Imposible quedarse quietos en casa
Baloncesto, atletismo, rugby o equitación son algunas de las propuestas para que los niños se diviertan en la ciudad
Cientos de chavales disfrutan este verano con las actividades programadas por clubes de la comarca
- JOSEBA ZUBIALDE
- IRUN
«La pértiga es lo que más me gusta porque si me caígo en la hierba no me hago daño», explica sabiendo de lo que habla Jon Delgado, de 10 años, que este verano repite en las actividades organizadas por el Bidasoa Atletiko Taldea (BAT). «Me lo estoy pasando muy bien, haces muchos amigos», asegura con una sonrisa de oreja a oreja el pequeño, mientras el resto del grupo atiende las explicaciones del monitor.
Baloncesto, fútbol, tenis, rugby, remo... La variedad de deportes es casi infinita en la campaña Uda 2016, programa que se nutre de los campamentos organizados por una veintena de clubes de la comarca, donde «lo principal es que los niños se lo pasen bien», incide el delegado de Deportes, Pedro Alegre, mientras a su lado los chavales corren y saltan por las instalaciones de Plaiaundi, epicentro de las actividades del BAT. Ese y otros puntos han recibido la visita del delegado, que explica que «me gusta visitar algunos todos los años».
En el caso del BAT se practican diferentes modalidades del atletismo «desde el juego y la diversión», explica Ibon Muñoz, entrenador del club. En julio tienen 174 chavales, 27 más que el año pasado, por lo que «estamos muy satisfechos». La jornada diaria se divide en dos partes. En la primera aprenden tiro con jabalina, salto de longitud o carreras, entre otros, mientras que en la segunda «se hacen diferentes juegos de equipo en la hierba». Además, los jueves se trasladan a Irungo La Salle para «jugar al fútbol, baloncesto y deportes de raqueta, y acabamos bañándonos en las psicina de Artaleku».
A pocos metros del BAT los monitores del Rugby Club enseñan a los niños a moverse por el campo. «El rugby es el reflejo de la vida, tienes obstáculos, colaborar en equipo... Y es un deporte que permite trabajar la relación entre los chavales», destaca Erik González, jugador y monitor. Ellos también están contentos porque han notado un incremento de inscripciones. Aunque la mayoría de los juegos que practican están relacionados con su deporte, cuando hay días de mucho calor como el del martes cambian Plaiaundi por la playa, donde juegan al «rugby playa y luego nos bañamos».
Lo mejor, los placajes
Entre los que disfrutan con el rugby está Oier, que con cara seria confiesa tener «manía» a uno de los monitores. «Me graba con el móvil y luego me enseña lo que he hecho mal ¡Es un pesado!». Pese a esa 'piedra en el camino', él y sus compañeros de juegos Irantzu, Aritz, Joao, Mikel, Naia y Naiara aseguran pasárselo «muy bien». La mayoría de ellos coinciden en que lo que «más» les gusta es hacer placajes, un movimiento que Oier, sonriente, ve «muy útil porque si alguien te molesta le puedes hacer uno».
Para el Club de Hípica Jaizubia «el deporte escolar y el Uda son la puerta de entrada de los chavales», explica José Luis Gamarra, que cuenta que tienen «todo completo». Para disfrutar de sus actividades el nivel del jinete no es una barrera. Muestra de ello son Nagore y Karla, «empezaron el domingo sin saber nada y ya montan», explica Laura Gamarra. Allí aprenden a colocar la silla, ajustarla, preparar el caballo para salir... «Llegan por la mañana, recogen a los caballos, montan una horita, hacemos otra de juegos, y tras almorzar están otra hora con el caballo», comenta Laura, y añade que realizan salidas al monte, partidos de 'horseball' (baloncesto a caballo), saltos... «Todo lo que se pueda hacer en tierra pero encima de un caballo».
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