Cuando estas líneas se redactaron estábamos en plena campaña electoral, tanto en el País Vasco como en Galicia. Y cuando las leamos tendremos todos en mano el resultado de las votaciones. Pero ello no va a afectar a nuestros comentarios.
Constatado el rechazo general hacia la actual forma de hacer política, que origina el distanciamiento de la ciudadanía con los partidos, entendemos que algo se ha de hacer para evitarlo. Y normalmente, puede ser sencillo:
Primero. Listas abiertas. Nada de bloques compactos “de lo toma o lo deja”. Votar a personas concretas, que conocemos y en las cuales tenemos confianza. Ya hará el votante su lista entresacando nombres de las distintas candidaturas.
Segundo. Hechos los recuentos finales, el Alcalde, el Diputado General o el Lehendakari, será el que más votos haya tenido. No aquél que acuerden coaliciones de partidos.
Tercero. Constituidos los gobiernos locales, provinciales o de Comunidad Autónoma viene la determinación de cargos y responsabilidades, que ocupan los del partido ganador y los demás pasan a la oposición, pero no a vegetar.
Hoy día hemos llegado a una situación en que, en muchos casos, la minoría no trabaja codo con codo a favor de aquello que ha acordado la mayoría como más conveniente para los ciudadanos, sino que se limitan a críticas superficiales sin presentar verdaderas alternativas, porque, entre otras cosas, hay que trabajar mucho para hacerlo. Ello supone estudiar a fondo la propuesta inicial, hacer otra alternativa mejor y, además, saber que puesta a discusión, es muy posible que sea derrotada. Pero es que, encima, desde el punto de vista del partido de la oposición, nada se debe hacer que ayude al partido en el poder para mejorar y estabilizar su posición, ya que se trata más bien de ir debilitando a la mayoría, hasta conseguir desplazarla.
De aquí se deduce que la mitad de los cargos no están trabajando por los ciudadanos, sino contra el partido contrario, lo que merma la eficacia de las corporaciones.
Por el contrario, la mayoría gobernante no suele dar demasiada información y datos a los de la oposición, con lo que se produce un vacío que descoloca a la minoría, provocando apatía y desmovilización. Además la mayoría no gusta de adelantar ideas y planes que “captados” por los de la oposición pudieran dar lugar a que se “apuntaran” tantos a su favor. (cosa que hacen siempre que pueden). Seguimos estando en la lucha de partidos, llevada hasta los últimos detalles.
No es casualidad que, grupos de ciudadanos que se han molestado en indagar e informarse tengan, en ocasiones, mejores datos y más actualizados que algunos corporativos.
¿No podrían las mayorías gobernantes utilizar las capacidades y energías de las minorías, asignándoles responsabilidades reales, aun a “riesgo” de que “acierten”, hagan una buena gestión y se apunten tantos?
¿No podrían las minorías trabajar y apoyar el hombro con esfuerzo, incluso en aquéllos temas que no les gustan pero que una mayoría así lo ha decidido? (salvo los asuntos de conciencia)
Los realmente beneficiados serían los ciudadanos, que lo tendrían en cuenta.
Resumiendo: Elecciones con Listas abiertas.
Alcaldes, Diputados y Lehendakaris: Los más votados.
Todos a trabajar por los ciudadanos, no por los parti-
dos, que son un medio y no un fin.
¿Utopías? No. Esto llegará si trabajamos por ello. Pero, ¿quién debe hacerlo?
Luis Mª Echepare
Del FORO CIUDADANO IRUNES.
Constatado el rechazo general hacia la actual forma de hacer política, que origina el distanciamiento de la ciudadanía con los partidos, entendemos que algo se ha de hacer para evitarlo. Y normalmente, puede ser sencillo:
Primero. Listas abiertas. Nada de bloques compactos “de lo toma o lo deja”. Votar a personas concretas, que conocemos y en las cuales tenemos confianza. Ya hará el votante su lista entresacando nombres de las distintas candidaturas.
Segundo. Hechos los recuentos finales, el Alcalde, el Diputado General o el Lehendakari, será el que más votos haya tenido. No aquél que acuerden coaliciones de partidos.
Tercero. Constituidos los gobiernos locales, provinciales o de Comunidad Autónoma viene la determinación de cargos y responsabilidades, que ocupan los del partido ganador y los demás pasan a la oposición, pero no a vegetar.
Hoy día hemos llegado a una situación en que, en muchos casos, la minoría no trabaja codo con codo a favor de aquello que ha acordado la mayoría como más conveniente para los ciudadanos, sino que se limitan a críticas superficiales sin presentar verdaderas alternativas, porque, entre otras cosas, hay que trabajar mucho para hacerlo. Ello supone estudiar a fondo la propuesta inicial, hacer otra alternativa mejor y, además, saber que puesta a discusión, es muy posible que sea derrotada. Pero es que, encima, desde el punto de vista del partido de la oposición, nada se debe hacer que ayude al partido en el poder para mejorar y estabilizar su posición, ya que se trata más bien de ir debilitando a la mayoría, hasta conseguir desplazarla.
De aquí se deduce que la mitad de los cargos no están trabajando por los ciudadanos, sino contra el partido contrario, lo que merma la eficacia de las corporaciones.
Por el contrario, la mayoría gobernante no suele dar demasiada información y datos a los de la oposición, con lo que se produce un vacío que descoloca a la minoría, provocando apatía y desmovilización. Además la mayoría no gusta de adelantar ideas y planes que “captados” por los de la oposición pudieran dar lugar a que se “apuntaran” tantos a su favor. (cosa que hacen siempre que pueden). Seguimos estando en la lucha de partidos, llevada hasta los últimos detalles.
No es casualidad que, grupos de ciudadanos que se han molestado en indagar e informarse tengan, en ocasiones, mejores datos y más actualizados que algunos corporativos.
¿No podrían las mayorías gobernantes utilizar las capacidades y energías de las minorías, asignándoles responsabilidades reales, aun a “riesgo” de que “acierten”, hagan una buena gestión y se apunten tantos?
¿No podrían las minorías trabajar y apoyar el hombro con esfuerzo, incluso en aquéllos temas que no les gustan pero que una mayoría así lo ha decidido? (salvo los asuntos de conciencia)
Los realmente beneficiados serían los ciudadanos, que lo tendrían en cuenta.
Resumiendo: Elecciones con Listas abiertas.
Alcaldes, Diputados y Lehendakaris: Los más votados.
Todos a trabajar por los ciudadanos, no por los parti-
dos, que son un medio y no un fin.
¿Utopías? No. Esto llegará si trabajamos por ello. Pero, ¿quién debe hacerlo?
Luis Mª Echepare
Del FORO CIUDADANO IRUNES.
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