Los mitos en torno a lo que comemos
Teresa Ortundo, médico de familia y diplomada en Sanidad, ofreció en la sede de la asociación Argoiak una charla titulada 'Verdades y mentiras sobre la alimentación'
- JOANA OCHOTECO
- IRUN
Hace unas semanas, un informe de la OMS que alertaba sobre los riesgos de comer carne roja con demasiada frecuencia ocasionó cierto revuelo mediático y social. No es que disfrutar de un filete una vez a la semana tenga efectos nocivos para la salud sino que, como en tantos otros ámbitos, en la alimentación la clave está en la moderación y la variedad. Ésta fue una de las ideas que transmitió la médico de familia y diplomada en Sanidad Teresa Ortundo, en la charla que ofreció en la Asociación Argoiak bajo el título 'Verdades y mentiras sobre la alimentación'.
Teresa Ortundo tiene una experiencia de 40 años en medicina, y durante los primeros años en que ejerció la profesión lo hizo como médico rural. Una de las ideas que quiso transmitir la ponente a los asistentes a la charla fue que «sobre la alimentación no hay que saberlo todo». Eso sí, «hay que tener algunas cosas claras».
La médico planteó en su diserción algunos de los clásicos interrogantes que surgen al hablar de alimentación. Por ejemplo, «¿natural o congelado?». Si bien lo más lógico es pensar que la primera opción es más saludable, Ortundo recordó que los alimentos congelados «conservan todas las vitaminas». Y, ¿resultan más nutritivos si se consumen crudos? «Algunos sí, pero otros se absorben mejor si se han cocido». El ajo, por ejemplo, pertenece al primer grupo; pero algunos nutrientes del tomate, la zanahoria o los espárragos «se absorben mejor si están cocidos».
El tema de la carne también surgió durante la charla: «hay que comer de todo y no hay que dejar de consumirla». La carne aporta proteínas, hierro y vitamina B12, pero debe consumirse con moderación porque también su lado negativo: «tiene nitratos, que en nuestro cuerpo se transforman en nitritos y, luego, en nitrosaminas. Son éstas últimas las que son cancerígenas».
¿Y el pescado? La médico recordó que los ejemplares de mayor tamaño, como el emperador o el pez espada, pueden contener más cantidad de mercurio, «que es neurotóxico. Y no hay que consumir las cabezas de mariscos, ni para hacer sopa de pescado».
El consumo de verduras y hortalizas son, es principio, irreprochables desde el punto de vista nutricional y su consumo diario es altamente recomendable. No obstante, también hay algunos 'peros': Teresa Ortundo explicó que las espinacas y acelgas absorben nitratos en mayor cantidad de la necesaria, «por lo que hay que limitar su consumo y no tomarlas más de dos veces a la semana». No ocurre lo mismo con las berenjenas, calabacines o pepinos, que son más recomendables. En cualquier caso, la médico recomendó consumir las verduras y hortalizas tras haberlas pelado.
El dulce es la perdición de muchos, pero «mejor consumir los hechos en casa», como un buen bizcocho o galletas, y no los industriales. Teresa Ortundo aportó un dato muy ilustrativo: «una bolsita de chuches de 250 gramos contiene 64 azucarillos». También los zumos, aunque mucho más recomendables que los refrescos, son ricos en azúcar, por lo que para paliar la sed «lo mejor es siempre el agua».
El agua saludable de Irun
La médico se refirió también al consumo de agua: «¿grifo o botella?». Si bien puede haber quien piense que es mejor la segunda, Ortundo afirmó que «el agua de grifo que tenemos en Irun es blanda, con cero bacterias y se puede beber tranquilamente». A la hora de escoger un agua embotellada, recomendó «fijarnos en la etiqueta, especialmente en el residuo seco. Tiene que estar entre 50 y 500». Lo más aconsejable, señaló Teresa Ortundo, es optar por aquellas que están indicadas como aptas para bebés y niños. Y recordó que es mejor no rellenar los botellines varias veces, porque «el plástico se degrada».
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