Comercios nuevos en la Parte Vieja
En el barrio más antiguo de la ciudad despuntan iniciativas empresariales pese a las obras en la plaza Urdanibia
- IÑIGO MORONDO | IRUN.
La Parte Vieja ha padecido tiempos de declive social y comercial. En el último año, muchas cosas han ocurrido en una misma dirección: voltear la situación para mirar al futuro con mejores perspectivas. Una Asociación de Vecinos se ha creado y puesto en funcionamiento, han comenzado las tan reclamadas obras de remodelación de la plaza, se empiezan a dar pasos para eliminar ciertos comportamientos que condicionan el ambiente en las calles... Y, quizá lo más importante porque sin esto lo demás no tendrá efecto, nuevos comercios abren sus puertas.
Txalaka, el asador-sidrería de la calle Larretxipi, tras años cerrado, regresó hace 14 meses a la actividad de la mano de Jon Olaetxea y José Miguel Odriozola. «Ya sabíamos que iba hacerse la obra de la plaza Urdanibia. Como temíamos, está siendo más negativo que positivo, pero contamos con que, normalmente, cuando acaba una remodelación de estas características, suele tener un efecto positivo en el barrio y en los comercios de su entorno», advierte Olaetxea. Eligieron esa ubicación para su proyecto «porque el local era amplio y porque el sitio nos gustaba. Queríamos algo en la ciudad y aquí estamos en plena Parte Vieja, cerca del centro, del Ayuntamiento». Lo malo, admite, es que la calle Larretxipi se considera «como una 'trasera', tiene poca visibilidad. Pero es una calle muy bonita. Creo que entre comercios y Ayuntamiento debemos colaborar para hacer que la gente de Irun y las muchas personas que vinen de fuera se muevan por el centro, descubran la Parte Vieja. El parking de San Juan, por su ubicación y precio, es un valor importante. La obra que se hizo en San Juan y la de la plaza Urdanibia también deben ayudar».
Esa visibilidad de las más antiguas calles de Irun centra también la atención de Javier Murillo, joven empresario que en la calle Larretxipi ha puesto en marcha un despacho de pan bajo la firma Soleil Gourmand, «un obrador que, además de pan francés, ofrece bollería dulce (galletas, muffins, bizcochos...), todo producto artesano y francés». Abrió a finales de junio «sin preocuparme por las obras. Me interesa más cómo hacer para que la gente sepa que estamos aquí, que nos conozca». Como Olaetxea, considera clave que los irundarras vean Larretxipi y la Parte Vieja como un lugar por el que pasear y al que ir a tomar algo.
Perspectivas, ideas, negocios y motivos diferentes, pero todos en la misma zona
Es menos optimista Rafael Santos, promotor de Dess Center, un innovador espacio dedicado al bienestar físico y que atiende, con distintos programas y recursos, a «gente que prepara competiciones, gente obesa que quiere perder peso, personas que quieren estar bien físicamente, accidentados que requieren tratamientos específicos (sobre todo de columna)...» Ofrecen también formación titulada terapeútica y deportiva y completan su oferta con zumba, pilates con maquinaria específica, gimnasio, masajes, dietas... «Es una evolución ampliada del negocio que teníamos en la plaza Urdanibia desde 2011», trasladado a la calle San Marcial, junto al SAC, a finales del pasado febrero. «Decidimos irnos porque se hablaba de obras en la plaza pero el Ayuntamiento no decía cuándo iban a ser, cuánto iban a durar... Veo como está la carnicería de Lasa (en la propia plaza) rodeada de vallas de obra, casi aislada, y estoy seguro de que no hubiéramos podido resistir algo así». Pero, además, Santos subraya que hay dos realidades: «una, hasta la mitad de la cuesta San Marcial, hasta la Atsegiña; otra de ahí hacia abajo. En la plaza Urdanibia te pueden multar por dejar el coche medio mal cuando a unos metros hay gente vendiendo droga junto a un parque infantil. Es inadmisible». Incide en que «mucha gente viene a esta centro y no hubiera ido al otro local, 100 metros más abajo. Nos lo han dicho los propios clientes. Ése es un problema grave».
El mismo 3 de octubre de 2011 en el que Santos abrió su negocio en la plaza Urdanibia se inauguró, casi al lado, en el 3 de la calle Uranzu (de frente a la plaza), Zenturia, un proyecto de asistencia domiciliaria para personas dependientes de Elvira Gil. «Veníamos de años trabajando en otro local, en la calle Juncal, donde no nos encontraban ni explicando dónde estábamos. Aquí, nos ve hasta quien no nos busca. Pasa mucha gente y varios días al año (sanmarciales, Santo Tomás, Sagardo Eguna, Euskal Jira...) toda la ciudad viene y ve los negocios que están aquí. Esa visibilidad es importante». Su perspectiva es más halagüeña y cree que con el esfuerzo adecuado por limar los problemas, «esto no es que vaya a ser el paseo de Colón, pero sí puede ser una zona interesante comercialmente. La plaza Urdanibia renovada va a servir para que Irun descubra de nuevo su Parte Vieja».
En ese efecto tras la obra confía Xabier Elizondo, promotor de la carnicería Aranzabal, que quería un punto de venta comarcal que completara un proyecto ambicioso radicado en Donostia y que incluye matadero propio «para controlar la calidad del producto en todo el proceso». Admite que «estos meses, desde que abrimos, están siendo duros. Sabíamos que con las obras abajo, estar en la calle San Marcial sería difícil. Está siendo aún más difícil. Vamos a mantener la apuesta mientras podamos, convencidos de que habrá mejoría general y de que, con el final de las obras, mejorará el flujo de gente entre las plazas San Juan y Urdanibia».
Además de los mencionados, con ayudas del programa K-Biziak, se ha abierto un estudio de tatuajes en la calle Eguzkiza y prontó lo hará una coordinadora de gremios en la calle San Marcial. La valoración que sin embargo hacía Santos, de Dess Center, de este programa es que «es vergonzoso. Cuentas tú idea a alguien que no conoces y, con suerte, recibes una ayuda mínima. Luego, en lugar de facilidades, el Ayuntamiento te pone todas las pegas posibles y más. Se abren negocios porque la gente se busca la vida, no porque den facilidades. Eso es algo que hay que cambiar».
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