domingo, 26 de mayo de 2013

Un proyecto y muchos puntos de vista

Noticia publicada en Diario Vasco sección Bidasoa, el domingo día 26 de Mayo de 2013.

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Un proyecto y muchos puntos de vista

El alcalde celebró este miércoles un encuentro con los vecinos de Palmera Montero sobre el centro cívico que se está construyendo en el barrio 

26.05.13 - 00:18 - 

Un proyecto y muchos puntos de vista
Más de un centenar de vecinos de Palmera Montero asistieron al encuentro que acogió el local de la Asociación Argoiak. :: F. DE LA HERA

Son, y seguirán siendo los próximos años, tiempos de cambio en Palmera Montero. La construcción del centro cívico es la última actuación iniciada en el barrio, y el motivo de la reunión mantenida el pasado miércoles entre los vecinos de Palmera Montero y el alcalde, José Antonio Santano.
Este encuentro estaba destinado a «resolver todas las dudas sobre el proyecto», señaló el primer edil. Para ello, le acompañaron Miguel Gargallo, director del área municipal de Urbanismo; y Mikel Garbizu, arquitecto responsable del equipamiento. La construcción del centro cívico ha sido adjudicada a la empresa Murias. El encuentro se celebró en la sala principal del local de Argoiak, que se llenó por completo: más de un centenar de vecinos del entorno asistieron a la charla.
El encuentro comenzó con un repaso a la transformación vivida por este ámbito desde que comenzase la edificación de lo que hoy es Palmera Montero y Alzukaitz, un entorno que suma 1.100 viviendas. El centro cívico que ya se está construyendo en la parcela entre las calles Uranzu y Bertsolari Uztapide aunará «equipamiento público y terciario»: en su subsuelo contará con un supermercado que gestionará «el grupo Uvesco», señaló el alcalde; y un parking con plazas para residentes y de rotación. En la planta baja se dispondrán locales comerciales; y el edificio albergará también las oficinas municipales que actualmente se ubican en el edificio Kostorbe. Asimismo, el centro cívico contará con salas polivalentes y locales sociales que se destinarán a asociaciones de la ciudad.
El problema del aparcamiento
Tras las explicaciones sobre el proyecto, se abrió un turno de intervenciones para los asistentes; turno que estuvo muy solicitado por éstos y durante el que se escucharon opiniones para todos los gustos.
Hubo un tema que se repitió en más de dos y más de tres de las intervenciones: el problema del aparcamiento en el barrio. Cabe recordar que el solar en el que se levantará el centro cívico estaba destinado, de forma provisional, a aparcamiento libre. Esta zona de parking se ha trasladado, también provisionalmente, a la plaza Juan Vollmer. Una vez concluyan las obras del centro cívico, la previsión es eliminar este espacio de aparcamiento al aire libre.
«¿Y qué hacemos con las ciento y pico plazas que desaparecen?», preguntaba un vecino. En el parking que habrá en el subsuelo del centro cívico «habrá 112 plazas en derecho de superficie», señaló el alcalde. José Antonio Santano explicó también que desde el consistorio se está barajando la opción de implantar la OTA en el barrio. «No es un sistema de recaudación, sino que busca favorecer al residente», argumentó el alcalde. No obstante, algunos asistentes no terminaban de ver claro el tema del aparcamiento subterráneo y el interés de los vecinos por adquirir esas plazas: «hace no mucho hubo dos proyectos de parkings para Dunboa y para Artia que finalmente se desecharon. ¿Por qué si estos proyectos han fracasado, y tan cerca de aquí, se va a construir éste?», planteaba uno de los asistentes a la reunión.
Las casas de la calle Uranzu
La construcción del centro cívico ha conllevado también la preocupación de vecinos de la calle Uranzu, que temían que los trabajos afectasen a sus viviendas. El alcalde recordó que, ante esta situación, se optó por cambiar el método de construcción: se emplearán muros pantalla, al igual que se hizo en la obra de San Juan, «un sistema que tiene en cuenta el terreno y la problemática de las viviendas adyacentes» al mismo, según señaló Mikel Garbizu.
Varios de los vecinos de estas casas plantearon sus dudas durante el encuentro: «¿Cuál es el nivel de vibraciones aceptable para que no afecte a las casas?». El arquitecto explicó que los temblores que ocasionen las obras «se controlarán para que no superen los niveles que se establecen en el código técnico». A pesar de las medidas de precaución adoptadas, una vecina se preguntaba si «va a haber un protocolo de actuación en caso de que ocurra algo». Efectivamente lo habrá, según afirmó José Antonio Santano.
Otro vecino solicitó que los locales de uso social del equipamiento «estén abiertos en horario de tarde-noche, a partir de las 18.00, que es cuando la gente que trabaja puede aprovecharlos». Una vecina mostró su descontento hacia parte de la estética del edificio: «me parece que esos 'cubos' que tiene en la parte de arriba tienen una altura excesiva», afirmaba.

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