En los últimos meses de 2017 y los primeros de 2018, Bidaso activa ha compatibilizado su actividad habitual con dos cuestiones importantes para el futuro que, aunque no debieran afectar al día a día, siempre acaban por trastocar la marcha normal de las cosas. Una ha sido esa obra en la que será su nueva sede. La otra, la realización de un nuevo Plan Estratégico, demandado casi a una voz desde las distintas formaciones políticas representadas en el Ayuntamiento de Irun.
«El anterior es de 1992. Está totalmente desenfocado, desactualizado», admitió ayer Miguel Ángel Páez. Aunque el trabajo diario ha llevado a la agencia a una adaptación continua, el nuevo Plan Estratégico ha empezado por el necesario diagnóstico de la comarca tal y como es hoy y, desde ahí ha definido los objetivos y líneas de trabajo del futuro. «Eso va ligado a otro documento, más interno, para adaptar el organigrama de la sociedad a las nuevas necesidades». No será una revolución, «pero sí habrá cambios denominación de algunos departamentos que se modulan para adaptarse a la nueva realidad y también modificaciones en las funciones de algunos empleados que ya se están hablando con ellos y con los representantes de los trabajadores». Todo eso se concretará «antes del verano» aunque «los nuevos objetivos y retos, los nuevos ámbitos en los que vamos a trabajar, que es lo que a la gente más le puede interesar, queremos darlos a conocer en un acto que queremos hacer con el tejido social que colabora y trabaja con Bidasoa activa para que conozcan la nueva sede».
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