La irundarra Lácteos Doncel inicia una nueva etapa
Vascolac, empresa familiar de Zamudio, la ha adquirido para dar continuidad a un proyecto que adolecía de relevo generacional
La firma irundarra Doncel se ha ido haciendo un nombre durante décadas con su cuidada oferta de postres lácteos tradicionales de máxima calidad que, cada vez más, se han ido viendo en los refrigeradores de todo tipo de tiendas y supermercados. En un complicado segmento de mercado en el que no se persigue la competencia por precio sino la fidelización de la clientela por la calidad de los productos, Doncel se ha construido una imagen y ha cimentado una estructura empresarial que ha superado ya el medio siglo.
Desde el comienzo, Doncel ha compaginado la fabricación artesana de sus natillas, cuajadas, flanes, yogures y demás variedades con procesos innovadores que ayudaran tanto a la competitividad como al incremento de la calidad. Pablo Doncel Ortega inició el proyecto en Irun en 1964 y su sobrino Miguel Ángel le dio continuidad. «Nosotros teníamos relación con ellos, nuestras empresas colaboraban», explica Javier Olmos, consejero delegado de Vascolac. «Cuando vimos que no había otro relevo generacional, apostamos por adquirir la empresa, pero teniendo claro que la planta y los empleos se mantendrían en Irun y que respetaríamos la filosofía de Doncel», asegura.
No hace tanto que Olmos tomó las riendas de la empresa de su familia Vascolac, ubicada en Zamudio, donde fabrican queso fresco y yogures bebibles. Apostó por «mantener la identidad de la empresa y seguir elaborando productos de máxima calidad», pero no dudó en la necesidad de adaptarse a los nuevos tiempos para garantizar la supervivencia.
Nuevos modos de hacer bien
Eso de transformar la empresa para prepararla para el futuro pero sin perder los valores es un cliché tan manido que a veces se olvida la importancia real que tiene y lo complicado que resulta.
«¿I+D+i? por supuesto. Tenemos dos laboratorios para el desarrollo de nuevos productos (los yogures bebibles de Vascolac y los yogures de queso de oveja con frutas de Doncel han sido resultado de esos laboratorios), de nuevos sistemas, de mejoras de todo tipo. Hemos puestos en marcha departamentos de calidad con personal específico dedicado. Estamos implantando tecnología de trazabilidad del producto para tener la referencia y el control completos desde la materia prima hasta la balda del supermercado». Una modernización que afecta a todo el grupo Vascolac, en el que además de Doncel también se ha integrado Queso Fresco Berta. «Eran competidores de nuestros productos, pero teníamos buena relación con ellos porque también colaborábamos en algunas cosas. También por falta de relevo generacional el proyecto estaba en riesgo y propusimos que se integrara en Vascolac». No hay un objetivo de crecimiento empresarial mediante la adquisición de empresas familiares en riesgo por falta de relevo, «pero sí entendemos que en el mercado actual, si eres demasiado pequeño tienes pocas posibilidades. Estamos abiertos a colaborar con terceros, pero ante una situación en la que vemos que una buena empresa que funciona y hace las cosas bien puede desaparecer, preferimos intentar mantener el proyecto y los empleos». En el caso de Doncel, por ejemplo, esos puestos de trabajo, que eran seis, «ahora son siete», y en el conjunto del grupo, ascienden a 45.
Tecnología y tamaño son dos fortalezas en la pelea por la supervivencia, pero ni mucho menos las únicas armas. «En Euskadi las empresas siempre han hecho las cosas bien y eso se nos reconoce. El problema es que la mayoría de las veces, lo guardamos como un secreto. No es que no contemos cómo lo hacemos para hacerlo bien, es que a veces ni siquiera contamos cuánto de bien lo hacemos». Olmos ha impulsado un giro también en términos de comunicación. «Estamos trabajando en nuevas páginas webs y en perfiles de redes sociales que nos permitan mejorar la relación con los clientes y con el consumidor final, que permitan que se conozca mejor».
Optimismo
En esa línea se ha empezado a desarrollar en concreto para Doncel toda una nueva línea de empaquetado mejorando diseños y formatos. «Tenemos productos de mucha calidad y nuestros esfuerzos tienen que ir dirigidos a que la gente los pruebe. El envase en eso juega un papel importante». Y en los nuevos tiempos la imagen no es sólo una cuestión de estética, también lo es de ética. «Vamos a trabajar sólo con envases que se reciclan de forma limpia y fácil: cerámica, vidrio, cartón...».
Con todos esos cambios, hay una cuestión de fondo que no se debe olvidar. Lo importante sigue siendo vender. «Doncel ya estaba muy bien posicionado entre distribuidores pero seguimos ampliando la lista y nuestros productos pueden encontrarse cada vez en más lugares. Hemos cerrado acuerdos con Alcampo y Simply, Carrefour, Eroski... y ventas directas a hostelería. Es importante diversificar las fuentes de ingresos».
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