Corren tiempos difíciles para el comercio local de Irun. En los últimos años, numerosos establecimientos históricos de la ciudad han cerrado sus puertas o se enfrentan a un futuro incierto, ya sea por la falta de relevo generacional o por las dificultades económicas para mantenerse a flote. Sin embargo, aún hay motivos para el optimismo, gracias al espíritu emprendedor de jóvenes como Marina Zayas Castro, que a sus 29 años ha dado vida a Marzaycas, un estudio de decoración en el número 47 de la calle Santiago.

Tu trayectoria profesional comenzó en un campo muy diferente al que ahora ocupa tus días.

Así es. Soy ingeniera eléctrica, pero en la carrera, cuando estudiamos la parte de la iluminación, me di cuenta de que la parte estética de lo técnico me gustaba mucho. Siempre he sido muy creativa y me ha apasionado dibujar, pintar, hacer cosas con las manos… Luego estudié el máster de decoración, especializada en iluminación, pero lo dejé un poco apartado, porque es un mundo que si no te pones por tu cuenta, es muy difícil entrar. Después me puse a trabajar como ingeniera, pero vi que no era mi camino. De forma paralela me saqué el máster para ser profesora, pero siempre tenía la cosa de haber dejado mi parte artística de lado, y es algo que me apetecía hacer porque lo vivo muchísimo.

Y entonces decidiste dar el paso.

Sí. La opción de trabajar en educación siempre va a estar ahí, así que dije, si no hago esto ahora, ¿cuándo lo voy a hacer?. Y se produjeron una serie de circunstancias seguidas, como que se librara este local en el barrio, que tiene muchísimo encanto; y que un montón de gente joven ha emprendido alrededor. Así que al final me lancé, porque además yo hacía diseños de iluminación para mi padre, que es electricista, y por unos cuantos clientes a los que les había gustado, me animé. Porque creo que tiene tirón y que lo hago bien.

Emprender en estos tiempos no resulta fácil… 

No, no lo es, sobre todo en estos momentos en los que la gente tiende a optar por comprar en Internet. Pero creo que la clave para conseguir que el comercio local salga adelante es apoyarnos unos a otros, colaborar y crear comunidad.

"Creo que la clave para conseguir que el comercio local salga adelante es apoyarnos unos a otros, colaborar y crear comunidad"

Precisamente, en Marzaycas ofreces un espacio a artistas y artesanos locales.

Así es. Yo quería tener mi oficina, porque soy diseñadora de interiores y hago proyectos, pero también quería un espacio en el que artistas de la zona pudieran tener su rincón. Creo que en Irun no existen comercios de este tipo, y que se está perdiendo mucho la esencia de un comercio diferente, porque la gente parece decantarse siempre por las franquicias, cuando en realidad habría que volver a lo local.

Hablemos primero de tus proyectos de diseño de interiores. 

Por un lado, me dedico a asesorar, porque mucha gente se decanta por hacer después las compras por su cuenta. Por otro lado, también ofrezco acompañamiento completo, desde la compra de la casa hasta que se coloca la última flor. 

¿Qué destacarías de tus trabajos?

Siempre intento inculcar el valor de la iluminación en los espacios. Creo que le damos poca importancia, cuando, en realidad, es lo que te hace estar más o menos a gusto en un espacio. Aportar calidez y hacer que la gente se sienta a gusto en su casa es una parte fundamental de la iluminación, y entra dentro de mi filosofía, la de crear espacios de confort.

Otra de tus facetas es la de restauradora de muebles, ¿verdad?

Sí, entra dentro de mi visión en torno a la sostenibilidad, de aprovechar y no tirar las cosas que tienen valor. Además es algo que me encanta. A veces me pasa que visito casas y la gente me dice que quiere tirar todos los muebles, a pesar de ser heredados y contar con un gran valor sentimental, y yo les propongo darles una capa de pintura y restaurarlos.

A la hora de desarrollar tus trabajos, ¿dónde buscas la inspiración?

Creo que tengo una mezcla entre lo francés y lo mediterráneo. Cuando voy a Baleares me siento súper reflejada en esos tonos claros, tostados, blancos… Pero mucha gente me dice que el estudio es muy francés. Otro de mis valores es la sostenibilidad y el comercio de proximidad, utilizar materiales sostenibles y de aquí, para crear una comunidad de apoyo entre comercios de la zona. 

Algo que por desgracia se está perdiendo…

Sí. Nos obcecamos con el precio, alegando siempre que en Internet es más barato, y hemos perdido la esencia de entrar en una tienda, conocer la historia detrás de quien lo gestiona, verlo todo… Nos hemos vuelto tan individualistas y buscamos tanto la inmediatez, que entrar en una tienda y pasar diez minutos viendo qué ofrece nos parece un esfuerzo. Yo lo veo aquí. Mucha gente viene y me dice que le encantaría ver toda la tienda, pero que tiene mucha prisa. Y al contrario también pasa. Entra gente súper frenética y dice que se va en paz.

"Nos hemos vuelto tan individualistas y buscamos tanto la inmediatez, que entrar en una tienda y pasar diez minutos viendo qué ofrece nos parece un esfuerzo"

¿Qué puede encontrar la gente en Marzaycas?

Tengo láminas propias y de artistas locales como Patri Taberna, Julia Lasa, Maider Sorasu, Arrate Rodríguez y Maore Sagarzazu; pendientes de Helena Benet y otros que hago yo misma; piezas de cerámica propias y de Dordoka Artesania, que también ofrece collares de arcilla; accesorios de Kaleko Art y collares de El Baúl de Carry. Además, un chico de Hendaia que suele pasar por aquí con la bici me preguntó un día si podía traerme sus acuarelas, y le dije que sí.



En Marzaycas se pueden encontrar elaboraciones de artistas y artesanos locales. A.M.S.

Así que estás abierta a nuevas colaboraciones.

Siempre que encaje con el perfil del estudio y con mi forma de trabajar, sin duda. Y también a otro tipo de colaboraciones. Por ejemplo, en verano Julia Lasa hizo aquí un taller de autorretrato. Yo siempre les digo a todas que este espacio está destinado a impulsar la creatividad que todo el mundo tiene dentro, aunque a veces la rechacemos. Por eso estoy abierta a escuchar cualquier propuesta. 

"Este espacio está destinado a impulsar la creatividad que todo el mundo tiene dentro, aunque a veces la rechacemos"

Tú misma también organizas talleres. 

Así es. Ahora mismo tengo uno en marcha de elaboración de velas. Los próximos serán los días 27 y 29 de diciembre, 3 y 10 de enero, 1 y 16 de febrero. Las inscripciones se pueden hacer en mi página web. Más allá de simples talleres, busco que sean lugares de encuentro, por eso ofrezco desayuno o vino, depende de si es por la mañana o por la tarde, porque me gusta que haya un momento para sentarse a tomar algo y que los participantes se conozcan entre ellos.

Marzaycas lleva abierto desde mayo. ¿Qué tal ha sido la acogida de la gente?

La gente está respondiendo muy bien. Ahora está viniendo mucha gente a comprar regalos y detalles diferentes, y estoy muy contenta. Y en los talleres también se han volcado mucho. El otro día vinieron seis personas que no se conocían de nada y se creó un ambiente muy bonito.

¿Qué planes tienes para tu estudio a corto plazo?

Como soy una persona tan creativa, estoy constantemente pensando en cosas nuevas que puedo y me apetece hacer. Más adelante, de cara a la primavera, quiero organizar talleres para elaborar jabones. Y según me vayan surgiendo ideas haré cosas nuevas. Porque esto es como una caja de sorpresas, te crees que vas a ir por un camino y de repente viene alguien que te inspira y se te ocurren otras ideas.



El estudio Marzaycas se encuentra ubicado en el número 47 de la calle Santiago de Irun. A.M.S.

En esta época navideña, ¿tendrá Marzaycas un horario especial?

El horario no lo tengo definido habitualmente, porque a veces tengo que salir para atender a los clientes de mis proyectos, pero los días 22 y 23 de diciembre y 3, 4 y 5 de enero estaré aquí de 10.00 a 13.30 y de 15.30 a 19.00 horas.

Para terminar, ¿qué le dirías a alguien que también quiera emprender?

Que confíe en sí mismo, esa es la clave fundamental, y que se apoye en su entorno. Y también que no tenga miedo, porque al principio todo parece mucho más de lo que es. Pero al final siempre encuentras la forma de hacerlo, solo hace falta dedicarle tiempo, porque luego recoges los frutos.