jueves, 3 de diciembre de 2009

Padres de niños discapacitados piden apoyo para "integrar la diferencia"- y varias noticias más relacionadas con este tema


Noticia publicada en Diario Vasco sección Más actualidad el jueves 3 de Diciembre de 2009.



DÍA INTERNACIONAL DE LA DISCAPACIDAD
Padres de niños discapacitados piden apoyo para «integrar la diferencia»
La asociación Aurreratu lanza el lema 'Todos iguales, todos diferentes'. Afirman que las personas con discapacidad pueden llevar una vida plena
03.12.09 - 03:10 -
CRISTINA TURRAU SAN SEBASTIÁN.


«Ander ha tenido la suerte de nacer en una sociedad que acepta mejor la discapacidad»
«Un niño así te hace ser mejor persona y dar importancia a los verdaderos problemas»



'Todos iguales. Todos diferentes'. Es el lema con el que Aurreratu, asociación bidasotarra de familiares de niños con necesidades educativas especiales, celebra el hoy el Día Internacional de la Discapacidad. En la asociación, integrada por 26 familias de Irun, Hondarribia y Hendaia, tienen claro que la discapacidad no es el principal problema, sino las barreras sociales y la falta de apoyo. «Se tiene la idea de que las personas con discapacidad no pueden llevar una vida plena y es un grave error», explica Mari José Pozo, madre de Joanes, un niño que va a cumplir seis años y tiene autismo. «Lo que sí necesitan estos niños y sus familias es hacer un esfuerzo mayor para ser aceptados en la sociedad».

Y es que, a pesar del esfuerzo de las asociaciones, hay que recordar que las personas con discapacidad tienen derechos, dice. «Derecho a ser respetados, al trabajo y a disponer de los medios necesarios para que puedan ser autónomos. La lista es larga». Madre de tres hijos, Mari José Pozo recuerda que «a los niños con discapacidad también les gusta divertirse». «En Donostia e Irún hemos logrado que nuestros niños tengan un hueco en el Parque Infantil de Navidad. Pero los apoyos económicos de las instituciones para este tipo de actividades son prácticamente inexistentes y recaen en los organizadores».

El esfuerzo que realizan los padres de un niño con discapacidad es grande. «Muchas veces, para acompañar al hijo con necesidades especiales, uno de los dos cónyuges se ve obligado a reducir su jornada laboral durante años y no hay compensación económica en la jubilación. La administración pública te ofrece el derecho a reducir tu jornada, el resto es problema tuyo».

Joanes tiene dos hermanos de 4 y 2 años. Tiene muchas dificultades, «pero como a los demás niños, le gusta jugar, andar en bici y es muy hábil en el ordenador». «Además es muy cariñoso. Se muestra feliz y disfruta de su familia y sus compañeros de clase. Esperamos que pueda seguir teniendo acceso a los medios que le permitan desarrollar su autonomía y que encuentre su espacio en la sociedad».

En el Día de la Discapacidad, Mari José Pozo apuesta por la información y sensibilización de la sociedad y por la formación para las personas que acompañan a las personas con discapacidad. «Las instituciones deben apoyar la investigación en nuevas tecnologías para la educación, comunicación o movilidad de estas personas. Ello mejorará su calidad de vida».

Mensaje de optimismo

Estrella, es la madre de Ander, un niño de cinco años y medio, con una pluridiscapacidad. Con su hijo, tiene muchos frentes de trabajo abiertos. «Como ocurre en todas las familias», dice. «Ander es torpe a la hora de andar y de moverse y no habla, aunque se comunica bien por gestos». Su mensaje en el Día de la Discapacidad es de optimismo. «Hay que dar a estos niños una oportunidad, porque nos podemos sorprender con lo que son capaces de hacer. Ander me sorprende cada día». Ella no se queja. «Creo que estamos en un buen momento. Ander ha tenido la suerte de nacer en una sociedad que ha trabajado y desarrollado el tema de la discapacidad. Y en una buena familia».

Entre los puntos fuertes de esta familia está Mikel, el hermano mayor de Ander, que está a punto de cumplir 8 años. «Es su gran motivador », relata la madre. «Tiene mucha paciencia con él».

La sociedad avanza, asegura Estrella. «Cada vez está más abierta a relacionarse con niños diferentes. La situación se está normalizando. Antes había un mayor proteccionismo por parte de las propias familias. Por ejemplo, no se planteaba llevar a un niño con discapacidad al polideportivo del barrio. Hoy es algo que todos exigimos».

Marian González es madre de Aitzol, un niño de 8 años que tiene muchos problemas y ha sufrido múltiples operaciones. «Necesita todo mi tiempo». Aitzol tiene una hermana, María, de seis años, adoptada de Colombia. «Es protectora con su hermano». Para Marian un hijo como Aitzol «te hace ser mejor persona y dar importancia a las cosas que realmente la tienen».

La Fundación Uliazpi, un organismo autónomo de la Diputación de Gipuzkoa que gestiona servicios para personas con discapacidad intelectual, abrió el pasado mes de febrero una vivienda destinada a menores con discapacidad intelectual. «Cinco de las plazas son fijas y se destinan a menores que no pueden residir en la casa familiar y para menores en situación de desprotección. La sexta es 'de respiro'», explica Arantxa Agiriano, gerente de la Fundación. «La plaza 'de respiro' está abierta para estancias temporales, fines de semana o periodos vacacionales. Y un conjunto de familias, con un calendario organizado, la van disfrutando».
El común denominador es que se trata de menores con discapacidad intelectual. «El conjunto del programa, especialmente el 'servicio de respiro', es muy gratificante. Observamos resultados positivos tanto en los menores como en su familia».

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AL DÍA
Cinco años de historia en favor de la integración
03.12.09 - 02:55 -
C.T. SAN SEBASTIÁN.

La asociación Aurreratu nació hace cinco años, gracias al impulso de Mari Llucia, actual presidenta, y de otras madres de niños con discapacidad. «El balance es muy positivo», explica. «Si la asociación surgió es por las dificultades que encontrábamos para que a nuestros niños se les tuviera en cuenta a la hora de realizar actividades. Ahora los Ayuntamientos cuentan con nosotros en temas de discapacidad».
Mari es madre de Ainhoa, una adolescente de 14 años con un problema de posible origen metabólico, aunque el diagnóstico aún no ha podido ser realizado. «Ainhoa ha avanzado mucho desde los 8 meses, cuando el neurólogo nos dijo que nos pusiéramos en la peor de las situaciones. Es una niña que tiene muchas dificultades de aprendizaje pero es viva y espabilada y le gusta mucho la compañía de la gente. Realiza muchas actividades y le gusta sentir que no es diferente a los demás».
Mari Llucia tiene claro que «la palabra discapacidad sólo es un nombre». «Todos somos capaces y debemos creer en el potencial de nuestros hijos y de todos las personas con discapacidad».
Asegura que los límites los pone la sociedad en la que vivimos. «Las diferencias no se terminan de entender. Y eso que todos somos diferentes. Hay que educar en la diferencia».
Dice que las instituciones tratan de apoyar la discapacidad, pero faltan recursos para la estimulación que estos niños necesitan. También reconoce que a la sociedad le falta información. «Hay que seguir trabajando».

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