ALARDE DE SAN MARCIAL 2016
Irun vuelve a vibrar
Las 20 unidades del Alarde tradicional, compuesto ayer por 7.857 soldados y con 19 cantineras entre sus filas, recibieron el aplauso de miles de irundarras, que se echaron a la calle desde la madrugada, en el día grande de la ciudad. Fue una jornada de rituales y emociones en la que reinó el buen ambiente y lució el sol, pero no hizo, por suerte, el sofocante calor del año pasado.
UN REPORTAJE DE XABIER SAGARZAZU / FOTOGRAFÍA RUBEN PLAZA - Viernes, 1 de Julio de 2016 - Actualizado a las 07:16h
Martín Goikoetxea, Goiko, es un veterano fotógrafo profesional de Bera. Navarro por tanto, pero "irundarra también de corazón", ya que vino a estudiar a la vieja Escuela Sindical "en el año 1966". Desde su primer contacto con Irun y sus fiestas, ha fotografiado en miles de imágenes "40 años de Alarde, pero siempre, siempre, hay un detalle, un momento, algo que los hace distintos, a todos y cada uno de ellos; son una serie de rituales, vivencias y sentimientos de la gente, sea desfilando o desde la aceras, que uno trata de plasmar con la cámara", confesaba ayer, en espera del que era "en principio" su último Alarde como fotógrafo, ya que se ha jubilado.
la espera Precisamente, uno de esos rituales de cada 30 de junio en Irun es el de la espera. La de miles de personas que, desde la madrugada, cogen sitio en las calles por las que discurrirá el Alarde, en especial, en la calle San Marcial, donde se produce el momento de la Arrancada.
Allí esperaban ayer Estebe Abrisketa, Idoia Mitxelena y Laida García, tres jovencísimos irundarras de entre 15 y 16 años de edad. "Llevo aquí desde las 2.30 horas, pero es algo que hago muy a gusto y desde luego que la espera merece la pena", decía Estebe Abrisketa, al que le tira más "ver el Alarde, que desfilar en él, siendo chico". Este joven y sus dos amigas entretuvieron su tiempo hasta el momento de la Arrancada del Alarde tradicional, que son las 7.40 horas, "jugando a las cartas y tomando café".
En otro punto del recorrido, en la calle Iglesia, se encontraban María Ángeles Iriondo, de 76 años de edad, su hija, Mari Carmen Rial (de 49 años) y hasta algunos de sus nietos.
"Nos hemos levantado a las 4.00 de la mañana y para las 5.20 ya estábamos aquí. Hemos traído café, cruasanes y alguna manta, que este año hace fresco", decían con muy buen humor María Ángeles Iriondo y su hija, que no dudaban en afirmar que "vivir el Alarde merece esto y mucho más".
silencio y arrancada El del silencio en la calle San Marcial, desde unos tres minutos antes de las 7.40 horas, es otro de los momentos del día. A la orden del Comandante, Asier Etxepare, que ayer se estrenaba en este cargo, el cornetín de órdenes del Alarde tradicional, Jon Agudo, dio el toque de la Arrancada, tras el cual, la Escuadra de Hacheros, dirigida por José Ignacio Galzakorta, inició el camino desde la plaza Urdanibia, calle San Marcial arriba, hasta la plaza San Juan.
Toda la calle estalló en un aplauso y gritos de ánimo. El camino lo recorrieron, tras los hacheros, las 19 restantes unidades del Alarde tradicional, integradas por 7.857 soldados, según las cifras facilitadas por su Comandante. Y con ellos, sus respectivas cantineras, las 19 grandes protagonistas del día, que recibieron, más que nadie, el calor y el ánimo del público durante todo el día.
emoción y lágrimas Unas cantineras que como Estíbaliz González, de la compañía Uranzu, llegaban a la plaza San Juan "con las lágrimas en los ojos". Esta joven de 26 años decía que para ella, ser cantinera era "lo mejor de mi vida" y afirmó que "aunque imaginaba que sería emocionante", se había visto "desbordada por la forma increíble en la que la gente se vuelca" con ella y sus compañeras. González estaba "en pie desde las 2.00, pero con tanta adrenalina y tantas emociones en el cuerpo, que hoy no hay cansancio".
descargas Ya con todo el batallón en la plaza San Juan, recibido desde el balcón del ayuntamiento por el alcalde, José Antonio Santano, y ediles de PSE, PNV y PP, fue el momento de la llegada del General, Paco Carrillo, que estrenó ayer su cargo.
Carrillo entró a galope en la plaza y tras la Llamada a Capitanes para dar las últimas instrucciones, al grito de "¡Gora Irun! ¡Gora San Marcial!", ordenó las primeras salvas de fusilería y cañones del día. La compañía Bidasoa recibió la bandera de la ciudad y el Alarde tradicional emprendió el camino a la parroquia del Juncal, donde tras nuevas descargas, se inició la parte final del recorrido matutino.Paco Carrillo, que reconoció haber tenido "los lógicos nervios de estrenarse en todo esto", se mostró "feliz y emocionado, sin palabras para describir los sentimientos y agradecer el apoyo y el ánimo de miles de irundarras" al Alarde tradicional "en este día grande para todos". A mediodía, la Corporación municipal, con el alcalde Santano a la cabeza, estuvo en la misa de la ermita de San Marcial, renovando así el voto secular que los irundarras le hicieron al santo, en agradecimiento por la victoria en la histórica batalla de la peña Aldabe, en el año 1522.
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