Radiografía del empleo en la comarca
Bidasoa activa cuenta con datos de empresas y puestos de trabajo en cada subsector
El diagnóstico de la agencia, con cifras reales de finales de 2015, refleja una economía más diversificada y que desde 2013 está en el proceso de recuperarse de la crisis
- IÑIGO MORONDO
- IRUN
La economía de la comarca del Bidasoa afronta una permanente transformación desde la desaparición de las fronteras europeas hace 25 años, cuando la vulnerabilidad de un tejido económico demasiado dependiente de la opulenta Aduana quedó preocupantemente a la vista. El sector terciario, ya potente entontes, se convirtió en el principal baluarte del empleo, aunque siempre condicionado por la estacionalidad de sus contrataciones. En paralelo, Zaisa ya había empezado a tomar cuerpo como apuesta por la logística e Irun comenzaba a gestionar nuevos suelos para actividades industriales que se han ido convirtiendo en polígonos estas últimas dos décadas.
El diagnóstico que Bidasoa activa encargó el pasado año, dentro del proceso para diseñar un plan estratégico que guíe su actividad futura, presenta un tejido empresarial que en 2015 daba empleo a 24.947 personas. Los devastadores efectos de la crisis que arrancó en 2008 aún no han quedado atrás, si bien el estudio refleja un repunte general desde 2013. «Hay recuperación, pero sin volver todavía a lo que teníamos en 2007. Por mucho que mejoremos, seguramente no volverá a ser igual. No digo que vaya a ser peor, pero sí diferente», apunta el presidente de Bidasoa activa, Miguel Ángel Páez. Pese estar condicionados por la crisis, los resultados del diagnóstico dan muestra de cómo Bidasoaldea ha ido diversificando su tejido económico, un proceso que no parece estar aún cerca de acabar.
En un territorio tan sumamente industrializado como Gipuzkoa, la comarca del Bidasoa es una excepción. El peso del segundo sector en la economía de la provincia es del 25%, mientras que en Irun y Hondarribia apenas alcanza el 13%. Puede ser uno de los datos clave para explicar que en los índices de renta por trabajador que publica Eustat, Irun esté en uno de los puestos más bajos de Gipuzkoa y que la comarca sea la cuarta por la cola en Euskadi.
El tejido industrial bidasotarra ha empeorado entre 2010 (cuando había 3.987 empleos) y 2015 (3.271, pese a llevar dos años mejorando), pero el diagnóstico refleja también la importancia creciente del sector a lo largo de las últimas décadas. Hay 392 empresas, casi todas en Irun y muchas de ellas relacionadas con el metal, la maquinaria y el mobiliario, si bien la industria agroalimentaria goza de una buena posición. La mayoría se reparte por los polígonos industriales, que tienen cuotas de ocupación de entre el 80% y el 100%.
Nuevos nichos de empleo
El comercio, con una media de unos 5.400 puestos de trabajo, sigue siendo el gran nicho laboral. Aunque no se acerca a los números previos a la crisis, ha frenado su caída y acumula varios ejercicios con más aperturas que cierres. Con una importancia cuantitativa menor, nuevos subsectores sí gozan de mejor salud hoy que en 2010. Turismo, industria creativa y servicios a empresas y a personas se han hecho fuertes estos últimos años. En 2015, entre todos ellos aportaban 5.328 empleos de media (la cifra varía a lo largo del año), casi lo mismo que el comercio.
Estos nuevos focos de actividad pueden haber aportado la resiliencia que Páez advierte en la economía comarcal. En el contexto de Gipuzkoa, «Bidasoa soportó la crisis mejor que otras comarcas en términos de pérdida de empleo y está saliendo con menos dificultad. No digo que aquí no haya dificultad, la hay, pero en otras comarcas el paro está bajando menos que aquí aunque están perdiendo habitantes. En Irun y Hondarribia la población está aumentando y es más joven, tenemos más población activa y más inmigrantes que vienen o que vinieron y permanecen. Todo eso es síntoma de que la gente considera que en la comarca del Bidasoa hay oportunidades laborales».
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