Noticia publicada en el diario digital Bidasoaldia.com el viernes 8 de Octubre de 2010.
El juez Calatayud en Amaia K.Z.
Corría el año 1968 y él contaba con trece años. Su padre le internó por díscolo en el Colegio Campillos de Málaga, un lugar con fama de estricto correccional; esta experiencia le marcó profundamente y orientó su futura especialización profesional. En 1977 se licenció en Derecho (ICADE) en la Universidad de Deusto. En 1980, ingresó en la Carrera Judicial con el número trece de su promoción y fue destinado a Güimar (Tenerife) para cuatro años después trasladarse a Granada, donde desde 1988 ejerce como juez de menores. Como no, estamos hablando de D. Emilio Calatayud (Ciudad Real, 22 de diciembre de 1955), probablemente uno de los jueces mas conocidos de España.
Organizada por el Foro Ciudadano Irunes, D. Emilio Calatayud nos hablara de “Nuestros hijos, nuestros jóvenes y nuestras responsabilidades”, donde el titular del Juzgado de Menores número 1 de Granada, expondrá sus conclusiones, tras más de veinte años de experiencia como juez de menores, acerca de la educación de los hijos en la España de hoy en día, que ha pasado del padre autoritario a la corriente psicológica de argumentar y razonar con los hijos.
Asimismo, Calatayud explicará los motivos por los que considera que los padres deben ser padres, y no ‘colegas’ de sus hijos, y por qué los hijos que, en su opinión, sólo conocen sus derechos, deben también ser conscientes de sus deberes, entre los que están, según recoge el Código Civil, los de “obedecer a sus padres mientras permanezcan bajo su potestad y respetarles siempre” y contribuir “equitativamente, según sus posibilidades, al levantamiento de las cargas de la familia mientras convivan con ella”.
Famoso por las sentencias curiosas, ejemplares y basadas en la educación más que en el mero castigo, entre las que destacan: Impartir 100 horas de clases de informática a estudiantes a un joven que había crackeado varias empresas granadinas provocando daños por 2000 €, condenar a 100 horas de servicio a la comunidad patrullando junto a un policía local por haber conducido temerariamente y sin permiso, la setencia de 50 horas dibujando un cómic de 15 páginas, en el que cuenta la causa por la que le condenaban, aquella que obligaba a visitas a la planta de traumatología de Granada por conducir un ciclomotor sin seguro, o en el mismo sentido la que condeno a un joven que circulaba borracho, visitar durante un día entero a parapléjicos, hablar con ellos y sus familias para elaborar más tarde una redacción o la de obligar a trabajar con los bomberos por haber quemado papeleras, por citar algunos ejemplos.
Hace unos meses dio otra lección magistral, haciendo pública la terrible situación que está atravesando su familia en estos momentos debido a un cáncer de pulmón que afecta a su mujer, Azucena. Decidió compartirlo con la firme convicción de que es un asunto que es bueno que se hable, a pesar de la dureza. Porque en sus palabras “es bueno expulsar lo que lleva uno dentro.
Hay que cuidar al enfermo y a los cuidadores del enfermo”.
Es coautor de los libros ‘Reflexiones de un juez de menores’ y ‘Mis sentencias ejemplares’. En el primero, Calatayud incluye con aleccionadora ironía un Decálogo para formar un delincuente, una feroz denuncia de cómo los adultos estamos siempre, en última instancia, por acción u omisión, detrás de las faltas de los menores:
1. Comience desde la infancia dando a su hijo todo lo que pida. Así crecerá convencido de que el mundo entero le pertenece.
2. No se preocupe por su educación ética o espiritual. Espere a que alcance la mayoría de edad para que pueda decidir libremente.
3. Cuando diga palabrotas, ríaselas. Esto lo animará a hacer cosas más graciosas.
4. No le regañe ni le diga que está mal algo de lo que hace. Podría crearle complejos de culpabilidad.
5. Recoja todo lo que él deja tirado: libros, zapatos, ropa, juguetes. Así se acostumbrará a cargar la responsabilidad sobre los demás.
6. Déjele leer todo lo que caiga en sus manos. Cuide de que sus platos, cubiertos y vasos estén esterilizados, pero no de que su mente se llene de basura.
7. Riña a menudo con su cónyuge en presencia del niño, así a él no le dolerá demasiado el día en que la familia, quizá por su propia conducta, quede destrozada para siempre.
8. Dele todo el dinero que quiera gastar. No vaya a sospechar que para disponer del mismo es necesario trabajar.
9. Satisfaga todos sus deseos, apetitos, comodidades y placeres. El sacrificio y la austeridad podrían producirle frustraciones.
10. Póngase de su parte en cualquier conflicto que tenga con sus profesores y vecinos. Piense que todos ellos tienen prejuicios contra su hijo y que de verdad quieren fastidiarlo.
En casi 20 años al frente del Juzgado único de Menores de Granada, Emilio Calatayud ha llevado más de 14.000 casos con buena mano y, como le gusta decir, con auténtico «sentido común»: el menos común de los sentidos. La cita es a la siete y media de la tarde en Amaia K.Z.
¿Te lo vas a perder?
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