IRUN
Las terrazas se hacen sitio
Vecinos del entorno protestan porque los veladores en las plazas de San Juan y CD Bidasoa incumplen la ordenanza
14.06.12 - 02:33 -
Las terrazas están de moda. La Ley del Tabaco sacó el humo de los bares y, con él, a muchos fumadores, que encontraron refugio en los veladores que proliferan en calles y plazas de muchas ciudades. Aunque en menor medida que otros municipios, Irun vive la misma realidad. La hostelería local desplegó el pasado año 96 terrazas en toda la ciudad, lo que dejó en el Ayuntamiento 54.000 euros en tasas. Este año, hay 91 en marcha y varias solicitudes pendientes.
Uno de los trámites de permiso es para que tres establecimientos instalen sillas y mesas en la plazoleta CD Bidasoa, en San Juan. A los vecinos del entorno, sufridores del ocio «diurno y nocturno» de esta zona, no les parece buena idea. Tienen motivos subjetivos como que «esa plaza es un 'anfiteatro' que amplifica el ruido», o que «tenemos ruido a un lado y ahora lo tendremos también al otro»; pero también otros más objetivos como que «incumplen la Ordenanza de Terrazas y Veladores».
Vecinos y la ordenanza
Jesús, uno de los residentes en la zona, cita la ordenanza: «En las plazas y espacios libres singulares, 'únicamente podrán solicitar licencia de ocupación de la vía pública los locales cuyos frentes de fachada den a las mismas'. En este caso, a los bares que quieren poner las terrazas en esta plaza, les dan las traseras, nos los frentes». No es la única referencia del articulado a la que se aferran. «Hay que dejar tres metros hasta la fachada; no se puede ocupar más del 25% del espacio una vez restados jardines y zonas de estancia; hay que dejar libres las zonas de paso... Así, sería imposible que entren, como pretenden, 20 mesas».
Buscar amparo en las Ordenanzas no sólo les permite discutir las licencias en esta plaza. «Hay otros veladores que incumplen la norma» como los que se encuentran en la desembocadura de la calle Mayor en la plaza de San Juan. «Podrían obstaculizar evacuaciones de la población, tienen mobiliario de plástico, impiden el paso de vehículos de emergencia, no tienen protecciones laterales... Todo ello contradiciendo la Ordenanza. Además, no respetan horarios ni por la mañana ni por la noche». Y se quejan de que en esta zona «existe una permisividad total y casi parece que el Ayuntamiento haga un esfuerzo por contentar a los hosteleros. Mientras, en los barrios, la gente puede tardar años en recibir una licencia de terraza».
En cualquier caso, Jesús, como el resto de vecinos que se están movilizando, quiere dejar claro que «no estamos contra las terrazas. Entendemos que hay una demanda del cliente. Vivimos aquí, somos conscientes de la realidad. Lo que pedimos es que se cumplan las normas y creemos que quizá la mejor manera de hacerlo es llevar las terrazas a la plaza de San Juan, que, si no, está totalmente vacía».
Al hablar sobre este tema, los bares del entorno de San Juan tienen clara su situación. «Si hay una licencia y si las tasas correspondientes están pagadas, es que las terrazas están cumpliendo las normas; si dan licencia para las terrazas en la plaza Bidasoa», cosa que podría ocurrir esta misma semana, «será que cumplen también», afirman.
Informe y visto bueno
Efectivamente, el Ayuntamiento avala las terrazas existentes, y las que están por llegar al nuevo entorno de San Juan. Parten de un argumento similar. «Cuando damos una licencia», explica la delegada de Vía Pública, Cristina Laborda, «existe un informe técnico favorable y recibe también el visto bueno de la secretaria municipal».
Tanto Laborda como la responsable de Policía Local, Goizane Álvarez, coinciden en que «es comprensible que los vecinos tengan sus miedos». Sin embargo, Álvarez indica que «nos reunimos con ellos y les dijimos que hay un control continuo y que la calle Mayor es de las más vigiladas y de las que mejor cumple los horarios. Hay sanciones para cuando no lo hacen, entre 60 y 750 euros la primera vez. Los hosteleros lo saben. En lo que va de año, se han abierto 18 expedientes». Además señala que «la clientela de una terraza no es precisamente la que tiene el perfil más ruidoso» y que esos veladores tienen un horario «que cumplirán. Si no lo hacen y hay reincidencias, se puede incluso revocar la licencia».
Laborda, por su parte, quiere responder cada uno de los puntos que los vecinos califican de incumplimiento. «Se permiten terrazas en la plaza Bidasoa aunque a los bares les dé la trasera porque es un espacio libre singular. Éste y San Juan son los dos únicos calificados así en la ciudad, pero, es que si éstos no los son, ¿cuál lo sería? También porque son bares a los que en su frontal nunca se les concedería una licencia de terraza y aquí tienen un sitio óptimo». Sobre la ocupación, la edil señala que se van a permitir 78 m2 de terraza «aunque el máximo sería de 119 m2». Además, esgrime razones «de economía y de imagen de ciudad. Para atraer visitantes por nuestro comercio y nuestra gastronomía, esto ayuda. Por eso también exigimos cosas que no exigimos en otros sitios. Por ejemplo, que monten la terraza todos los días, aunque llueva, y antes de las 10.00. Ahí no incumplen, se lo exigimos por cuestión de imagen de ciudad».
Espacio singular
Sobre la zona de terrazas en San Juan aclara que «al ser espacio libre singular tiene unas condiciones diferentes», como por ejemplo, no tener que delimitar la zona con protecciones laterales. «Los vehículos de emergencia tienen otros accesos a la plaza. Varios. Pero además, las licencias a los bares incluyen la obligatoriedad de retirar las terrazas en caso de necesidad».
Y sobre las sillas de plástico, Laborda advierte que «se trata de impedir las sillas de plástico publicitarias, por imagen. En San Juan estamos exigiendo a los bares un esfuerzo por cuidar el diseño y creo que las terrazas que hay, como las que habrá, lo hacen».
Finalmente, sobre la propuesta vecinal de llevar las terrazas a la plaza San Juan propiamente dicha, frente al Ayuntamiento, defiende que «ése debe ser un espacio abierto, así lo entendemos desde el Gobierno. Desde que se abrió, hemos visto que sirve para un uso lúdico, especialmente de los más jóvenes, y con todas las actividades que a lo largo del año ocupan ese espacio, no parece adecuado limitarlo con usos de terrazas».
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