Un 2019 pleno de retos y buenos deseos
La ciudad afronta el nuevo año con varios asuntos sobre la mesa que marcarán la agenda política y social, pero cuatro irundarras aportan las claves para los próximos meses desde su perspectiva específica
Cada año nace con el objetivo de ser mejor que el anterior. Cada año atisba en el horizonte momentos determinantes que parecen trascendentales con la perspectiva que dan los primeros días de enero, aunque la realidad siempre sorprende con inesperados giros de guión para bien o para mal. No hay manera de saber qué sorpresas traerá este 2019 que aún tiene olor a nuevo, pero sí cabe repasar las cuestiones que a día de hoy se perciben como claves para los próximos meses en Irun.
En el plano político la gran referencia serán las elecciones municipales de mayo. Esta cita electoral condicionará cuanto digan y hagan los políticos irundarras en los próximos cinco meses y determinará la nueva relación de fuerzas con las que se gobernará la ciudad los cuatro años siguientes.
En este 2019 terminará la obra del frontón Uranzu e Irun podrá disfrutar de nuevo de festivales de pelota de máximo nivel. Antes que esa reapertura se espera que entren en funcionamiento los 4 nuevos autobuses que convertirán la Línea 1 (Zaisa-Hospital) del transporte urbano en la primera de Euskadi completamente eléctrica. En el mismo campo de la movilidad, está previsto que este verano las piscinas al aire libre que se estrenaron el pasado año en las instalaciones de San Marcial Txingudi cuenten con un acceso peatonal completo gracias a una nueva conexión desde el aparcamiento del cementerio de Blaia. También se prevé que comience y acabe la reurbanización del interior de la glorieta Juan Vollmer. Allí habrá un parque infantil cubierto con el nombre de Nagore Laffage, una reivindicación del colectivo ciudadano Erretxinduak.
En el plano social, continuarán, al menos por el momento, las movilizaciones de los pensionistas, que en Irun llevan concentrándose cada lunes a mediodía en la plaza de San Juan desde hace ya un año. También cabe esperar que se mantenga la labor que Harrera Sarea está realizando en la ciudad con los migrantes en tránsito, especialmente con aquellos que son devueltos desde Francia a la frontera. La llegada de personas provenientes de África seguramente se acentuará cuando lleguen los meses de mejor tiempo y tanto el voluntariado ciudadano como la implicación de las instituciones serán necesarios.
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