IÑAKI GARRIDO YEROBI HISTORIADOR IRUNDARRA
“No esperaba ser elegido para la Real Academia de la Historia porque aún soy joven para un cargo como este”
El irundarra Iñaki Garrido, de 45 años, recibió hace una semana “un gran regalo de Olentzero”que no hubiera imaginado que llegara tan pronto. Ha sido elegido como académico correspondiente de la Real Academia de la Historia de España.
XABIER SAGARZAZU - Sábado, 24 de Diciembre de 2016 - Actualizado a las 06:09h
Iñaki Garrido Yerobi
IRUN - Iñaki Garrido es historiador de vocación, especializado en genealogía nobiliaria, aunque muchos irundarras quizá le conocen más por otras actividades tanto profesionales, como sociales, como la de haber sido, en varias etapas, concejal y secretario del grupo del PNV en el Ayuntamiento de Irun. Estos días ha recibido un reconocimiento “muy importante”, la de ser elegido académico de la Historia y además, coincidiendo con los primeros pasos del nuevo gobierno del Estado, el Ministerio de Exteriores le ha concedido otra distinción por sus logros académicos y de investigación, como es la Cruz de Caballero de la Orden de Mérito Civil.
¿Qué suponen para usted estas dos distinciones que ha recibido en tan poco tiempo?
-La verdad es que estoy muy contento, porque suponen un reconocimiento a mi trabajo como historiador, y eso es algo muy bonito. En el caso de la Real Academia de la Historia, para mí ha sido algo casi increíble, porque normalmente, se nombra académicos a gente con una edad bastante más avanzada que la mía, normalmente catedráticos y profesores, avalados por instituciones como las universidades y otras entidades. Yo todavía estoy terminando el doctorado y no soy profesor, por lo que las sensaciones son muy especiales.
¿Quién y cómo proponen a un historiador para entrar a formar parte de la Real Academia?¿Estaba usted al tanto de ello?
-La propuesta de ingreso de una persona como académico correspondiente la debe formular un académico de número, que es la escala superior de la institución, y debe ir avalada por dos de sus compañeros. El proponente se encarga de defender ante el resto esa candidatura, aportando los méritos académicos y de investigación, el currículum y los logros de la persona a la que propone. Por supuesto, estaba al tanto de que se iba a proponer mi nombre, pero no esperaba que fueran a elegirme, por mi juventud y también porque la competencia es muy dura. Cada año, sólo se nombra a diez nuevos miembros correspondientes de la Real Academia de la Historia, entre los candidatos de todo el estado. Por eso, no era esperable que me fueran a elegir a la primera, como así ha ocurrido.
¿Son muchos los guipuzcoanos que están en la academia?
-La verdad es que no muchos. Ahora mismo, conmigo pasaremos a ser seis. Montserrat Garate lo es desde el año 1988 y a Luis María Zabala lo eligieron en 1993; Anunciada Colón de Carvajal fue elegida academíca en 1997; en 2003 entraron Rosa Aierbe y Francisco Aguinagalde, y ahora, me ha tocado a mí, además, como primer irunés, lo que también me hace ilusión, por qué negarlo.
¿Qué obligaciones va a tener para usted este cargo?¿Le tocará viajar a Madrid a menudo? ¿Conoce a otros académicos?
-Estar en la Real Academia de la Historia supone participar en reuniones y congresos, preparar exposiciones y conferencias... Además, como académico, se te pueden pedir informes, para avalar, por ejemplo, el valor histórico de elementos patrimoniales. Me tocará ir a Madrid algo más a menudo, aunque ya soy miembro de la Real Academia Matritense de Heráldica y Genealogía, que es uno de mis campos predilectos de investigación. Conozco a algunos académicos y de otros que ahora van a ser compañeros, llegué a estudiar la carrera con libros suyos. Es una sensación especial pensar que estaré con ellos ahora.
Irun y Hondarribia tienen mucha historia, gran parte de ella en común. ¿Queda mucho por investigar? ¿Qué le parecen los archivos de ambas ciudades?
-Son dos ciudades con mucha historia, sobre todo por su emplazamiento geográfico, y hay muchísimas cosas por conocer e investigar: Los linajes y familias de Irun, los corsarios en Hondarribia, la presencia de los judíos, los espías, la presencia alemana en las guerras mundiales... Los dos archivos municipales son de los más ricos que hay en Gipuzkoa. El archivo originario fue el de Hondarribia, pero tras surgir Irun como ciudad, se hizo un reparto casi salomónico, y hay documentación sobre Irun en Hondarribia y viceversa
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