TRIBUNALES
«De nada sirve que ahora pida perdón por asesinar a mi madre; no me la va a devolver»
Angie Lorena Sánchez Hija de Yasmín Rodríguez. La hija de la mujer asesinada en Irun agradece el apoyo que ha recibido de la sociedad guipuzcoana
23.02.12 - 03:35 -
JAVIER PEÑALBA | SAN SEBASTIÁN.
Angie Lorena Sánchez, hija de Yasmín Rodríguez, asesinada por su marido en mayo de 2009 en Irun, asegura sentirse satisfecha con la sentencia dictada por la Audiencia de Gipuzkoa. El tribunal impuso a Edward Enrique Sanclemente, natural de Colombia al igual que la víctima, una pena de 35 años y 7 meses de cárcel, después de que un jurado le declarase culpable de dos delitos de asesinato, uno de ellos en grado de tentativa, así como de coacciones, amenazas graves, lesiones y contra la seguridad vial.
Angie Lorena, de 21 años, quiere agradecer ahora todo el cariño y apoyo recibido por los guipuzcoanos y sus instituciones. «Y quiero también darle las gracias a mi abogada, Mari Cruz López Gascón, que me ha asistido de oficio y que ha hecho un gran trabajo. Y también a la fiscal y a los restantes letrados de la acusación», señala
- ¿Qué opinión le merecen los 35 años de pena impuestos?
- Creo que es una pena ajustada. Ahora sólo queda que los cumpla todos. Lo que no esperaba es que el jurado estimase todas las consideraciones que formularon la Fiscalía y las restantes acusaciones. Me sorprendió y me dejó muy satisfecha. Se había hecho justicia.
- La Fiscalía y las acusaciones reclamaban 45 años. ¿Tal vez esperaba algo más que los 35 años?
- En un primer momento, pensé que la pena rondaría los 44 años, pero al conocer que fueron 35 no me pareció mal. Lo que no deseaba es que se dictase una sentencia en la que se le impusieran 15 ó 20 años. He de reconocer que estaba un poco preocupada en este sentido porque sabía lo que había ocurrido en el caso de Marta del Castillo o con el crimen de Nagore Laffage. Uno de mis temores era que Edward saliese pronto de la cárcel. Por ello, 35 años es una pena razonable.
- ¿Cómo han vivido tanto usted como su familia el proceso judicial?
- Los meses previos al juicio han sido de mucha tensión. Ha sido un sinvivir. No hacía más que pensar un día si y otro también en cómo iba a ser el juicio. He estado muy nerviosa.
- No habrá sido nada fácil rememorar aquellos días.
- Ha sido muy complicado. Hemos tenido que recordar situaciones que en su día fueron tremendamente dolorosas. Al recordarlas ahora, las heridas se han reabierto. Y no sólo yo lo he pasado mal, sino toda mi familia, mi abuela, mi tía... Mi abuela sufrió un desmayo la mañana en la que declaró. Ya lo veíamos venir porque estaba muy nerviosa. Recordar todo de nuevo fue muy duro también para ella.
- ¿Cómo valora el apoyo social que ha recibido?
- Ha sido muy importante. No me he sentido sola nunca. Mi familia y mis amigos han estado siempre a mi lado. Y también las instituciones como el Ayuntamiento de Irun, las Juntas Generales, los medios de comunicación... No sabes lo que se agradece y más en mi caso, que estaba lejos de mi entorno.
- Usted declaró como testigo en el proceso. Nada más entrar en la sala de vistas llamó «hijo de puta» al asesino de su madre y la jueza le reprendió. ¿Por qué lo hizo?
- Me salió de dentro y eso que me contuve. La rabia que tengo contra el hombre que mató a mi madre es tal que si hubiera explotado no sé lo que habría hecho o dicho.
- ¿El acusado se había puesto en todo este tiempo en contacto alguna vez con usted? ¿Le ha escrito alguna carta o le ha pedido perdón?
- Para nada. Desde que cometió el asesinato no le había visto. Le volví a ver el día cuando testifiqué. Nos cruzamos un instante la mirada, pero enseguida bajó los ojos y durante el tiempo que duró mi declaración no los levantó. Durante estos dos años y medio ni me ha llamado ni me ha escrito. Si como dijo en el juicio está realmente arrepentido, no hubiese esperado casi tres años para pedir perdón. De todas maneras, de poco vale que lo haga ahora. Nadie va devolverme a mi madre. Ni el perdón, ni la sentencia ni nada.
- ¿Y alguien de la familia del acusado ha contacto con usted?
- Nadie. Ninguno se ha puesto en contacto conmigo. Y eso que viven en Irun. A mí se me hubiese caído la cara de vergüenza si alguien de mi familia hubiese cometido un crimen así. Yo recuerdo que cuando sucedió todo aquello, fui al hospital a visitar a Juan Pablo Urtizberea que había intentado auxiliar a mi madre. Y pedí perdón a sus familiares por lo que le había sucedido. Ya sé que no era culpa de mi madre, ni tampoco mía, nosotras no habíamos hecho nada, pero de alguna manera me sentía responsable.
- ¿Cómo ha logrado suplir el vacío que dejó su madre?
- Ha sido imposible llenarlo. No hay jornada en la que no piense en ella. Durante el día la actividad que desarrollas hace que la mente esté más ocupada, pero en cuanto te metes a la cama aparece siempre su imagen. Y no digo nada cuando no logras conciliar el sueño.
- ¿Qué es lo que más añora de ella?
- Todo. Mi relación con ella era extraordinaria. Era una mujer que luchó porque yo tuviera una buena educación y que se esforzó para proporcionarme un futuro mejor. Y para ello trabajó lo indecible, se dejaba la piel.
-¿A qué se va dedicar a partir de ahora?
- Voy a seguir estudiando, que es lo que mi madre quería. He hecho prótesis dental. De hecho, esta mañana he tenido una entrevista de trabajo en un laboratorio de San Sebastián A ver sin tengo suerte y me dan empleo.
- Usted dijo en el juicio que tanto el deseo suyo como el de su madre es ser odontóloga.
- Se lo prometí a mi madre y espero cumplirlo. Será un poco más adelante, pero lo haré. A mi madre le hubiese hecho mucha ilusión verme en la consulta.
- ¿Piensa volver algún día a su país o se asentará en Gipuzkoa?
- Creo que me mi futuro está aquí. Ahora bien, me gustaría poder ir de vacaciones a Colombia. Yo soy de Cali.
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