Uno de cada cuatro vuelos de Hondarribia sufrió incidencias en 2018
Fomento instalará este año en el aeropuerto el sistema de aproximación por satélite Egnos para minimizar los desvíos por malas condiciones meteorológicas
La instalación del sistema Egnos de aproximación al aeropuerto promete reducir el número de incidencias que sufren los vuelos, con salida o destino a Hondarribia. El ministro de Fomento, José Luis Ábalos, reiteró hace unos días que está previsto que esa mejora técnica llegue este año. Pero mientras tanto, el balance de 2018 deja un nivel alto de incidencias, aunque muchas de ellas no tengan que ver con problemas de visibilidad o meteorológicos sino con contratiempos en la operatividad de las aerolíneas. Los datos, compendiados por el perfil social de seguidores del aeropuerto @donostiair, a partir de las estadísticas oficiales, indican que uno de cada cuatro vuelos sufrió alguna incidencia en los últimos doce meses. La mayoría, retrasos sobre el horario programado.
Los números son elocuentes. En todo el año se programaron 4.852 vuelos en el aeropuerto guipuzcoano. Y el 25,7%, es decir, 1.250 sufrieron alguna incidencia que impidió a sus pasajeros salir o llegar a su destino según lo previsto. La mayoría sufrió retrasos de más de 15 minutos en el horario fijado para el despegue o el aterrizaje. Hasta 894 vuelos, el 18,4%, se vieron afectados por estas alteraciones, causadas por múltiples factores, a veces originados en los aeropuertos de Madrid o Barcelona, los dos con los que tiene conexión Hondarribia. Siguiendo con esos datos, 210 vuelos fueron cancelados, el 4,3%; y 146, el 3,01%, tuvieron que ser desviados a otros aeródromos, bien a Bilbao o Pamplona, los dos más cercanos, o incluso de vuelta a la pista del Prat o del Adolfo Suárez de donde acababan de despegar.
Las incidencias no han impedido, no obstante, que Hondarribia cerrara el año manteniendo el tráfico de viajeros, aunque el conjunto de operaciones descendió respecto a 2017. Aena contabilizó 289.444 usuarios, un 2,7% más que el año anterior, pero operó un 7,1% menos de vuelos, un total de 6.415 despegues y aterrizajes. Ese resultado permite remontar el vuelo tras las obras de 2017 que trastocaron el tráfico aeroportuario para cumplir con las medidas de seguridad y conservar las dos conexiones diarias existentes, la que opera Air Nostrum con Madrid y la de Vueling con Barcelona.
El sistema Egnos que las autoridades aeroportuarias prevén instalar a lo largo de este año -no hay fecha exacta anunciada- intentará minimizar ese número de incidencias y rebajar ese 25% de porcentaje, aunque no todo depende del sistema de navegación.
Un análisis más pormenorizado de los datos revela que los meses de primavera fueron los más complicados. También furon en los que más vuelos se ofertaron. Así, en abril, el 28,7% de las 452 operaciones gestionadas, un total de 130, no llegaron a tiempo a destino. Ese mes, otros 29 vuelos no despegaron, ni en dirección Gipuzkoa ni hacia sus rutas habituales.
En mayo, fueron el 33% de los vuelos, uno de cada tres, los que se vieron perjudicados. La meteorología adversa durante los meses de primavera y el hecho de que durante esos meses Enaire, el gestor de navegación aérea de España, procediera a renovar el DVOR, el servicio de radioayuda para la aproximación de los aviones a la pista, incrementaron, notablemente, el número de desvíos. Y con ello, elevaron el porcentaje de incidencias. Así, en abril se contabilizaron 22 desvíos, en mayo, 32 y en junio, 38. La falta de ese sistema se conjuró con muchas jornadas de mal tiempo que impidieron a los pilotos, incluso a los que más experiencia tienen en este aeropuerto tan característico, realizar con garantías de seguridad la aproximación a Hondarribia, lo que disparó los desvíos a Bilbao y Pamplona. Ese último mes antes de la llegada del verano, cuando el DVOR volvió a entrar en funcionamiento, el 8,5% de los 442 vuelos programados fue desviado. Y otro 6,1%, 27 operaciones en total, resultaron canceladas.
Fueron los peores meses de un año más o menos tranquilo, con un verano con pocas incidencias, aunque también con menos vuelos, debido a que en 2018 no se operaron las conexiones de otros años con el aeropuerto londinense de Luton ni con Palma de Mallorca. Agosto fue el mes con menos movimiento en el aeródromo, solo 305 vuelos programados, de los que 47 sufrieron retrasos, 2 acabaron en otro aeródromo desviados y 7 fueron cancelados.
Noviembre malo
El otoño recuperó el tráfico en Hondarribia, con más de 1.100 operaciones en los tres últimos meses. Pero con él, también se incrementaron las incidencias. En octubre, se contabilizaron 53 retrasos, 17 desvíos y 13 cancelaciones de un total de 460 vuelos. Pero en noviembre, los días de huelga secundados por los pilotos de Air Nostrum, obligaron a cancelar conexiones con Madrid. Y en el cómputo global, se suspendieron el 12,1% de los vuelos, 46 de un total de 378 programados, el mayor porcentaje del año, y cifra que ese mes se igualó a la de operaciones retrasadas, siempre en cabeza.
Estos datos confirman, a juicio de las instituciones y del ministro de Fomento, responsable último de las instalaciones aeroportuarias, la operatividad de Hondarribia. En una entrevista reciente con este periódico, Ábalos aseveró que «Hondarribia ha mantenido el orden de magnitud de viajeros del año anterior» e indicó que «Aena trabaja incansablemente para mejorar sus servicios en todos los aeropuertos de la red», con el fin de «captar el interés por aumentar la oferta de las compañías aéreas», que hasta el momento no parece que se hayan interesado por abrir alguna nueva conexión desde Gipuzkoa. «Las nuevas inversiones» en Hondarribia, añadió, «deben resultar de estudios de rentabilidad acordes a estimaciones realistas de evolución de la demanda», añadió.
El año ha comenzado bien, sin demasiadas incidencias salvo el desvío y cancelación del miércoles por el temporal. Y la instalación del Egnos alienta a que 2019 tenga mejor pronóstico que el año anterior.
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