuesta. En concreto, solicitan que «se nos habilite una parada de autobús digna, en ambos sentidos, frente al centro Uliazpi, que incluya también un semáforo que pare el tráfico solo por demanda -con un botón-, con el correspondiente paso de cebra, marquesinas, luz y carriles de aceleración y desaceleración hacia el terreno vegetal fuera de la circulación».
El centro Zubieta fue inaugurado en 1984. Consta de estancias de día con capacidad para 87 personas y 6 viviendas independientes para 72 personas, además de ofertar un servicio de respiro para dar apoyo a las necesidades de los familiares y de las personas atendidas, por ejemplo, durante periodos vacacionales y algunos fines de semana.
Solicitan a la Diputación que aproveche las obras del bidegorri para instalar la parada
Para poder llevar a cabo la actividad diaria y comunitaria, el centro cuenta con tres vehículos propios, dos de ellos adaptados de 9 plazas y un monovolumen de 7 plazas, que permiten y facilitan la movilidad y el transporte de los usuarios. Pero lógicamente no sirven de transporte para familiares y trabajadores que deben acudir en vehículo propio, taxi o andar cerca de un kilómetro en una carretera complicada para coger un autobús.
Bingen Etxabe tiene un hermano interno en el centro. Su madre, una mujer mayor que vive en Pasai Donibane, solo puede ver a su hijo cuando Etxabe le lleva en su coche -las visitas permitidas para los residentes en las villas son de dos por semana-. Su caso no es el único porque «hay muchas personas mayores que no conducen y que no pueden ir si no cogen un taxi. Para muchos es un esfuerzo económico y para algunos también físico porque tienen muchos años y necesitan silla de ruedas para desplazarse, por lo que tienen que recurrir a taxis especiales. Si ponen una parada les resultará más sencillo porque no dependerán de otras personas para ir y si van en silla de ruedas pueden subir y bajar al autobús gracias a las plataformas adaptadas».
Como ejemplo, Etxabe comenta que «los familiares que vienen de de Irun, muchas veces lo hacen paseando entre huertas para no ir por la carretera porque es muy peligroso».

Empleados de Gureak

Los familiares no son los únicos afectados, también algunos trabajadores sufren las malas comunicaciones. Etxabe explica que «hay cuatro turnos, porque tiene que haber atención las 24 horas, y algunos de los empleados proceden de Gureak y tienen distintas minusvalías. No conducen y por lo tanto deben ir andando a las paradas por una carretera que no hay luz». Añade que «cualquier día puede producirse un accidente».
Hace unos dos años la dirección mantuvo una reunión con estos familiares a los que explicaron que la petición que habían planteado tres años antes podía tomarse en consideración, pero desde entonces «no se ha avanzado nada. Ahora el centro nos dice que ve muy complicado que se tome en cuenta. Vemos que el bidegorri avanza y creemos que es un buen momento para que nos escuchen. Estamos recogiendo firmas y después las presentaremos a la Diputación. No se trata de un capricho sino de una necesidad y de una cuestión de dignidad».

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