Un coche se empotra contra una tienda en Irun y arrastra a una madre y su bebé
«De repente he oído un ruido tremendo y he visto el coche que entraba en la tienda. Ha sido un susto terrible», relata el propietario del establecimiento
Un aparatoso accidente, por fortuna sin heridos de gravedad, tuvo en vilo a los vecinos del barrio de San Miguel de Irun a primera hora de la tarde de ayer. Poco antes de la una, un vehículo se empotró contra una tienda de la calle Zubiaurre, quedando literalmente en el interior del establecimiento. En su arrancada, el coche se llevó por delante a una mujer, que en ese momento circulaba por la acera empujando la sillita de su hija de dos años. Ambas resultaron heridas con cortes que no revistieron gravedad y fueron trasladadas en ambulancia al Hospital del Bidasoa. En el coche, un Volvo cx90, viajaba una mujer joven con su bebé, una niña que iba en la silla de seguridad, colocada en el asiento trasero.Las dos resultaron ilesas, aunque la conductora sufrió un ataque de ansiedad y tuvo que ser asistida por los sanitarios, así como por su marido y otra familiar, que acudieron a la tienda en cuanto recibieron aviso de lo sucedido. La mujer tardó cerca de una hora en abandonar el vehículo, sin poder parar de llorar, sin consuelo alguno y tremendamente afectada por lo sucedido.
Según fuentes de la Policía Local, que acudió al lugar del accidente y acordonó la zona, el vehículo estaba parado cuando la conductora lo puso en marcha y avanzó hacia delante, golpeando a la mujer y a la niña que iban por la acera y metiéndose en el interior del local. Testigos presenciales del accidente comentaron que era un coche de cambio automático y que la conductora pudo despistarse o cometer un desafortunado error.
En el momento del accidente, se encontraba en el interior de la tienda 'Elementines', dedicada a artículos premamá y de bebé, su propietario, Juan Carlos Alonso. «No sé dónde tengo la mascarilla, creo que ha volado», decía el comerciante todavía aturdido y con la voz temblorosa, mientras atendía a los agentes de la Policía Local y hablaba con la familia de la conductora. «Está el mostrador caído. El coche se ha llevado a una niña de dos años y a la madre desde la calle hasta dentro, rompiendo la luna y todo lo que había delante. Las ha empotrado ahí», señalaba, «pero están bien, afortunadamente. Yo no he visto lo que ha pasado. Estaba trabajando en el ordenador, cuando he oído un ruido grande, he visto el coche venir y me ha aplastado todo el mueble. Ni siquiera sabía que había una mujer y una niña dentro. Enseguida han venido unos chicos marroquíes, han apartado las cosas y han sacado a la niña. Está toda la tienda destrozada. No sé qué vamos a hacer».
A unos metros de la tienda, sentados en la terraza de un bar, se encontraban Zoubair Idrissi, Sofiane Moucaidache y Said Aarab, tres amigos magrebíes, trabajadores de la construcción, que fueron los primeros en asistir a las heridas.
«Yo estaba sentado aquí y he oído un golpe muy fuerte y gritos», contaba Zoubair. «Salimos corriendo a ver qué pasa. Llegamos ahí y vi el Volvo metido en el cristal y a una mujer tirada en el suelo, al lado de las ruedas. Me acerqué y ella gritó: '¡Mi hija, mi hija!' La chica de la lavandería de aquí cerca también salió corriendo y ayudó a la mujer. Nosotros levantamos las cosas rotas de la tienda para ver dónde estaba la niña. Estaba bien. Había un mostrador de hierro y la niña estaba debajo, encogida, asustada, mirando, sin entender lo que estaba pasando».
Sofiane iba en chancletas y tenía varios cortes de cristales que le acaban de curar. «No pensamos, nos lanzamos a sacar a la niña y ya está. Ella está bien y se va a recuperar. Es lo importante. Hemos hecho lo que podemos».
La propietaria de la lavandería Autoservicio Irun, próxima a la tienda afectada, acudió corriendo y se quedó consolando y asistiendo a la mujer herida hasta la llegada de los sanitarios. «Ella estaba sobre todo preocupada por su niña, hasta que vio que los chicos la sacaban y que estaba bien. Se han portado de maravilla. Iban en chancletas y se han cortado porque el suelo estaba lleno de cristales. Ha sido un susto terrible y un milagro que no haya pasado nada más».
Pasadas las dos de la tarde, el coche fue sacado del establecimiento marcha atrás y retirado por una grúa. Hasta entonces, numerosos vecinos se acercaron a la calle Zubiaurre y quedaron impactados por lo ocurrido.
No hay comentarios:
Publicar un comentario