«Una discapacidad no tiene que ser una barrera para trabajar»
Gonzalo Echepare Administrador de fincas
- J.Z. | IRUN.
Aunque el emprendizaje es un fenómeno que parece haber surgido con la crisis, lo cierto es que emprendedores siempre ha habido. Ese es el caso de Gonzalo Echepare y Óscar Zabaleta, dos amigos que al finalizar la carrera de Empresariales fundaron, en 1997, Etxezabal, dedicada a la administración de fincas. «Un año y medio después se complicó la cosa. Se me desprendieron las dos retinas y en el transcurso de unos ocho meses me tuvieron que operar cinco veces», recuerda Echepare.
A raíz de entonces este irundarra de 42 años perdió la visión de su ojo derecho y gran parte del izquierdo. Gracias a las cerca de 20 dioptrías con las que cuentan sus gafas asegura que «me apaño y veo de cerca» pero hace hincapié en que en su día a día de trabajo esa pérdida de visión «no ha sido un problema». En lo que respecta a la oficina, «tengo una pantalla de ordenador más grande cedida por la ONCE -de la que es socio- pero por lo demás no cuento con ningún elemento de la oficina adaptado». Lo que es un hábito es tener que «aumentar mucho la letra» y el hecho de que «tengo que estar muy pegado a la pantalla porque si no no lo puedo leer», explica con humor.
Los problemas de visión aparecieron cuando cursaba sexto de EGB. «Fui a una revisión normal y a mis padres y a mí nos dijeron que tenía una retina desprendida y que la otra también, pero que se había pegado por su cuenta», recuerda. Tras ir de un médico a otro, al final «me operaron en San Juan de Luz en una intervención que duró siete horas», explica, un doctor que «me salvó la vista». Acudió a ese mismo facultativo cuando se le desprendieron ambas retinas. «Quedé muy contento porque por lo menos veo».
Aunque no cuenta con su puesto de trabajo adaptado, Echepare comenta que hace un tiempo la ONCE también le cedió un programa informático especial para facilitar la realización de su trabajo, pero después de hacer con él alguna prueba vio que no le era necesario utilizarlo.
En el trato con los clientes, comenta, la gente es «bastante comprensiva pero tampoco voy pregonando por ahí 'soy cieguito'». Ejemplo de ello es cuando en alguna ocasión les toca hacer lectura de contadores. «Hay quien me dice que ya lo hace él, pero les suelo decir que mientras pueda leerlos, voy yo», explica, y añade sin poder evitar echarse a reír que «me tengo que acercar mucho a los números».
Echepare es consciente de sus limitaciones, pero no son ellas las que rigen su vida. Por eso, anima a todo aquel que quiera emprender a que lo haga y defiende que «una discapacidad no tiene que ser una barrera. Hay que intentarlo, si no no sabes si puedes».

Etxezabal. Gonzalo Echepare en la mesa de trabajo de la empresa que fundó con Óscar Zabaleta hace casi dos décadas. / F. DE LA HERA
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