Las terrazas siguen ganado terreno
Las licencias municipales aumentaron casi un 10% en 2015 y ya son 223 los establecimientos con permiso
Los bares de Cipriano Larrañaga esperan incorporarse al listado en cuanto se ejecute la reurbanización que ensanchará las aceras de esta calle
- IÑIGO MORONDO
- IRUN
La ley del tabaco que entró en vigor el 2 de enero de 2011 supuso, los hosteleros son unánimes en esto, «un antes y un después». La prohibición de fumar en el interior de bares, cafeterías y restaurantes revolucionó el sector dando una importancia creciente a los elementos exteriores, ya sean terrazas completas ya barriles o mesas altas.
El pasado año Irun volvió a marcar un nuevo techo de licencias para esta ocupación de vía pública. 223 establecimientos recibieron el oportuno permiso, casi un 10% más que los 207 del año 2014. La tendencia al alza parece imparable, por voluntad hostelera y por vocación urbanística: los bares de la calle Cipriano Larrañaga, por ejemplo, esperan el momento en el que el Ayuntamiento ejecute la reurbanización de esta vía, ya que el proyecto recoge aceras más anchas en las que poder poner sus mesas exteriores.
Necesarias hoy en día
El Bhuda Bar es uno de los negocios hosteleros de esa calle, con una cuidada apuesta estética en su interior que en los últimos tiempos han complementado con una terraza «en el patio. Desde que con la Ley Antitabaco la gente no puede fumar dentro, las cosas han cambiado mucho», explica Alberto, propietario del bar. Por eso apostaron por sacar mesas al patio y convertirlo en una elegante 'haima', fuente incluida, muy acorde con la detallada estética del bar. «Los clientes la conocen y la usan, pero desde fuera no se ve». Es una de las razones por las que esperan, casi con ansia, la posibilidad de tener terraza en la calle. «Pero, sobre todo, creo que el hecho de quitar los aparcamientos y hacer una calle más para el peatón, con terrazas, va a invitar a la gente a venir. Ahora mismo, mucha gente va a la plaza del Ensanche y muy poca baja. Esperamos que las terrazas sirvan para hacer más atractiva la hostelería de esta calle».
La excepción obligada
No todos los bares van a poder sacar terraza. Ricardo, propietario del Café Central, no lo va a poder hacer. Su establecimiento hace esquina entre Cipriano Larrañaga y Miguel de Astigar, con la puerta hacia ésta última. «Creo que seré el único que no va a poder sacar una terraza».
Ha peleado una modificación del proyecto porque en otras zonas se ha permitido a bares poner terrazas en sus traseras o en un lateral, «pero aquí ni se lo han planteado, seguramente, porque les venía bien que en este tramo no hubiera terrazas para poner carga y descarga, contenedores...» Planteó incluso «que en Miguel de Astigar se hiciera algo en la misma línea, ampliando aceras, porque si no, aunque Cipriano Larrañaga cambie, la impresión desde el paseo de Colón va a seguir siendo la misma». Pero sus intentos no han recibido la respuesta deseada. «Ya me he hecho a la idea de que todo el mundo podrá poner 3, 4, 5 mesas fuera menos yo».
Es muy consciente del valor diferencial de la terraza «desde la Ley Antitabaco. Seguramente será un handicap, sobre todo con buen tiempo. Parece que no hagan más que ponernos obstáculos. Como cuando llegan los sanmarciales y otras fiestas señaladas y lo primero que se hace es autorizar zonas de venta de bebidas alcohólicas en la calle. Eso lo notamos los que estamos todo el año y pagamos las licencias y los impuestos». Aunque vislumbre un futuro en cierta desventaja, Ricardo no se va a rendir. «Llevo 17 años en este bar y antes estuve otros 13 en otro, también en Cipriano Larrañaga. Nunca he dado ni he tenido problemas. Seguiré trabajando para ganarme la vida, con mi clientela, ofreciendo un bar tranquilo y un buen servicio», argumentos más importantes que unas mesas al aire libre.
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