Noticia publicada en Diario Noticias de Gipuzkoa,el lunes día 9 de Octubre de 2023.
La presión migratoria de Canarias puede llegar a Irun "en unas semanas”
Cruz Roja confirma una mayor presencia de senegaleses en el paso fronterizo, repunte provocado por la crisis política y social que asola la costa oeste de África
Les mira a la cara y se ve reflejado en ellos. Así se sentía él también cuando llegó a Irun hace cuatro años. El liberiano Mohamed Kanneh charlaba este lunes en Irun con seis chicos de Guinea Conakry que solo querían hacer un alto en el camino para continuar su proyecto migratorio hacia Francia. En el paso fronterizo se mantiene una situación de estabilidad, que “en las próximas semanas” puede dar lugar a un repunte de llegadas de jóvenes procedentes de Canarias, como los que Kanneh tiene frente a sus ojos, a quienes intenta persuadirles de que no vayan a Francia. Sabe de lo que habla.
Este joven liberiano de 25 años lo intentó dos veces. La policía gala le arrestó tratando de burlar los controles. Un día, “hambriento y muy cansado”, dijo basta. Su compañero de travesía continuó el camino y él decidió parar y asentar su proyecto de vida en Gipuzkoa. Estableció contacto con Irungo Harrera Sarea, red ciudadana que aconseja a los jóvenes que se piensen dos veces ir a Francia, donde se cuentan por miles las personas en situación administrativa irregular, y el arraigo se convierte en un desesperante compás de espera que se puede prolongar cerca de una década.
Claro que todo depende de la situación con la que se compare. La crisis política y social que atraviesa Senegal ha disparado las llegadas de cayucos a Canarias. El fortísimo repunte migratorio que se viene registrando desde agosto ha continuado este fin de semana, con llegadas masivas que han dejado escenas como la de doscientos migrantes subsaharianos durmiendo en un muelle ante la falta de espacio en los centros de acogida.
En Irun se percibe que aumenta la presencia de senegaleses -hasta ahora los principales países han sido Guinea Conakry, Malí y Costa de Marfil-, aunque, hoy por hoy, no hay un repunte significativo. En lo que va de año se han atendido a algo más de 2.200 personas en el dispositivo de Hilanderas, según los datos facilitados a este periódico por Cruz Roja.
Son cifras similares a las de noviembre del año pasado, en torno a 250 atenciones mensuales de media, datos siempre sujetos a los dientes de sierra de una realidad cambiante. “Estamos muy pendientes de la situación que se pueda dar en las próximas semanas, con la estructura preparada y los recursos alerta para cuando sean necesarios”, explica Nahia Díaz de Corcuera, responsable autonómica de Asilo y Atención Humanitaria de Cruz Roja.
Kanneh: una historia con final feliz en un océano de incertidumbre
Kanneh es uno de los jóvenes que en su día pasó por el centro. Una historia con final feliz en un océano de incertidumbre. El chico trabaja como reponedor en Venta Peio de Behobia, donde ha firmado ya un contrato indefinido que le dibuja una sonrisa en su semblante. Quizá por ello, por las posibilidades que ha visto de labrarse un porvenir en el territorio, trata de convencer a los chicos de que no se la jueguen más y traten de echar raíces.
“Fue muy duro todo aquello. Me pasé dos años viviendo en un bosque de Nador”, cuenta el joven. Sin agua, a 15 kilómetros al sur de Melilla, agazapado en la ciudad bereber, sufrió la represión de la policía marroquí. “Siempre venía a quitarnos la comida”, se duele, hasta que un día consiguió embarcarse en la zodiac.
“Íbamos 65 personas, entre ellas 20 mujeres y cinco niños”, relata el joven, que recuerda aquella travesía de 123,3 millas con destino a Almería. “El motor de repente se paró en mitad del mar de Alborán”. El joven rememora aquel atardecer en el que comenzó a rodear la embarcación “un pez enorme”. Tras la inquietud inicial, el motor volvió a rugir. Pudo continuar así un trayecto que duró dos días y que el cubrió en proa, comprobando que “los delfines nos acompañaban”, sonríe. Su semblante se torna más sombrío al relatar que cuando llegó Almería se pasó dos meses “en la cárcel”, como le llama al Centro de Internamiento de Extranjeros (CIE).
Su porvenir comenzó a labrarse en los centros de acogida de Oñati y Tolosa, donde comenzó a hacerse con las riendas de un idioma que hoy domina a la perfección. Se muestra molesto por no haber obtenido todavía una respuesta a su petición de asilo, algo que actualmente condiciona su vida, “a pesar de estar trabajando y cotizando”.
"Marruecos no quiere saber nada de los negros"
Kanneh habla de todo ello junto a un chico de Guinea Conakry que, vencido su recelo inicial, comparte con este periódico los avatares de su singladura. “Marruecos no quiere saber nada de los negros. Llegué al país caminando por el Sahara, y cuando estás a punto de llegar, te detiene la policía marroquí y vuelta a empezar”, relataba este lunes el joven, que consiguió finalmente llegar en patera a Fuerteventura. “Nos repartieron por grupos, y así pude llegar en avión a Sevilla”.
Desde Cruz Roja informan que las personas migrantes, desde que hacen su registro de entrada en el Estado, tardan una media de 76 días en pasar por el dispositivo de Hilanderas Irun. De ahí que sea probable que a partir de las “próximas semanas” se registre ese repunte de llegadas en el paso fronterizo.
Solo el pasado viernes más de mil migrantes de origen subsahariano llegaron al archipiélago en trece cayucos, con la isla de El Hierro convertida en el máximo exponente. Una crisis humanitaria que este lunes ha obligado a salir al paso al ministro del Interior en funciones, Fernando Grande-Marlaska, quien ha asegurado que El Hierro “no se va a convertir en la nueva Lampedusa”.
Desde el centro para migrantes en tránsito de Irun se sigue “con mucha atención” la situación de Canarias. “Mantenemos una interlocución muy fluida con las comunidades autónomas que son puerto de entrada, algo que hemos reforzado todavía más”, señala Díaz de Corcuera. Las reuniones de coordinación son periódicas, también con el Gobierno Vasco, para que en caso de confirmarse una mayor afluencia se pueda activar el plan de contingencia, si fuera necesario. “Es cierto que hemos tenido un repunte de llegadas de Senegal, en un porcentaje similar a otro perfil: jóvenes de Sudan. Las llegadas de Senegal se han ido dejando notar en agosto y septiembre, por lo que es probable que en las próximas semanas comience a extenderse este nuevo perfil”, señalan las mismas fuentes.
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