Apuestas por el autoempleo para no entrar en crisis
Vecinos de Irun pertenecientes a los colectivos más castigados por el paro cuentan sus experiencias en el mercado laboral
- J. ZUBIALDE/M.J. ATIENZA
- IRUN
El Primero de Mayo, Día Internacional de los Trabajadores, ha sido, históricamente, una jornada festiva y de reivindicación de mejoras sociales y laborales. Pero desde el inicio de esta última crisis, en el año 2008, miles de personas (4.667 en Irun, según los últimos datos de Lanbide) lo que reivindican es un puesto de trabajo.
El pasado jueves, se hacía pública la encuesta de población activa del primer trimestre de 2016 realizada por el INE, que revelaba algunos datos esperanzadores. Euskadi aparece como una de las tres comunidades del Estado en las que el número de personas empleadas ha aumentado en los tres primeros meses del año. Y esa misma tendencia se viene registrando en la comarca del Bajo Bidasoa.
Buena parte del repunte que revelan las estadísticas se debe al empuje particular de personas que se han resistido a quedarse en el camino de la crisis, bien mejorando para mantener su empleo o bien creándolo. Así lo cuentan Gonzalo Echepare, Raquel Koroma, Alin Sánchez y Teresa Macías, cuatro vecinos de Irun que, además de apostar por el autoempleo, lo han hecho desde posiciones de desventaja. Todos ellos pertenecen a colectivos muy castigados por el paro: jóvenes, mayores de 50 años, inmigrantes o personas con discapacidad. Los cuatro trabajan en el sector servicios, hacia el que está girando progresivamente la economía de todos los países europeos con tradición industrial.
Cada uno de ellos ha recorrido un camino nada fácil para, como dice la más veterana, Teresa Macías, «conseguir un derecho fundamental, que es vivir de mi trabajo».
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