Lola Herrera. / Ayuntamiento de Irun
La agenda cultural del mes de diciembre tendrá en su primera semana una de las actividades más esperadas. Prevista inicialmente para el pasado mes de mayo, la representación de la obra Cinco horas con Mario tuvo que ser suspendida por motivos de salud de la actriz Lola Herrera. Ahora sí, todo está listo para la llegada al Centro Cultural Amaia de esta obra de teatro, de la mano de la conocida actriz vallisoletana.
El espectáculo se ha programado para el próximo miércoles, 5 de diciembre, a las 20:00 horas. Las entradas están a la venta al precio de 16,65 euros (general) y 12,50 euros (personas menores de 14 años y poseedores de la Gazte Txartela). Esta función forma parte de la gira que la actriz Lola Herrera está realizando por toda España tras el éxito rotundo cosechado en el teatro Reina Victoria de Madrid con esta obra de Miguel Delibes.
Sinopsis
Estamos en Marzo de 1966. Carmen Sotillo acaba de perder a su marido Mario de forma inesperada. Una vez que las visitas y la familia se han retirado, ella sola vela durante la última noche el cadáver de su marido e inicia con él un monólogo-diálogo en el que descubrimos sus personalidades y los conflictos de su matrimonio.
Con una forma entrecortada, detallista al mínimo, reiterativa y llena de tópicos, Carmen Sotillo dice cosas, manifiesta sentimientos y emite juicios que a muchas personas hoy les pueden parecer increíbles. Pero damos fe de que ese lenguaje existía, de que esos juicios se emitían, de que esas “cosas” de Carmen estaban en la vida de todos los días.
Cinco horas con Mario es, entre otras muchas cosas, un documento vivo de esos años. De las preocupaciones económicas, religiosas, políticas, sexuales y morales entonces imperantes que Delibes, a través del lenguaje de su protagonista, dejó retratadas con nitidez, de forma que la vida española de entonces llega a palpitar viva en sus palabras.
Pero, por encima de todo esto, Cinco horas con Mario nos habla de los asuntos eternos del ser humano: de la culpa, de la soledad, de la incomunicación, del sentido de la vida. Como siempre en Delibes partiendo de un localismo concreto encarna en sus personajes y en sus conflictos las realidades más profundas y complejas que condicionan nuestra vida.