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Al asalto del nuevo rey del ocio
Bidasoa activa ha organizado un curso de creación de videojuegos del que han salido dos miembros del equipo que ganó el gran premio de la feria Bime de Bilbao
27.12.13 - 00:12 -
En un día. Borja Mateos, Laura Olmedo, Diego Gutiérrez y Jose de Miguel en la feria Bime, donde desarrollaron su videojuego ganador del concurso con un trabajo intensivo de 24 horas
Bime's Pizza. Aspecto del juego ganador del premio a cuyo robot protagonista le pusieron el nombre del evento vizcaino.
Cambian los tiempos, cambian las tecnologías, cambian las industrias y los modelos de negocio y hasta la manera en la que se invierte el tiempo de ocio. Si hay un sector que refleja toda esa transformación es el de los videojuegos. No sólo avanza emparejado con la innovación tecnológica, sino que, en muchos casos, es la causa del siguiente paso adelante. Son los juegos los que copan las listas de las aplicaciones más descargadas en los móviles y las cifras que llega a mover el sector parecen propias de artes más consolidadas: Grand Theft Auto V (GTA V) se desarrolló durante 5 años con un presupuesto superior a los 200 millones de euros; cuando se puso a la venta, recaudó 590 millones de euros sólo en el primer día.
«Aquí no vamos a enseñar a nadie a hacer el GTA V», dice Diego Gutiérrez, profesor del curso sobre creación de videojuegos organizado por Bidasoa activa que acaba de cerrar la parte teórica de su primera edición. «Enseñamos mecánicas básicas. El muñequito que anda, corre, salta y coge algún objeto; las navecitas que disparan y esquivan enemigos; el juego de cartas emparejadas...»
Un curso único en Gipuzkoa
Hace unas semanas, Diego Gutiérrez decidió formar un equipo para participar en un concurso que se desarrollaba dentro de la feria Bime, en Bilbao. Con él como programador, José de Miguel para las labores de modelado y Borja Mateos en el apartado musical, su equipo necesitaba un diseñador artístico que Diego encontró entre los alumnos del curso que imparte en Bidasoa activa. «Había visto cómo trabajaba, por lo que sabía que Laura era la persona adecuada». Laura es Laura Olmedo, una joven donostiarra que aterrizó en este curso de la agencia bidasotarra porque «cuando fui a preguntar a Lanbide dónde podía hacer un curso sobre creación de videojuegos, me encontré con que éste era el único que había en Gipuzkoa», explica ella.
Con el equipo al completo, se presentaron en Bilbao. «Bime es una feria que abarca diversos sectores pero con la música como eje central. Entre otras muchas cosas, había un espacio ligado a informática y dentro de él se organizó un concurso de desarrollo exprés», explica Diego. «En 24 horas», completa Laura, «tenías que desarrollar todo lo posible un producto y había diversas categorías: aplicaciones para móviles, aplicaciones para webs, apis (servicios como Spotify, etcétera) y videojuegos». Ellos competían en esta última y se llevaron una sorpresa cuando les anunciaron que su proyecto era el mejor de la categoría; mayor aún cuando el gran premio, al mejor proyecto de entre todos los desarrollados, también resultó ser el suyo.
Un juego de premio
La premisa de su juego es la de un pizzero intergaláctico, en este caso un robot, que con su nave espacial reparte pizzas en diferentes planetas. «Como había que ligarlo con la música», comenta Laura, «tuvimos en cuenta que cada planeta habla un idioma diferente. Para no aprenderlos todos, el robot ha creado un sistema basado en canciones, una para cada producto, otra para cada planeta». A partir de la recepción del pedido, del robot cruza el espacio en su pequeña nave espacial, esquivando asteroides y otros obstáculos, para aterrizar, sin estrellarse, en el planeta de turno. «De 24 horas disponibles, trabajamos 22, durmiendo cada uno una siesta de dos horas», comenta Diego.
«Obviamente, no pudimos desarrollar el juego completo tal como lo habíamos pensado, eso era imposible. Pero sí completamos una demo jugable con tres planetas y una estación de repostaje. Y todo tenía un aspecto muy amable y simpático gracias a los diseños que hizo Laura». Al buen punto de partida estético se le sumó su buena traducción a lo digital, música original compuesta in situ, una demo que se podía jugar y funcionaba sin errores y, todo ello, colgado de una idea de juego original y muy completa.
«El premio nos hizo ilusión y las críticas del jurado fueron tan buenas que decidimos que merecería la pena desarrollarlo hasta el final», asegura Laura. «Sabemos que será más de un año de trabajo y que durante todo ese tiempo no habrá ingresos», más allá de los 1.500 euros con los que estaba dotado el premio que ganaron.
Los obstáculos están ahí, pero han ido apareciendo nuevos alicientes. Apenas unos días después, de nuevo en Bilbao, tuvo lugar el evento Fun&serious centrado en el sector del videojuego. Entre muchas otras propuestas, había una en la que un directivo de la sección recreativa de Sony España concedía cinco minutos a quien quisiera contarle su proyecto. «Decidimos que valía la pena intentarlo y allí fuimos», relata Diego. «Nos dijo que la idea le había gustado y nos pidió un dossier por correo electrónico para estudiarlo con más detenimiento. No sabemos si saldrá algo o no, pero conseguimos llamar un poco su atención, que ya es bastante con un proyecto desarrollado en 24 horas».
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