LKS redactará el Plan que definirá el futuro del valle de Olaberria
El Ayuntamiento se compromete a impulsar la participación ciudadana «desde los primeros borradores»
- IÑIGO MORONDO
- IRUN
El nuevo Plan General, el que se espera que quede aprobado en cosa de unos pocos meses, hace hincapié en la especial protección del valle de Olaberria, una parte importante de ese 75% del suelo irunés que el planeamiento considera no urbanizable. Para ordenar el ámbito de unas 600 hectáreas de extensión, se determinaba la necesidad de establecer un Plan Especial cuyo objetivo sería configurar las protecciones pertinentes y determinar las actividades posibles, acordes siempre a sus especiales condiciones y a los usos predominantes ligados al sector primario.
Con participación
En su forma, este Plan Especial puede tener algo de Plan General, aunque la superficie que trata es menor y los condicionantes y limitaciones, enormes. Para su redacción, el Gobierno municipal aprobó en verano los pliegos de contratación con un máximo de 100.000 euros. Esta misma semana, poco antes de cerrar el año, la ha adjudicado a la cooperativa LKS Ingeniería, cuya oferta fue de 80.000.
El plazo para realizar el trabajo es de 14 meses, aunque no parece que esta sea una cuestión trascendental a la hora de afrontar el futuro de un enclave tan especial como el del valle de Olaberria. Ya cuando se licitó el contrato, en el mes de agosto, el alcalde, José Antonio Santano, anunció que el desarrollo del Plan Especial contaría con «participación ciudadana desde los primeros borradores». Muchas asociaciones, entidades y grupos ecologistas trabajaron durante años para asegurar la buena conservación de esta zona del sur irunés. Incluso se creó la Plataforma Ciudadana para la Defensa del Valle de Olaberria. De la mano de todas ellas, el Ayuntamiento ha ido acotando las posibilidades que cabrán en su desarrollo, aumentando los rangos de protección.
Con todas esas 'limitaciones', le tocará a LKS redactar un documento que definirá usos posibles, edificabilidades admisibles, ordenación de la movilidad y otros cuantos aspectos. En lo más alto de los puntos de interés, probablemente, aparecerán las 26 hectáreas que ocupan los cuatro ámbitos degradados y de las que el Consejo Asesor de Urbanismo requirió que al menos ocho se recuperarán como zonas verdes. Para las otras 18 hectáreas el margen es algo mayor, pues se trata de prácticamente el único suelo que, sin salirse del marco protector del conjunto, podrá alejarse un poco más de lo meramente rural.
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