«Si se corre el Tour será señal de que lo peor ya ha pasado»
Ciclismo. Juanma Garate y Patxi Vila son dos más de los que tienen que recurrir al rodillo en estos días
Ya hace varios años que no son ciclistas profesionales, pero Juanma Garate y Patxi Vila llevan el ciclismo en la sangre y sigue siendo su profesión, ahora en el otro lado de la barrera. Desde allí nos cuentan cómo está afectando el coronavirus a su deporte y a ellos mismos.
Juanma Garate ve que «todo nos ha pillado por sorpresa» y cree que «psicológicamente no estamos preparados para estar en casa tanto tiempo. Por suerte, la gente se ha concienciado rápidamente. En parte, porque no hay otra opción y porque entendemos que es por el bien de todos».
El director deportivo del Education First tiene tres hijos –de doce, nueve y siete años– y agradece que «tenemos casa grande, donde se pueden mover y ayuda a que los días no se les hagan muy pesados». A nivel profesional, esta situación le sirve para «incrementar el contacto con los ciclistas. Para ellos es difícil emocionalmente porque son chavales que están acostumbrados a entrenar, a tener unos objetivos y a competir. También estamos teniendo una reunión semanal de los directores, que en el fondo sirve más para animarnos y sacarnos unas sonrisas».
Algunos equipos han decidido reducir sueldos o plantilla, algo que por ahora no ha sucedido en Education First. Garate tiene claro que «somos empresas de entretenimiento y por eso fuimos de los primeros en parar y deberiamos ser de los últimos en volver a empezar». Y añade que «los equipos están intentando que, a pesar de que no hay carreras, el nombre de la marca siga sonando. Se está aprovechando para mantener más contacto con los fans, a través de redes sociales con actividades del tipo de entrenamientos online».
Todas las carreras hasta mediados de junio están suspendidas o aplazadas y ahora el mundillo ciclista tiene el foco puesto en el Tour de Francia, cuya salida está prevista para al 27 de junio.
Garate apunta que «el 80% del retorno publicitario de los patrocinadores es a través del Tour. Si no se corre hará mucho daño a muchos equipos. Lo realmente importante es que, si se corre, significará que hemos pasado lo peor del coronavirus». Lógicamente, le gustaría que se disputara la carrera más importante de todas, pero no a cualquier precio.
Por otro lado, a finales de agosto la Vuelta a España debe recalar en Irun y el propio Garate está ayudando en la organización del evento a nivel local. En este momento, «no podemos especular con nada. Van a ser decisiones de Estado». Algo parecido sucede con la Marcha Cicloturista Juanma Garate, prevista para el 14 de junio. «Por ahora seguimos adelante, aunque conscientes de que va a depender de la situación general. Si se puede, la haremos. Pero si no, habrá que suspenderla».
Lo único del ciclismo que no entiende de suspensiones o aplazamientos es el rodillo, el instrumento que sirve para pedalear sin salir de casa y al que están recurriendo muchos ciclistas y cicloturistas. También Garate, quien en algunas de sus sesiones ayuda a los chavales del Club Ciclista Irunés. «Por medio de videollamada nos conectamos diez personas y les doy unas pautas. Es una forma de mantenerles activos y de que aprendan a usar el rodillo».
Entrenando con y como ellos
Otro que está metiendo horas en parado es Patxi Vila, quien a raíz del confinamiento tomó la decisión de trabajar lo mismo que los corredores a los que entrena. Dice el beratarra afincado en Hondarribia que «es una forma de empatizar con ellos. Que vean que 'te lo mando pero yo también lo hago' y así vamos haciendo grupo». No es solo el rodillo, sino también la gimnasia e incluso la alimentación.
Vila estaba en Sierra Nevada cuando se torció todo y se anunció el estado de alarma. «Dejamos la concentración a medias y nos fuimos cada uno a casa». Una casa que durante muchos años ha pisado poco por su trabajo pero en la que precisamente ahora estaba más tiempo, desde su incorporación a Movistar como responsable de rendimiento. «Llevaba muchos años viajando y estando muchos días al año fuera de casa y he agradecido el cambio». Ve en esta situación «una oportunidad. Para estar con la familia, para hacer cosas que tenías descuidadas, para trabajar de cara al futuro...».
Sobre el Tour de Francia, el navarro también espera que se corra, «pero no solo por nosotros, sino porque querrá decir que se ha arreglado todo. El Tour es la joya de la corona y no correrlo sería un batacazo grande, tanto para el deporte como para la sociedad. Las suspensiones de otros eventos deportivos no están siendo tan traumáticas como sí podría ser la del Tour, que es un acontecimiento que, especialmente en Francia, va más allá del deporte».
Mientras tanto, sigue trabajando desde casa. «Sin un calendario de competición es difícil planificar, pero los corredores tienen que intentar mantener la forma y nosotros tenemos que ayudarles y trabajar en otras cosas».
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