La Corporación de 1766 se unióa la celebración de la Euskal Jira
Los representantes del 'primer Gobierno de Irun' llegaron en kalejira a la plaza de Urdanibia
La fiesta vasca, que tuvo presente durante todo el día el recuerdo de Asier Martiarena, se vivió ayer con un tiempo espléndido y un ambiente inmejorable
- MARÍA JOSÉ ATIENZA
- IRUN
Pocos ciudadanos de los que ayer se acercaron al Ayuntamiento para presenciar la recreación de la toma de posesión de la primera Corporación irunesa sabían que podrían salir de la Sala Capitular investidos como alcalde o concejales. El factor sorpresa fue la nota más destacada de la escenificación organizada por la Asociación de Historiadores de Gipuzkoa Miguel de Aramburu, con motivo del 250 aniversario de Irun como ciudad de pleno derecho.
El primer personaje que encontró el público a su llegada al salón de Plenos fue un escribano vestido de época que anotó con tinta y pluma, uno por uno y en papeletas que luego depositaría en una urna, los nombres de los asistentes a la teatralización. Una mano inocente extaería minutos después nueve nombres con los que se iba a conformar el 'primer Gobierno' de la ciudad.
Con ayuda del corregidor, el escribano explicó a los espectadores que «estamos aquí, en 1766, para elegir el nuevo Gobierno de Irun, su alcalde y sus concejales. La ciudad contaba en ese año con 2.520 habitantes. El nuevo Ayuntamiento se eligió a mediodía del 9 de marzo de 1766. Para ello, se juntaron ante el corregidor de Guipúzcoa y juez comisionado por el Rey para ejecutar la Real Cédula de exención 234 vecinos concejantes, todos ellos caballeros hidalgos, junto con el escribano. Entre ellos, estaban los siete capitulares de los que se compone el Gobierno político, económico y militar saliente. Eran Domingo Ignacio de Olazabal y Ramery, Sebastián de Zabala, Domingo de Olazabal, José Francisco de Aguinaga, Marcos de Oronoz, Juan Antonio de Echegaray y Miguel Ignacio de Olazabal».
La elección
Una vecina vestida de época prestó su mano inocente para extraer de la urna nueve nombres de los recogidos entre el público por el escribano. Carlos Semper resultó elegido alcalde y entre los improvisados concejales hubo nombres tan conocidos como el del exgeneral del Alarde Iñaki Arruabarrena, el que fuera cabeza de lista por la coalición Irabazi Irun, Proko Gómez, o el escultor y Gran Maestre de la Cofradía de Anaka, Gabriel Narzabal. Todos tuvieron que abandonar sus asientos y seguir al corregidor hacia la contigua sala de comisiones, de la que regresaron ataviados con variopintos sombreros y tocados de época. De vuelta en la Sala Capitular, alcalde y concejales juraron, uno a uno, sus cargos sobre la señal de la Santa Cruz de la real vara de justicia, con la fórmula, más o menos literal, de «juro cumplir fielmente con las obligaciones para las que he sido elegido».
Tras posar para la foto de familia, la nueva Corporación, el escribano, el corregidor y los vecinos asistentes al acto partieron en kalejira, a los sones del txistu y el tamboril, hacia la plaza de Urdanibia, con el fin de sumarse a la celebración de la Euskal Jira. Pero antes, tuvieron que cumplir con otro de los requisitos de la elección: la toma de posesión de un establecimiento de la ciudad, que habría de ser una licorería de la calle Larretxipi «donde catar los vinos para ver si son del gusto de los capitulares».
De camino a la plaza de Urdanibia, el historidor irunés Iñaki Garrido, miembro de la asociación organizadora del acto, explicaba que la intención de la recreación era dar a conocer «en su primera parte, cómo se cosntituyó el primer Ayuntamiento, cómo fue el proceso, cómo se leyó la Real Cédula y cómo se eligió el primer alcalde por unanimidad. En la segunda parte, se ha visto el proceso electoral del 1 de enero de 1767, donde se eligió una Corporación con nueve electores y estos a su vez eligieron al alcalde, los regidores, los procuradores síndicos y los mayordomos de la iglesia y las capillas. La tercera parte ha sido la toma de posesión de un establecimiento de la ciudad y nos ha faltado la cuarta, que es la toma de posesión jurisdiccional de los lindes del municipio».
Aquellos que no pudieron asistir ayer a la recreación y que quieran conocer cómo fue elegido el primer Gobierno de Irun podrán presenciar, el próximo 2 de octubre, una nueva escenificación organizada por la Asociación de Historiadores de Guipuzkoa.
La cata de vinos de la calle Larretxipi dio paso a la asistencia de la nueva Corporación a la fiesta de la Euskal Jira, que celebró su jornada matinal con un tiempo espléndido y un ambiente inmejorable en la cercana plaza de Urdanibia. Artesanos del cuero, de la madera, de la cestería, de la piedra o de la forja, apicultores y productores de queso, pan y respostería se dieron dita, como es habitual, en la fiesta irundarra de agosto. El público asistente siguió con atención las actuaciones de dantzaris, trikitilaris y bertsolaris, así como las exhibiciones de deporte rural. La sidra y la txistorra no podían faltar y fueron consumidas en abundancia, a la agradable sombra de los árboles de la plaza.
En el recuerdo
A mediodía, ya estaban expuestas las nueve gurdias que participaron por la tarde en el desfile y que constituyeron uno de los principales atractivos de la fiesta. Como de costumbre, las asociaciones que llevan adelante la fiesta vasca hicieron gala de su imaginación y de su habilidad para representar los temas elegidos.
El recuerdo del que fuera presidente de Irungo Euskal Jira, Asier Martiarena, que perdió la vida en un accidente de tráfico el pasado marzo, fue otra de las constantes de la jornada. «Hoy es un día en el que se mezclan muchos sentimientos», decía el actual presidente, Iñaki Olazabal. «Por un lado, la alegría de ver que ha salido un día buenísimo y que hay un ambiente excepcional. Por otro, estamos echando mucho de menos a nuestro amigo Asier y recordándolo en todo momento. Pero allá donde esté creo que estará contento de que la Euskal Jira siga adelante y de que la gente la esté disfrutando», añadió el presidente.
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