Los gastos del coche. ¿Compensa tener vehículo propio?
2013 ENERO 29
Por Sergio Eguía
Tranquilo. No es el primero que tras soportar media hora de atasco o de absurdo callejear buscando una plaza de aparcamiento ha sentido el impulso de cruzar el coche, prenderle fuego y meterse en la primera taberna en la que pedir un whisky doble para calmar los nervios. Como el mundo real no es una película de Tarantino, al final todos reprimimos la rabia y las monedas que podría destinar a ese malta de doce años acaban en el parquímetro. Da igual lo que suban los carburantes, la OTA, el impuesto de circulación, las autopistas… Casi nadie se atreve, en realidad ni se plantea, desprenderse del automóvil y renunciar a una de nuestras más caras y costosas posesiones. Sencillamente nos parece imposible vivir sin coche. ¿Lo es? O mejor dicho: ¿Es necesario que seamos propietarios de un vehículo?
Según un reciente estudio del Gobierno Vasco, los guipuzcoanos nos decantamos por el coche para ir a trabajar. La mayoría de los expertos en movilidad urbana afirman que los vehículos particulares deberían empezar a desaparecer de la ciudad. Justifican su consejo en motivos medioambientales pero también aducen razones económicas. ¿Ha calculado alguna vez lo que le cuesta su automóvil? Se sorprendería. Repasemos, pues, los números y luego que cada uno decida si tener coche le compensa.
La última Encuesta de Presupuestos Familiares elaborada por el INE habla de que una quinta parte del dinero que entra en casa (el 18%) se destina a los gastos del coche. Sin duda es el segundo mayor desembolso después de la vivienda. Por su parte, entre los promotores del ‘car sharing’ (modelo de movilidad basado en compartir coche) se estima que entre combustible, aparcamiento, mantenimiento, seguro, depreciación, limpieza e impuestos de circulación, un automóvil cuesta al año unos 6.000 euros de media. Un millón de las antiguas pesetas. De hecho, si recorre menos de mil kilómetros al mes, la recomendación de estos empresarios es que venda el coche. Con la cartera en la mano, no merece la pena mantenerlo. Claro que un automóvil tiene otro tipo de ventajas intangibles -quizá ilógicas- como la sensación de libertad, protección y autonomía, que cada uno debe valorar.
Por ir al detalle, los principales cálculos que debe hacer para conocer el coste real de su propio coche son:
- Cuánto consume (de verdad) y cuál es el precio medio del carburante
- El coste de las revisiones mecánicas
- La periodicidad con la que debe cambiar el aceite y los filtros
- El cambio de los neumáticos
- El seguro anual
- Los impuestos de circulación
- Aparcamiento: Por un lado están los parking que deba utilizar y la OTA, que poco a poco coloniza cada rincón de la ciudad. Por otro, su propio garaje: lo que le costó comprarlo, los gastos de comunidad y el IBI
- Otros detalles: Multas, averías, peajes, ITV, lavado…
Ah y no olvide lo que pagó por el automóvil cuando lo compró. Es muy probable que sea el segundo desembolso más fuerte que haga en su vida. En un ejemplo real realizado con una de las hojas de cálculo que puede encontrar en Internet (para un vehículo de 15.000 euros con seguro a todo riesgo que recorre 30.000 kilómetros al año, duerme en la calle, no tienen multas ni averías, apenas coge vías de peaje, no aparca en zonas de OTA y nunca se lava) el resultado ha sido de más de 3.500 euros anuales. Cada uno que sume sus ‘vicios’ (conducir por autopista, lavarlo o dejarlo en zona OTA). Si el coche le costó algo más -unos 25.000- no es tan espartano con los peajes y demás prepárese para soltar entorno a 8.000 euros al año.
Está claro que un coche es muy caro. Pero ¿hay alternativa? Dependerá mucho de la combinación entre su lugar de trabajo y residencia. Si las conexiones de transporte público son buenas, piense seriamente la posibilidad de jubilar el carro. En cambio, si su puesto laboral está en el mismo municipio que su hogar, puede que haga mucho ya que debería haberse olvidado de conducir. De entrada, si no hay coche, no hace falta garaje. 20.000 euros más en la cuenta corriente y a partir de ahora, un sobresueldo equivalente a lo que no gasta en transporte.
Lógicamente todavía tiene que desplazarse. Hagamos más números. Si lo hace en bicicleta y ya tiene una, gratis. Ir andando, gratis. Digamos que hay que coger un autobús urbano. Le saldrá por menos de dos euros al día. Al año, en números redondos pongamos 450 euros. La diferencia es muy, muy importante. Los que necesitan un abono de tren, dependerá de las zonas: ¿60 euros mes de medía?
Los únicos movimientos que no controlará serán en vacaciones -si es que usa el coche para ellas- y las escapadas de fin de semana. Para esos casos, el cine, y no precisamente el de Tarantino muestra otra solución. ¿Cómo lo hacen todos los habitantes de Manhattan cuando tienen que salir de la isla? Exacto, alquilan un vehículo para esos días. La tarifa para un automóvil del segmento C es inferior a 100 euros diarios. Quince días, 1.500 euros, aunque encontrará mejores ofertas para tantos días. Haga cuentas y usted decide.
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